Tamara Ferrete reparte sus jornadas en tres hoteles de ciudad holguineros. Autor: Carlos Rafael Díaz Publicado: 29/05/2023 | 07:24 pm
HOLGUÍN.— Tuvo efecto en Tamara Ferrete Tejeda, joven directiva holguinera, que un primo, Jorge Luis Cruz Ferrete, fue delegado de Turismo en la provincia, y otro ejerció como cantinero en Gaviota. Y además que, aunque se sentía cómoda en el llamado año cero de Licenciatura en Inglés con perfil pedagógico, le atraía lo que estudiaba su hermana, quien cursaba la carrera de Licenciatura en Turismo.
La veía repasando inglés, del que se dice apasionada, y en cuestión de meses comenzó la formación universitaria como mando intermedio del sector del ocio, y se adiestró en faenas de servicio en las prácticas laborales.
Acreditada en abril último como miembro honorario de la Asociación de Cantineros del país —entre otros logros por el impulso al surgimiento del coctel La Bayamesa, elaborado a partir de ingredientes como granadina y curaçao (licor), y decorado con una estrella—, Tamara Ferrete, por su carácter, es de poco permanecer en oficinas; le gusta interactuar, incidir en lo operativo, intercambiar con clientes e insertarse en dinámicas del complejo de Hoteles E (Encanto) de la Ciudad de los Parques.
Al alemán y el francés acude cuando del Viejo Continente arriban visitantes, comenta esta holguinera, dada a profundizar en idiomas, y difícil de localizar si la mañana transcurre y sale de recorrido por instalaciones hoteleras citadinas. Hoy admira la historia de La Caballeriza, antiguo cuartel de caballería de las huestes españolas, situado en la actual calle Miró, detrás de la catedral San Isidoro, que pasó a manos insurrectas a fines de 1868, o la del hotel Saratoga, por cuyos pisos, colocados de mosaicos en distintos diseños floreados y geométricos, caminaron, entre 1945 y 1960, huéspedes notables de la política y la cultura cubanas.
El embarazo y la graduación de Licenciatura en Turismo coincidieron en el tiempo, así que en ese estado le era difícil viajar a la zona turística de playa, por lo que optó por el Servicio Social en Servisa: «La etapa allí la valoro de muy buena, porque roté por áreas como Calidad, en la cual ayudé a la certificación de su Sistema de Gestión, o Recursos Humanos, que incluso están más relacionadas con otras especialidades. En eso me ayudó el amplio perfil de mi Licenciatura».
Entonces se construía el hotel Caballeriza, el de mayor número de habitaciones del complejo nororiental de Hoteles E. Pasaba delante de este y se preguntaba qué instalación surgiría. La sorpresa se le presentó al enterarse de lo que edificaban, en tiempos en que dichos enclaves de ciudad de alto estándar no existían en el municipio cabecera.
La acreditación como integrante honoraria de la Asociación de Cantineros la motiva en gran medida. Foto: Cortesía de la entrevistada
«Una compañera de Recursos Humanos de Servisa, que me estimulaba a avanzar profesionalmente, me averiguó y dimos con la dirección de Hoteles E, que estaba en Gibara en ese momento. Fui allá y encontré que la única posibilidad de ser contratada era en el puesto de dependiente de servicios gastronómicos, pero me decidí a un cambio profesional. Comencé en esas funciones en La Caballeriza. Luego surgió otra plaza de jefe de brigada de la parte de servicios gastronómicos, que ocupé muy pronto, y con la incorporación del hotel Esmeralda, de cinco habitaciones, atendía a dependientes de ambas instalaciones», detalla.
Abierto el hotel Saratoga, asume la especialidad de Alimentos y Bebidas, una especie de maitre, profesión que, al decir de la muchacha, es más afín con sus estudios universitarios. Ese período, opina, la involucró en procesos de recepción y mantenimiento, por ello, tras variaciones en puestos de dirección del complejo, depositaron mucha confianza en sus conocimientos y en octubre de 2022 se inició como directora de Operaciones.
—Los años 2020 y 2021 prácticamente hicieron colapsar la industria turística global. ¿Cómo se las han ingeniado para dejar atrás ese pasado y seguir adelante?
—La ausencia de turistas durante la pandemia nos llevó a redireccionarnos al segmento nacional. La decisión fue acertada, ya que mantuvimos la vitalidad laboral y económica. Luego continuamos potenciando nuestras condiciones infraestructurales y la fortaleza de un personal capacitado y entregado, en pos de crecer en cifras de visitantes foráneos. Nuestros hoteles tienen ventas y la ocupación de las 38 habitaciones del complejo es alta. La relación calidad-precio, a juicio de los huéspedes, es positiva, y mantenemos responsabilidades con agencias de reservaciones, que poseen cupos, como parte de la exportación de servicios.
«Trazamos estrategias diarias para cumplir cada indicador, en medio de la búsqueda de opciones de suministros proporcionados por actores de la economía del país. Y compramos directamente vegetales y frutas a cooperativas agrícolas, y se beneficia de esa comercialización el sector cooperativo-campesino y nosotros».
—El país y sus ofertas turísticas requieren que vista haga fe. ¿Cuáles han sido las vías de Hoteles E en Holguín para implicarse en la promoción hacia los ámbitos nacional e internacional?
—Hoteles E en Holguín se abre al desarrollo, de ahí que seamos activos en redes sociales divulgando visitas célebres, momentos, iniciativas o encuentros, de índole cultural, educativo u otros. De ese modo, llegaremos más lejos. Empleamos perfiles personales e institucionales. Esos nexos constantes abarcan lo interno y la proyección externa, en función de no ser solo sitio de hospedaje, y distinguirnos entonces por atenciones y relaciones.
«Las características holguineras de los E incluyen la riqueza patrimonial, y el Saratoga nuestro, de 12 habitaciones, se ha ido convirtiendo en espacio insigne, que se planifica que vaya creciendo en capacidades de alojamiento en el futuro, con cuatro niveles y una piscina. Lo que nos proponemos se basa en el respeto a sus valores arquitectónicos e históricos, apoyándonos en el lema de la cadena: Familiaridad y Distinción, que busca hacer sentir a los huéspedes como en sus casas. Acatamos normas y no caemos en el servilismo, a pesar de ejercer suma hospitalidad. Desde camareras o trabajadores de mantenimiento, que tanto se esfuerzan, hasta directivos, actuamos con base en la empatía».
—Desde octubre de 2022 las tareas se le presentan una tras otra…
—Le doy gracias a Dios por la existencia de mis padres, que me respaldan incondicionalmente. Tengo dos hijos, de ocho años el varón, y de diez la hembra. Como entidad, hemos ido a hogares de niños sin amparo familiar y salas del hospital pediátrico, junto a artistas de Artes Escénicas, para incidir, mediante la socialización, en el bienestar de los infantes.
«Mis funciones a veces me obligan a permanecer más de 12 horas en los hoteles, toda vez que busco perfeccionar lazos entre las áreas, a fin de una integración que redunde en armonía y satisfacción. La operación demuestra que hay situaciones que surgen desde la misma entrada de clientes, que acá provienen mayoritariamente de Italia y Alemania. Y siempre tenemos servicios opcionales, que prestamos en alimentos y alquiler de locales para eventos o reuniones, lo que varía nuestras fuentes de ingresos».