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Combatientes de la Revolución, un poderoso ejército moral con el que contamos

Raúl y Díaz-Canel asistieron a la sesión de clausura de la Sexta Conferencia de la Asociación de Combatientes de la Revolución Cubana (ACRC)

Autor:

Angélica Paredes López

Con la convicción de que a los revolucionarios cubanos las dificultades no les quitan el sueño, y que el único camino es proseguir la lucha con optimismo y fe en la victoria, concluyó este sábado, en La Habana, la Sexta Conferencia de la Asociación de Combatientes de la Revolución Cubana (ACRC), cuya sesión de clausura estuvo encabezada por el General de Ejército Raúl Castro Ruz, líder de la Revolución Cubana; y el Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista y Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez.

Fue la Sala Universal del Ministerio de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, el escenario del evento que durante dos jornadas reunió a delegados de todo el país, en representación de los protagonistas de la historia viva de la nación.

La jornada final contó con la presencia, además, de los miembros del Buró Político Esteban Lazo Hernández, presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular y del Consejo de Estado; Roberto Morales Ojeda, secretario de Organización del Comité Central del Partido; el General de Cuerpo de Ejército Álvaro López Miera, ministro de las Fuerzas Armadas Revolucionarias; el General de División Lázaro Alberto Álvarez Casas, ministro del Interior; y el General de Brigada José Amado Ricardo Guerra, secretario del Consejo de Ministros.

Como en todas estas décadas de lucha, en la primera línea del memorable encuentro estuvieron el vice primer ministro, Comandante de la Revolución Ramiro Valdés Menéndez; y el Comandante del Ejército Rebelde José Ramón Machado Ventura.

Participaron, también, otros dirigentes del Partido, del Estado y del Gobierno; de las organizaciones políticas y de masas; de las Fuerzas Armadas Revolucionarias y el Ministerio del Interior.

Justamente, a 147 años de la histórica Protesta de Baraguá, en esta emotiva cita y por sus extraordinarios méritos, Raúl -fundador de la ACRC- recibió un sencillo y merecido reconocimiento de los combatientes, en representación de los asociados de todo el país.

Raúl recibió el presente de manos del General de División José Antonio Carrillo Gómez, ratificado en esta Conferencia como Presidente Nacional de la Asociación de Combatientes de la Revolución Cubana.

De igual manera, fueron reconocidos por el papel desempeñado durante todos estos años, su entrega, ejemplo y fidelidad, los Comandantes de la Revolución Ramiro Valdés Menéndez y Guillermo García Frías, junto al Comandante del Ejército Rebelde José Ramón Machado Ventura.

En esta jornada de homenaje y compromiso con la defensa de la Patria, también fueron entregados reconocimientos a valiosos compañeros que formaron parte de la primera Dirección Nacional de la organización:  el General de Cuerpo de Ejército Joaquín Quintas Solá, el General de División de la Reserva Ulises Rosales del Toro, el General de División Ramón Pardo Guerra, el General de Brigada de la Reserva Arnaldo Tamayo Méndez y la Teniente Coronel de la Reserva Pérsida Chibás Ponce.

Al resumir este encuentro, el Primer Secretario del Comité Central del Partido y Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, dedicó sus primeras palabras al Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, Presidente de Honor de la Asociación de Combatientes de la Revolución Cubana; y al Comandante de la Revolución Juan Almeida Bosque, presidente fundador y primer jefe que tuvo la Asociación, «formada por curtidos combatientes de ambos sexos y de todas las generaciones, cuyas hojas de servicio a la Patria nos enorgullecen profundamente».

De manera especial, Díaz-Canel subrayó que el General de Ejército Raúl Castro Ruz, sigue aquí, «firme entre nosotros y con el pie en el estribo, esa frase suya que dice con otras palabras lo que está demostrando en la vida: que un combatiente revolucionario jamás se retira».

