El público moscovita se inclinó en una reverencia en honor de la prima ballerina assoluta cubana Alicia Alonso, agasajada en el teatro Bolshoi por un auditorio puesto en pie, devoto de su talento, destaca PL.
La primera ovación surgió apenas entró al palco central de la sala, preámbulo de la fiesta en homenaje a sus 90 años. Un arco de admiración recorrió el Bolshoi, cuyo punto más alto fue la salida a escena de la directora del Ballet Nacional de Cuba (BNC), al concluir la gala artística.
El exbailarín y actual director del Bolshoi, Vladímir Vasiliev, colocó una enorme cesta de flores a sus pies. No conozco, dijo, otros ejemplos de actuación tan duradera ni éxito tan grande en el mundo.
Estoy muy feliz, porque el destino me dio la posibilidad de ser copartícipe de la creación de esta artista única en su género, expresó rememorando la memorable Giselle que ambos bailaron en La Habana el 31 de octubre de 1980.
Me siento como Alicia en el país de las maravillas, afirmó Alonso parafraseando el personaje homónimo de la novela de Lewis Carroll. Las emociones se desbordaron de su caudal, admitió, tras subrayar que aguarda con impaciencia nuevas reuniones en la capital rusa.
La gala artística devino un disfrute complementario, con ocho bailarines del BNC interpretando fragmentos de El Lago de los Cisnes, Coppelia, Don Quijote, así como varias miniaturas coreográficas originales. Para el público constituyó una sorpresa la versión masculina de La muerte del cisne ofrecida por el ballet cubano.
Los solistas rusos Svetlana Zajárova y Andrei Uvarov aportaron un fragmento de Carmen. Fue una velada en que el arte brilló en brazos del homenaje, en un metafórico viaje de ida y vuelta.