Rodríguez Parrilla enfatizó que aquella decisión unilateral por parte de Estados Unidos tuvo como pretexto acusaciones infundadas de que en Cuba se había atacado a los diplomáticos estadounidenses Autor: Irene Pérez/Cubadebate Publicado: 14/07/2021 | 02:20 am
Bruno Rodríguez Parrilla, ministro de Relaciones Exteriores, desmintió que en Cuba hubiese el 11 de julio un «estallido social», y afirmó que se trató de «disturbios, desórdenes en escala limitada», para los que se aprovecharon «de manera oportunista» las maneras difíciles en que estamos viviendo los cubanos como resultado de la intensificación del bloqueo y fueron la consecuencia de una operación política comunicacional fraguada desde empresas informáticas en Estados Unidos, con fondos federales y del estado de Florida, que permitieron el empleo de alta y cara tecnología para fomentar y dar cuerpo a la campaña contra Cuba.
En conferencia de prensa, el Canciller mostró las evidencias que prueban la responsabilidad del Gobierno de Estados Unidos, que ha dedicado cientos de millones de dólares en los últimos años para intentar fabricar una oposición política en Cuba al precio de crear desórdenes, con el fallido propósito de fracturar el orden constitucional, el consenso social, la estabilidad, la seguridad ciudadana y la armonía en que vive nuestro pueblo.
Para ello ha usado herramientas poderosas y sofisticadas de alta tecnología, de las cuales tiene un control prácticamente monopólico, señaló, y calificó de impúdico y obsceno que, en su frustrado empeño, usara la mentira, la calumnia, la manipulación de datos para, aún en medio de las condiciones impuestas por la pandemia, intentar convocar, movilizar, incitar, manipular a las personas.
Es un diseño comunicacional con fines políticos en el cual el imperialismo estadounidense ha trabajado por largo tiempo, y en pos del cual ha acentuado esfuerzos y financiamiento en los últimos tiempos, denunció. También consideró como «de insuperable cinismo», «hipocresía» y «manipulación política», a los pronunciamientos que han emitido voceros y políticos de Estados Unidos en relación con Cuba la víspera, y en días recientes.
El presidente Joseph Biden, informó, emitió un comunicado en el que pide «al régimen» de La Habana «que escuche al pueblo cubano y alivie sus necesidades», y en el que se refiere a la situación económica del país.
Rodríguez Parrilla sugirió al respecto que el presidente Biden y el Gobierno de Estados Unidos deberían escuchar a sus propios ciudadanos, que mayoritaria y sistemáticamente se pronuncian contra el bloqueo a Cuba y en defensa de su libertad de viajar; escuchar a la comunidad internacional que le reclama todos los años el levantamiento del bloqueo; escuchar a los cubanos que residen en Estados Unidos, en todas las latitudes, cuyas familias sufren la manipulación de los temas migratorios y políticas que afectan las relaciones, los contactos, los viajes entre nuestros pueblos y la reunificación familiar.
Pero se requiere mucho cinismo, consideró, para pedir al Gobierno soberano de Cuba que escuche a su pueblo, que es víctima de la política histórica y presente de Estados Unidos, de la política de Donald Trump, de las 243 medidas que se sumaron al bloqueo en los años recientes, y de modo oportunista y deliberado, en el propósito de aprovechar la pandemia para tratar de provocar un cambio de régimen en Cuba, y estrangular su economía al precio de dificultar la prevención, el tratamiento de la enfermedad y la inmunización de nuestros ciudadanos.
El presidente Biden, agregó, haría bien en escuchar la voluntad abrumadora, expresa y reiterada de nuestro pueblo que reclama el fin del bloqueo, que daña a todas las familias cubanas.
Rodríguez Parrilla apuntó que si Biden tuviera algún interés o alguna preocupación sincera, y quisiera aliviar las dificultades que vive el pueblo cubano podría tomar decisiones ejecutivas, «usar una pluma y con su mera firma, modificar significativa y sustancialmente, sin esperar, sin necesidad del voto legislativo, aspectos fundamentales del bloqueo, incluidos los que más daño humano provocan, los que más afectan el enfrentamiento a la pandemia por parte de nuestra nación».
Podría instar al Congreso a que levante el bloqueo o que adopte iniciativas legislativas, o recuperar algunas de sus prerrogativas soberanas y suspender la aplicación del Título III de la Ley Helms-Burton.
Rodríguez Parrilla recordó que el recrudecimiento de la política estadounidense de cerco, ocurre junto a un incremento de la agresión política, mediática, comunicacional, financiadas con fondos federales del Congreso de Estados Unidos que suman cientos de millones en los últimos años, sin contar los fondos encubiertos.
Lo que se dirime hoy es el dilema, la alternativa entre el derecho de un Estado independiente, soberano; de una nación, de un pueblo, a ejercer su derecho a la libre determinación y a disfrutar sus derechos humanos sin intervención, extorsión ni injerencia en sus asuntos internos…. La alternativa entre asegurarse, nuestro pueblo, a sí mismo la paz, la cohesión, seguridad ciudadana y estabilidad frente al intento ilegítimo, usurpador, ilegal, inmoral, de una superpotencia de sojuzgar a la Isla rebelde, de tratar de determinar nuestros destinos.
