Luis Morlotte, presidente de la AHS, dedicó palabras de elogio a Teresita Fernández. Autor: Kaloian Santos Cabrera Publicado: 21/09/2017 | 04:58 pm
Para orgullo de cuatro generaciones de cubanos que hemos crecido con sus canciones, Teresita Fernández es una de las grandezas de nuestra patria. Sin embargo, ella proclama con orgullo a los cuatro vientos que siempre ha sido un juglar como aquellos del medioevo: «pobre, nómada y libre». Y así esta maestra que canta —como también se autodefine—, ha labrado una vida que no es más que el reflejo de sus propios versos: «No puede haber soledad para ti/ mientras yo exista;/ no puede haber una tarde tan triste/ que hiera tu alma y me haga llorar./ Yo quiero ser para ti una flor/ que perfume tu desengaño,/ ala de cisne más blanco/ que ha hecho volar tu corazón».
Precisamente por su entrega sin límites a los demás, una representación de los jóvenes artistas de la Asociación Hermanos Saíz (AHS), llegó ayer en la tarde hasta su morada para entregarle el premio Maestro de Juventudes, e iniciar también los festejos por el cumpleaños 80 de la autora del El gatico Vinagrito, Lo feo y No puede haber soledad, el 20 de diciembre próximo. De esta forma también la AHS abre las puertas a su Consejo Nacional, a celebrarse los días 25 y 26 de junio.