El hombre, el prócer, el mambí, el líder… no ha muerto. Autor: Yahily Hernández Porto Publicado: 12/05/2022 | 02:32 pm
Camagüey.— El verbo preciso y ardiente del Maestro de Maestro, José Martí fue de una belleza y precisión extraordinaria al definir al mayor general Ignacio Agramonte y Loynaz el 10 de octubre de 1888 en su artículo De Céspedes a Agramonte, publicado en el diario Avisador Cubano, de Nueva York: «¿Y aquél del Camagüey, aquel diamante con alma de beso?».
Desde esa visión profunda y de admirada estatura, Martí no se conforma con el elogio y lo encumbra para la posteridad: «Era como si por donde los hombres tienen corazón, tuviera él estrella».
No se equivocó el Apóstol cubano. A 149 años de la caída en combate de El Mayor, ocurrida el 11 de mayo de 1873, las nuevas generaciones de agramontinos y agramontina recordaron su legado en la tierra que lo vio nacer y crecer como hombre y mambí.
Justo en el céntrico Parque Agramonte que inmortaliza su figura, se le recordó en acto popular en el que participaron pioneros y pioneras, jóvenes y estudiantes, portando flores en su honor y rememorando sus acciones y el compromiso de continuar fieles a su ejemplo.
El pueblo camagüeyano rememoró la caída en combate de El Mayor en el Potrero de Jimaguayú, municipio de vertientes, en Camagüey. Fotos: Yahily Hernández Porto