Antecedentes del 11 de Julio
El Ministro explicó que desde el día 23 de junio se veía venir la campaña reciente con llamados a la violencia, a acciones terroristas; a acciones contra las autoridades y hasta el asesinato del Presidente de la República, y mostró algunas de las pruebas que confirman que el intento de estallido social propalado como parte de la campaña anticubana más reciente no se consiguió «por la voluntad de nuestro pueblo y el apoyo de nuestro pueblo a la Revolución y a su Gobierno».
El 11 de julio hubo desórdenes, vandalismo, violencia, y transcurre la investigación correspondiente, puntualizó. Actuaron los que en Estados Unidos llamarían agentes de una potencia extranjera, que son personas que reciben dinero, instrucciones, se transportan en vehículos diplomáticos, que se reúnen con diplomáticos, visitan predios diplomáticos y son instigados a actuar contra el orden constitucional y la ley cubana, reveló.
Y el 11 de julio, aprovechando las condiciones y tensiones que he descrito, también ocurrieron disturbios con presencia de elementos delincuenciales, con antecedentes penales, y se ha tratado de manipular personas, generar un seudomovimiento con la vana aspiración de lograr formar una oposición política.
Esta operación que utiliza recursos millonarios y plataformas tecnológicas con fondos del Gobierno de Estados Unidos se agudizó a partir del 15 de junio, dijo, razón por la cual lo acusó de estar implicado directamente, y de tener grave responsabilidad en los incidentes del 11 de julio.
Rodríguez Parrilla advirtió nuevamente que el Gobierno estadounidense será responsable de las consecuencias que se produzcan de persistir en esa política de estrangulamiento de nuestro país, de incitación a flujos migratorios ilegales y desordenados y de la permanente instigación de «algún senador de la Florida» de que se despachen medios navales o se sitúen en zonas próximas a nuestros límites territoriales.
Reveló que el 15 de junio se lanzó la convocatoria con la etiqueta SOS Cuba en Nueva York, y que se usaron agentes pagados por el Gobierno estadounidense que movieron esa etiqueta para tratar de obstaculizar el pronunciamiento de la Asamblea General contra el bloqueo, una campaña que quedó desarticulada al nacer, aplastada por un clamor internacional reclamando el levantamiento del bloqueo.
Además, informó que la convocatoria a protestar en la sede de Naciones Unidas y el lanzamiento de la consigna que se usa en las redes sociales, fue realizada por una compañía estadounidense radicada en la Florida, ProActivo Miami Corporation, que recibió el 15 de junio el certificado de validez por parte del Departamento de Estado de la Florida, a cuyo Gobierno republicano acusó de estar implicado y financiando estos procesos. No fue una etiqueta surgida en Cuba, no es un movimiento surgido en Cuba, demostró.
Troles y troles
El Canciller explicó que esa empresa instrumental para la ejecución de la política del Gobierno estadounidense contra Cuba funciona en la articulación de un grupo de compañías bien financiadas y con alta tecnología. Lo hacen, abundó, mediante la violación de los códigos de las propias plataformas estadounidenses que los manejan, y manejan la narrativa, engañan, confunden, mueven a los ingenuos, influyen en quienes no tienen información veraz y, aprovechan la ingenuidad o juventud, la empatía emocional con que las personas acceden a redes digitales.
Develó que ese pequeño grupo de medios, que estuvo vinculado a la campaña de Donald Trump en Florida y algunos de los cuales fueron operadores en el propósito fallido de los republicanos de mover el voto de origen cubano en Florida a su favor, reciben fondos estaduales y federales y manejan el flujo de información en las redes sociales contra Cuba, y alientan el desorden y la subversión.
Igualmente, denunció que entre sus principales operadores están directivos y colaboradores de ADN Cuba, que es un proyecto para la guerra comunicacional contra nuestro país creado por el Gobierno de Estados Unidos y financiado por la Usaid, cuyos principales directivos, Yaima Pardo, jefa de información de ADN Cuba, y Norge Rodríguez, no son representantes de nuestro pueblo ni ciudadanos que vivan entre nosotros.
Los dos estuvieron en el asedio a la Embajada de Cuba en la ONU y entre los agitadores contra el equipo de béisbol de Cuba en preolímpico en Florida.
A partir del 15 de junio, señaló, ese laboratorio mediático que opera desde la Florida lanzó en Twitter la campaña de intervención humanitaria en Cuba. El 5 de julio, prosiguió, se lanzan con fuerza las etiquetas de intervención humanitaria y de canal humanitario, con movimiento desde decenas de cuentas robóticas y con gran capacidad, detalló. El 9 de julio activaron nuevas variantes y las etiquetas SOS Matanzas, Cuba duele y SOS Cuba, esta última, porque ha sido socorrida durante la pandemia para fines solidarios y como etiqueta humanitaria. Ahora se le retoma y se usa para engañar a las personas.
