Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

Certezas

Las nuevas generaciones se distinguían dentro del «huracán» humano y sanador que removió, muy temprano, la Tribuna Antimperialista José Martí, en La Habana. En el Día Internacional de los Trabajadores dejaron imágenes contundentes y vivencias de infinita fidelidad para todos los tiempos

Autor:

Raciel Guanche Ledesma

La Habana, como toda Cuba, al amanecer este 1ro. de Mayo no durmió. Al filo de las cinco de la mañana varias avenidas capitalinas cobraban la vida de un día histórico. La marea humana vestida con algún atuendo azul, rojo o blanco, como símbolo de nuestra enseña nacional, además de carteles y pancartas, andaba ágil por entrecalles del municipio de Plaza de la Revolución, rumbo a la fidelísima Tribuna Antimperialista José Martí.

A esa hora el calor era «abrazador», intenso, tal vez como presagio de otra jornada en la que lo más importante termina siendo tributar el justo amor a Cuba. Fue un día de fiesta, pero también de reafirmación y acompañamiento en un lugar simbólico, junto a un hombre que, aun desafiando el tiempo, sigue guiándonos como el líder revolucionario que es.

El ejemplo que irradia el General de Ejército Raúl Castro Ruz llega hasta los más jóvenes, quienes también desbordaron la Tribuna, entre los más de 200 000 cubanos movilizados este miércoles. Allí, cualquier lente preciso podía captar a niños con pequeñas banderas en sus manos acompañando a sus abuelos, y cientos de estudiantes universitarios y jóvenes trabajadores.

Las nuevas generaciones se distinguían dentro del «huracán» humano y sanador que removió toda la explanada, desde La Piragua hasta el mismísimo frente de la Embajada de Estados Unidos en La Habana. Una imagen que nos hacía recordar inevitablemente, en secuencias, aquellos momentos grabados a principio de siglo, cuando Fidel, rodeado de jóvenes, abogaba por el regreso de un niño que ya es hombre de bien: Elián.

¡Los jóvenes no fallaremos!, se leía este 1ro. de Mayo en uno de los carteles que se alzaban bien alto, justo al lado del Martí esculpido en bronce que señala, inquisidor, hacia el alma imperial. Y no fallar es ser coherentes con la obra ya escrita, pero, sobre todo, con la que se escribe en cada jornada. Este miércoles no solo se fue consecuente con Cuba, sino también con una causa noble y justa, la del pueblo palestino.

Sabiéndose portadores de un mensaje de paz y apoyo a la lucha que libra esa hermana nación frente al extremismo sionista, varios muchachos portaron orgullosos el atuendo tradicional palestino: las kufiyas, como lo hizo durante el acto el Primer Secretario del Comité Central del Partido y Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez.

El 1ro. de Mayo, Día Internacional de los Trabajadores, vuelve a dejar para la Mayor de las Antillas certezas muy claras, imágenes contundentes, vivencias de infinita fidelidad. Hacer que el espíritu de este día histórico no decaiga depende de la fuerza que le impregnemos a cada jornada para echar adelante nuestro siempre joven proyecto.

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