JR propone una mirada al finalizado Coloquio Internacional e informa nuevas propuestas de las jornadas de celebración por los 400 años de la literatura nacional
Cuatro siglos de literatura cubana suponen un gran homenaje donde las letras merecen alcanzar mucho más que la cúspide de un pedestal o un ceremonioso acto de celebración. Es mejor permitirles una vez más el protagonismo de la palabra, de las muchas ideas que aún tienen por expresar sobre sus propios autores, Cuba, y de sí mismas.El Coloquio Internacional, que durante la pasada semana sesionó en el Instituto de Literatura y Lingüística, fue la puerta abierta a esa mirada crítica, semántica, histórica y a la vez festiva de estas cuatro centurias de quehacer literario, en las que fluyeron indetenidos los textos de José Martí, Juana Borrero, Jorge Mañach, Cintio Vitier, Fina García Marruz, Miguel Barnet...; una línea infinita de pensamientos, géneros, temáticas y estilos diversos, que han sabido eternizarse siempre bajo la rúbrica de la cubanía misma.
La exposición de las ponencias —más de cien trabajos investigativos—, realizó un bojeo minucioso que recorrió los años de la Colonia hasta la modernidad. En él resaltaron un cúmulo de nuevas investigaciones interesadas en la figura del autor, sobresaliendo José Martí, Alejo Carpentier, los escritores del polémico Grupo Orígenes y Silvestre de Balboa, canario que marcara en 1608 los albores de la literatura nacional con la composición de su poema épico Espejo de Paciencia.
La contemporaneidad de la cuentística, la novela policíaca y los textos escritos por féminas cubanas, fueron también tópicos emocionantes que convocaron a numerosos enfoques y estudios.
«Ahora se está hablando de un boom de la literatura cubana, una expresión que me parece muy acertada, porque existe una variedad formal y unas temáticas apasionantes, capaces de interesar no solo a los especialistas sino a todas aquellas personas que gustan de la buena literatura», afirmó Reneé Clémentine Lucien, profesora de Literatura de la Universidad de la Sorbona, Francia, quien expuso la investigación Leonardo Padura o el arte de novelar biografías.
El sendero trazado por la escritura femenina también se hizo palpable. Trabajos desde la Avellaneda hasta Carilda Oliver discurrieron entre la polémica del feminismo y lo femenino en las propuestas de las creadoras nacionales.
La escritora e investigadora Mirta Yañez comentó a JR sobre la relevancia de la mujer en las letras cubanas que, aun cuando «hay que remover alguna de las cenizas que quedan de prejuicios o de querer marginar, eventos como estos demuestran que la literatura escrita por nosotras existe y es también amplia y muy variada».
Curiosamente, en el evento Mirta asumió el doble rol que le impuso su propia obra de investigadora y escritora, pues también sus cuentos fueron objeto del análisis de Teresa Blanco, de la Editorial Letras Cubanas; y de Sara Cooper, de la Universidad del Estado de California, Estados Unidos.
Sobre esta experiencia también reflexiona. «Resulta muy embarazoso cuando hablan de una..., pero estoy muy impresionada con estas dos intervenciones porque me enteré de cosas nuevas sobre mí, mientras ellas hablaban sobre mis cuentos. Y es que de alguna manera cuando escribimos existe una cierta inconciencia, sobre todo en los primeros cuentos. Luego, con el análisis de los estudiosos, descubrimos otras aristas que una, como autora, para nada hubiera interpretado».
El Coloquio fue también el momento oportuno para una mirada más abarcadora que reflexionara sobre el futuro de las letras en su vínculo con la crítica, las editoriales y los nuevos espacios virtuales, zonas todas dirigidas a la extensión, permanencia y comprensión de las obras literarias cubanas, en el público cubano e internacional.
«Se trata de un evento de alto nivel académico que no solo reúne a escritores e investigadores nacionales sino que también está abierto a intelectuales de otros países. Todos estamos pensando y discutiendo sobre la literatura cubana y sus relaciones con otros sistemas culturales», manifestó Nancy Calomarde, profesora de Literatura de la Universidad Nacional de Córdoba, Argentina.
Para Zaida Capote, quien estuvo al frente del Comité Organizador de este encuentro, el mismo sobrepasó las expectativas, tanto en la amplitud y variedad de los temas tratados, como en la seriedad y el rigor en las discusiones.
«Cada día nos dimos tiempo para la confrontación de los más recientes estudios sobre literatura cubana, debates que estuvieron además animados con la participación de los oyentes, estimulados —y eso hay que decirlo—, por la excelente calidad de muchos de los trabajos presentados».
De fiesta la literaturaEste diálogo con las letras que resultó ser el Coloquio Internacional forma parte de las jornadas de celebración preparadas de conjunto con el Instituto Cubano del Libro, y que se extenderán con otros eventos culturales hasta el día 20 de noviembre.
En la reciente presentación del Sábado del Libro, Espejo de Paciencia —después de haber sido desentrañado verso a verso por lingüistas y literatos—, unió todas sus estrofas a un volumen que incluye, además, los textos Testamento D. Joséf Pita y El príncipe jardinero o fingido Cloridano, de la Editorial Letras Cubanas.
Para esta semana queda reservado el ciclo La literatura cubana en el cine, que inicia el jueves en la sala Riviera hasta el día 19, con la selección de títulos antológicos cuyos guiones se inspiraron en obras literarias: Una pelea cubana contra los demonios, Cecilia, El otro Francisco, El siglo de las luces, Memorias del subdesarrollo, Pon tu pensamiento en mí, Madagascar, Fresa y Chocolate, Tulipa, Juan Quinquín, Amada, La Bella del Alhambra, Papeles secundarios y Lista de espera.
Continuidad de los parques, es otra de las propuestas para festejar y, una vez más, acercarnos al mundo de los libros. Este viernes 14 de noviembre, las principales plazas y parques del país serán el escenario para escuchar los textos de quienes han marcado con tinta las páginas de la literatura cubana.
En la capital será la Plaza de Armas el lugar de la cita con cuatro poetas galardonados con el Premio Nacional de Literatura: Nancy Morejón, Roberto Fernández Retamar, Pablo Armando Fernández y Antón Arrufat.
A las cinco de la tarde, otra vez las historias cobrarán vida desde los textos, trastocándose en la lectura autores y personajes. Como en el cuento homónimo de Julio Cortázar del cual toma nombre el encuentro, se ha de perpetuar así, más allá de los parques, la continuidad de las letras mismas.