«De esa estirpe heroica se ha nutrido durante más de 30 años la ACRC, baluarte de la Revolución que nació en días difíciles e inciertos para Cuba y el mundo, con el propósito de unir, en una sola fuerza, la experiencia, el honor y el compromiso que brotan espontáneamente de lo mejor de los valores humanos de nuestros combatientes», enfatizó el mandatario cubano.

En su intervención, Díaz-Canel afirmó que «la Asociación de Combatientes de la Revolución Cubana es un espacio de unidad, de ideas y de acción, en el que convergen los fundadores de la Revolución y sus continuadores, cerrando filas en el cumplimiento del sagrado deber de defenderla, hasta el último aliento».

Durante dos días, los delegados a la Conferencia discutieron asuntos medulares de la Asociación y aprobaron los objetivos de trabajo para la próxima etapa. Foto: Roberto Suárez

Fundada el 7 de diciembre de 1993, con el declarado propósito de preservar la memoria histórica y defender las conquistas de la Revolución, la ACRC, aseveró el Jefe de Estado, «tiene hoy la misión de ajustar sus objetivos a los desafíos del complejo contexto actual, con la firmeza y claridad que nos guiaron en otros momentos tan difíciles como los actuales».

Más adelante, en su discurso, con el convencimiento de que «la vida de cada combatiente de la Revolución encierra una lección de historia, pero su mayor valor es de futuro, por toda la savia que nos aporta, en cuanto a sabiduría, fuerza espiritual y revolucionaria», el Presidente de la República aseguró a los imprescindibles combatientes que «la Revolución se fortalece con ustedes en las comunidades, que es su principal radio de acción, por el prestigio que tienen y por la legitimidad que ganaron en combates reales por la independencia y la soberanía de la Patria y de otras naciones hermanas».

Los hombres y mujeres reunidos en la Sala Universal de las FAR, junto a muchos otros en toda Cuba, tienen la admiración y el cariño de un pueblo entero que reconoce su heroísmo y batallas cotidianas, por ello, Díaz-Canel resaltó que «la fuerza del ejemplo que irradian los miembros de esta Asociación, es invaluable; y no podemos descansar en el empeño de lograr que los jóvenes vean cada vez más, en los combatientes, un referente de dignidad».

«No hay actividades esenciales de la producción y la defensa, frentes estratégicos hoy, en las que no estén presentes algunos de los casi 300 mil combatientes, porque ¡la Asociación es un poderoso ejército moral con el que contamos!», aseveró el Jefe de Estado.

Luego de reflexionar sobre los desafíos que asume Cuba en un escenario interno y externo muy complejo, pero no imposible de superar, Díaz-Canel insistió en la importancia de preservar siempre la unidad nacional «bastión inexpugnable de la Revolución», como nos ha expresado en varias ocasiones Raúl.

En los minutos finales de su intervención, el mandatario compartió la idea expresada por el General de Ejército en el Aniversario 65 del Triunfo de la Revolución: «A los revolucionarios cubanos las dificultades no nos quitan el sueño, nuestro único camino es proseguir la lucha con optimismo e inclaudicable fe en la victoria».

Y entre sostenidos aplausos concluyó Díaz-Canel sus palabras: «Los tiempos duros no nos quitan el sueño, entre otras grandes razones, por todo lo que los combatientes de la Revolución cubana nos enseñaron y enseñan todos los días».

Durante la sesión de clausura de la Sexta Conferencia de la Asociación de Combatientes de la Revolución Cubana, fue presentada la Dirección Nacional electa, donde junto a su presidente, el General de División José Antonio Carrillo Gómez; también quedaron ratificados como vicepresidentes de su ejecutivo, la General de Brigada Delsa Esther "Teté " Puebla Viltre; y el General de Brigada de la Reserva Juan Rafael Ruiz Pérez.

La ocasión también fue propicia para destacar la meritoria labor desempeñada por las direcciones provinciales de Matanzas, Cienfuegos, Ciego de Ávila, Granma y Guantánamo.

Al concluir la jornada, ante un auditorio de pie, el General de Ejército se despidió de los presentes transmitiendo «un abrazo», como expresión de la admiración y lealtad eternas a su compañeros y compañeras de permanente combate.

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