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Con la música adentro

Disposición a vencer los desafíos e interés por perfeccionar el arte que llevan dentro son los pilares de un proyecto que defiende los valores de la música tradicional cubana

Autor:

Lourdes M. Benítez Cereijo

Un piano de cola, un güiro, un bongó en pésimas condiciones, talento y muchas ganas de hacer música era todo cuanto tenían. Según Felipe Hernández Martínez, director artístico desde hace 25 años en la Universidad de Ciencias Pedagógicas Enrique José Varona (UCPEJV), «todo se originó a raíz de un número musical que montamos para un festival de aficionados de la FEU, donde un cuarteto de jóvenes interpretó la canción Hasta siempre Comandante.

«Cuando el doctor Alfredo Díaz Fuentes, rector de la UCPEJV, vio aquella presentación, me propuso que formara un grupo musical. Y me di a la tarea de reunir a jóvenes estudiantes que estuviesen interesados. Así nació, el 8 de septiembre de 2007, Varona Son, en representación de las universidades pedagógicas de la capital», comentó Felipe, además director general del conjunto.

Disposición a vencer los desafíos día a día e interés por perfeccionar el arte que llevan dentro son los pilares sobre los cuales se erige un proyecto que va encaminado a mantener en alza los valores de la música tradicional cubana.

«El grupo tiene la peculiaridad de estar formado, en su mayoría, por estudiantes y profesores. Comenzamos a partir del tercer año de la carrera, nos vinculamos al grupo de aficionados de la UCPEJV y posteriormente nos incorporamos a la agrupación. Paulatinamente fuimos aglutinando más personas, explicó Yinet Victorero, directora de Varona Son y profesora de la escuela Alejandro García Caturla.

«Ajustarnos a las exigencias de un grupo en ocasiones se torna muy complejo pues muchos de nosotros impartimos clases todo el día y al terminar venimos a los ensayos que se extienden hasta las diez de la noche».

Para Yudith Aguirre, directora musical y profesora de música del Departamento de Extensión Universitaria de la UCPEJV, ha sido una experiencia interesante porque el proyecto tributó además a un diseño investigativo que sirvió para culminar sus estudios de maestría. «Acogernos a esta idea abrió puertas para rescatar los valores e identidad de la música tradicional, sobre todo entre los jóvenes, quienes con el influjo de las nuevas tendencias sonoras se alejan mucho de ese camino.

«En la mayoría de los casos no existía una formación musical especializada, eran solo aficionados. Sin embargo, el progreso del grupo motivó la autopreparación en cada uno de los miembros y han decidido perfeccionar su talento mediante estudios», agregó.

Varona Son está conformado por 11 miembros: Yinet Victorero, directora del grupo y voz principal; Yannia Arévalo, voz y clave; Osvaldo Polanco, voz y güiro; Luis García, voz y guitarra; Alberto García, saxofón; Yudith Aguirre, voz y teclado; Carlos Yerandi Trujillo, trompeta; Carlos Trujillo, arreglos y bajo; Jeffry López, percusión; Lázaro Fernández, percusión; y José Alejandro Suárez, flauta.

Carlos Trujillo es de los pocos miembros de Varona Son que posee experiencia como músico. Refiere que debe alternar su quehacer como bajista con la tarea educativa. Al respecto afirma: «Sin darme cuenta me convierto en profesor de algunos de los muchachos que presentan deficiencias técnicas en el manejo del instrumento. Ayudarnos es muy importante porque se trata de hacer un trabajo con decoro aunque sea un grupo de aficionados».

La persistencia y sacrificios les han hecho merecedores del apoyo incondicional de la UCPEJV. Los frutos de su labor son perceptibles no solo con cada nuevo conocimiento que adquieren en los ensayos, sino también en las actividades del ámbito universitario, galas y eventos nacionales e internacionales en los cuales actúan como invitados. Cuentan en su haber con la grabación del videoclip Yo soy el maestro, de la autoría de Lázaro Fernández; y según reveló a JR Felipe Hernández, próximamente piensan realizar otro en homenaje al natalicio de José Martí.

José Alejandro Suárez, el último en llegar al conjunto, y Jeffry López coincidieron en que el grupo les ha proporcionado un espacio de constante aprendizaje que los ha ayudado a madurar como personas y a crecer como artistas, donde se les ha enseñado a respetar a la par que adquieren mayor cultura.

Es una tarea muy exigente, reconoció Osvaldo Polanco. «En el caso de muchos de los integrantes, acoplar nuestros deberes como estudiantes universitarios, como profesores al frente de un aula y como artistas aficionados, y lograr que todo funcione, si bien es un reto continuo, no por difícil deja de ser un privilegio».

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