Selección de libros de la colección Premio de Musicología. Autor: Roberto Ruiz Espinosa Publicado: 21/09/2017 | 05:18 pm
La Habana esta semana anduvo por las venas musicales de América Latina con el VII Coloquio Internacional de Musicología. Para abrir esos conductos melódicos, un grupo importante de especialistas se reunieron en Casa de las Américas hasta el viernes para dialogar sobre una manifestación que nos describe a nosotros mismos, dibujando los contornos del continente desde el pentagrama.
Desde el pasado lunes, las sesiones del evento ofrecieron la oportunidad de actualizarnos con investigaciones nacionales esenciales sobre la música actual y de ayer.
Llama la atención el estudio presentado sobre autores y composiciones de corte eclesiástico en Cuba, liderado por la doctora Miriam Escudero, y en el que se visualizan aportes significativos que enriquecen el patrimonio melódico de la nación.
Igualmente emergen acercamientos a disímiles temáticas que desde una mirada historiográfica analizan la vanguardia musical criolla de las décadas del 60 y 70, hecha por la máster Liliana González; hasta los juicios de valor en los textos sobre la música popular, de Liliana Casanella.
Porque el Coloquio, creado en 1997, deviene entramado contextual alrededor del Premio de Musicología, como lo califica María Elena Vinueza, vicepresidenta de Casa de las Américas.
Al hacer un recuento histórico, Vinueza explica a JR que primero se creó el lauro en 1979, y tuvo como antecedente el Seminario de Musicología organizado tres años antes por Argeliers León, y desarrollado en Casa de las Américas. Fue el mismo Argeliers quien convocó a la edición inicial del certamen.
Trascendieron de esa etapa fundacional las conferencias de los jurados, integrados por especialistas de toda América Latina, «para no solamente actualizarnos sobre la composición y la educación musical, sino también en tópicos como la música y los medios de comunicación», asegura Vinueza.
Entre los artistas que han actuado o participado en calidad de jurado figuran: Daniel Viglietti (Uruguay), Carlos Fariña (Cuba) y Fernando García (Chile), entre otros.
Destaca María Elena que «el Premio dialoga con la realidad latinoamericana y hay temas como la creación en el exilio, que fueron una manera de entrar en los problemas que rodeaban al hombre y creador del continente».
Con un carácter bienal, el Coloquio dedicó sus espacios en 1997 a la musicología cubana, mostrando allí el quehacer de instituciones consolidadas en este ámbito como el Centro de Investigación y Desarrollo de la Música Cubana (Cidmuc) y el Instituto Superior de Arte, entre otras. Dos años más tarde acompañaron a los investigadores nacionales, estudiosos de otras latitudes de Latinoamérica con debates en torno a la globalización.
Conferencias, paneles, mesas redondas y conciertos se distribuyen en los cinco días del evento en cada edición, que concluye con la comunicación del ganador del Premio de Musicología.
La publicación de las obras galardonadas constituye un acto tradicional en Casa de las Américas. Un total de 20 textos contiene la colección Premio de Musicología, que acaba de presentar La música nacional. Identidad, mestizaje y migración en el Ecuador, de Ketty Wong Cruz, galardonada en 2010.
Aspiraron a obtener el importante reconocimiento en 2012 casi una veintena de obras. El tribunal, conformado por la uruguaya Marita Fornaro, el argentino Bernardo Ilari, la alemano-venezolana Katrin Lengwinat, el mexicano Alejandro L. Madrid y la cubana Iliana García, decidió conceder el premio a Herencias cervantinas en la música vocal iberoamericana (1947-2010), de la costarricense Susan Campos Fonseca.
El jurado valoró que ese texto propone «una mirada original sobre un repertorio poco abordado, incluyendo música “clásica” o “académica” y popular o mediatizada». Asimismo, se reconocieron los trabajos de Joaquín Borges Triana, colaborador de nuestro diario; y Liliana Casanella, ambos de nuestro país, y de la colombiana Marcela Pinilla y del venezolano Hugo Quintana.
Miradas y desafíos de la musicología actual
Área imprescindible en los estudios de los procesos culturales, la musicología es una ciencia ya madura en América Latina. Con una amplia experiencia en este campo, Marita Fornaro afirma que la disciplina ha superado su «dependencia hacia lo que se generaba en cuanto a modelos teóricos, sobre todo en Europa y Estados Unidos; muchas veces inadecuados para analizar el modelo social de nuestro continente».
Fornaro apunta que, sin embargo, «tenemos urgencias de producción de conocimientos y de insertarla de manera que nos permita, por ejemplo, una mejor educación de todos los ciudadanos en cuanto a música, conocernos a nosotros mismos con nuestras identidades musicales».
El mexicano Alejandro L. Madrid, profesor de la Universidad de Illinois (Estados Unidos), autor de Los sonidos de la nación moderna y premiado en Casa de las Américas, coincide en que uno de los desafíos de la musicología es que esta establezca un diálogo con otras disciplinas, y que los investigadores se interroguen sobre cómo los seres humanos se relacionan con la música.
Según Liliana González Moreno, en el ámbito nacional el desafío fundamental «consiste en recuperar la visibilidad del musicólogo en la sociedad; una visibilidad que, entre otras proyecciones, implica un giro en las construcciones de la historia social de Cuba tomando el estudio de la música como un referente fundamental, pues ¿quién no consume música?».
La especialista del Cidmuc afirma que se dibujan retos en tres grandes áreas: pensar la formación académica desde la transdisciplinariedad; y desarrollar el pensamiento intelectual en torno a la música desde una mirada informada, crítica, analítica y propositiva, como prioridad de los centros de investigación e instituciones que lo promuevan y validen socialmente. Además, destacó la necesidad de mantener sistemáticamente un diálogo académico multidisciplinario dentro y fuera del país, como el que acontece cada dos años con el Coloquio Internacional de Musicología de Casa de las Américas.