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Nos esperan muchas otras batallas por la vida

El Ministro de Salud Pública, el doctor José Angel Portal Miranda, abundó en las fortalezas del sistema sanitario cubano, durante la 4ta. Convención Internacional Cuba-Salud 2002

Autor:

Ana María Domínguez Cruz

La capacidad para transformarse es lo que distingue a nuestro sistema de Salud Pública, que siempre ha padecido las consecuencias del bloqueo impuesto por Estados Unidos y que, aun en circunstancias adversas como las que generó la propagación de la COVID-19, ha mantenido sus principios fundacionales con la profunda concepción solidaria que caracteriza a nuestro país.

Así expresó el ministro de Salud Pública cubano, el doctor José Angel Portal Miranda, durante su conferencia magistral El sistema nacional de Salud en Cuba. Retos y desafíos en el contexto pos-COVID-19, en la primera jornada de la 4ta. Convención Internacional Cuba-Salud 2002, en el Palacio de Convenciones de La Habana.

Ante los participantes provenientes de 64 países, Portal Miranda precisó que la base del sistema es la Atención Primaria de Salud, «porque es en el espacio comunitario donde se erigen los elementos que conforman nuestro sistema sanitario, único en el mundo y con cobertura universal».

Reflexionó en torno a la paradoja suscitada al declararse la salud como un derecho universal «cuando sabemos que millones de personas no acceden a una atención segura y de calidad».

A 120 años de la fundación de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) enfrentamos numerosos desafíos, dijo, «pero el principal es mantener la capacidad de innovación, para que los programas de salud diseñados beneficien a todos sin distinción porque la salud no ha dejado de ser un valor fundamental para la superviviencia».

Portal Miranda subrayó que es vital recurrir a la innovación si queremos progresar con la agilidad que demandan los tiempos actuales, teniendo en cuenta que la clave radica en potenciar la economía sobre la base del conocimiento, justo ahora que la COVID-19 demostró lo frágil de los sistemas de salud a nivel mundial.

Puntualizó que en el país existen 450 policlínicos, 11 128 consultorios, 150 hospitales, 152 hogares maternos, 301 casas de abuelo y 44 entidades de ciencia, tecnología e innvoación, donde se prioriza la atención médica de calidad.

Entre los indicadores que nos distinguen a nivel global, Portal Miranda precisó que la mortalidad infantil oscila entre cuatro y siete por cada mil nacidos vivos en los últimos años, y que el 99,4 por ciento de los partos son realizados en instituciones de salud. Dijo, además, que más de 10 000 estudiantes de otras naciones cursan carreras de ciencias médicas en el país.

Se refirió a las acciones desarrolladas por la Mayor de las Antillas para enfrentar la COVID-19, entre las que se destacan aquellas que permitieron crear nuestras vacunas propias, con probada eficacia y calidad. «Creatividad, perseverancia e integralidad han sido las claves del éxito de nuestro sistema de Salud en la batalla contra la pandemia, valores que mantenemos en la actualidad, pues la COVID-19 persiste y otras enfermedades pueden aquejarnos.

«Las crisis mundiales dejan al descubierto malas prácticas, carencias y urgencias de construir alternativas innovadoras en beneficio de la mayoría, y Cuba no se cruzó de brazos sino que, al cierre de septiembre de 2022, 42 142 270 dosis de vacunas han sido aplicadas y somos el primer país del mundo en vacunar a su población pediátrica mayor de dos años».

El elevado impacto de nuestra estrategia de vacunación ha permitido reducir el número de contagiados y muertes por la pandemia, afirmó Portal Miranda, quien también invitó a reflexionar en torno a la responsabilidad que le atañe a cada Gobierno para encontrar las respuestas que el sector sanitario demanda.

«Tenemos experiencia y debemos estar plenamente conscientes de que las acciones que implementemos son garantías para no retroceder en los indicadores alcanzados. Urge aprender a vivir con la enfermedad y continuar superando retos en los sistemas sanitarios».

El Ministro añadió que si algo evidenció la COVID-19 fue «la necesidad de potenciar la ciencia, lograr la soberanía tecnológica y lograr compromiso en nuestros profesionales. Tenemos la certeza de que nos esperan muchas otras batallas por la vida, y que para llegar al 2030 con los indicadores sanitarios que la humanidad necesita, no podemos cejar en nuestro empeño.

«Hagamos todo lo posible por mejorar la salud de las personas y el planeta, ya que contamos con los recursos humanos y materiales para lograrlo. No permitamos que la ambición de unos pocos ponga en riesgo la vida de todos», concluyó.

 

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