Rodríguez Parrilla reveló que se utilizaron granjas de troles, que son usuarios coordinados con cuentas falsas que divulgan de manera automatizada mensajes en Twitter, o con cuentas robotizadas que se mueven a gran velocidad. Por eso, dijo, causa asombro y repugnancia escuchar a políticos estadounidenses y ver a medios de comunicación repetir, sin recato, que en Cuba ha tenido lugar un estallido popular.
Los datos recabados muestran que los días 8 y 9 de julio, los usuarios más prolíficos de SOS Cuba y SOS Matanzas operan las tres etiquetas y están coordinados por Norge Rodríguez y Yaima Pardo. El 9 de julio desplegaron acciones coordinadas, y se fija como objetivo principal lograr altas magnitudes con SOS Cuba y, como secundaria, SOS Matanzas.
El volumen de SOS Cuba fue 16 veces superior a las menciones a la etiqueta #Cuba, lo cual no es usual en los hábitos de las redes al tratar los asuntos cubanos.
Denunció que tales prácticas violan las políticas de la comunidad digital y recordó que la red social Twitter sanciona y saca de la red a cuentas legítimas de usuarios cubanos con pretextos y sin razón, haciendo una interpretación caprichosa de sus regulaciones. Sin embargo, no ha tomado medidas ante las denuncias de cuentas falsas y manipuladoras.
También, amplió, se usaron en la operación anticubana informaciones falsas en redes, algunas emisoras asentadas en Estados Unidos y relacionadas con medios en español, con factura tecnológica y extraordinaria mendacidad.
La tolerancia del Gobierno de Estados Unidos y de estas compañías en relación con esta campaña contra Cuba es cómplice y los convoco a que tomen medidas para detenerlas en las redes que controlan, dijo. Para ejemplificar la jugada sucia, mencionó que una sola cuenta localizada en España y manejada desde intereses en Estados Unidos puso más de mil tuits, tanto el 10 de julio como el día 11, a razón de ¡cinco retuits por segundo!
Proliferan campañas subversivas y fake news que tergiversan la realidad de Cuba.
Decenas de usuarios que se activaron de manera normal y orgánica, lo hicieron sin saber que estaban siendo manipulados por empresas estadounidenses que participan de la guerra informativa contra Cuba. Ellos fueron convocados a cambiar en el perfil de sus cuentas para modificar la geolocalización desde donde actuaban e indicar que lo hacían desde Cuba, de modo de engañar a la opinión pública y la comunidad de las redes e internet, denunció.
Rodríguez Parrilla dijo disponer de evidencia de que la mayoría de los usuarios que participaron en esa campaña estaban ubicados en Estados Unidos y emplazó a Twitter a que desmienta o lo confirme, al tiempo que le solicitó actuar en prevención de ello y en cumplimiento de las políticas que declara.
Nuestro pueblo, en ejercicio de nuestra soberanía, actuará con los órganos judiciales en la aplicación de nuestras leyes, y tomando en cuenta el Derecho Internacional y el propósito de los gobiernos que han suscrito los convenios existentes en el ámbito de la comunicación, para prevenir la agresión en ámbitos digitales, advirtió.
El Canciller recordó que los cubanos hemos vivido momentos más difíciles que estos, y demandó al Gobierno de Estados Unidos que no se utilice la situación creada por la pandemia para apretar, de manera oportunista, el bloqueo contra Cuba.
Que el nuevo Gobierno de Estados Unidos, del que se debía esperar mayor decencia, apego a la ley y a su plataforma electoral, señaló, no aproveche las condiciones de pandemia para nuevas agresiones; que no persista en políticas que de manera vehemente y pública criticó de sus predecesores, y no continúe la agresión de estos últimos años en niveles extremos, recrudecidos ahora por la COVID-19.
Respondiendo indagatorias
Dando respuesta a las indagatorias de algunos medios de prensa internacional acreditados en Cuba, el Canciller reiteró las complejas circunstancias económicas, realmente difíciles por el apretón oportunista del mantenimiento de una política de reforzamiento del bloqueo estadounidense; pero significó que Cuba dispone de un sistema social que garantiza la asistencia a todos los cubanos y no se podrá ver en el país lo que sí puede verse en otros de gente muriéndose de pobreza y de pandemia al mismo tiempo.
Sobre los problemas de conectividad, hizo referencia a la falta de fluido eléctrico que repercute en el funcionamiento de las redes, de los nodos, de las telecomunicaciones y, además, puntualizó que Cuba no ha renunciado a defenderse en el plano que la agresión se produzca y responderá de una manera apropiada y medida.
En cuanto a la situación de las relaciones bilaterales con Estados Unidos, señaló que pese a la persistencia del bloqueo y las medidas tomadas durante la administración Trump, que persisten, se mantiene la comunicación diplomática y tenía la esperanza de que el Gobierno y el Departamento de Estado tomaran en cuenta las convenciones internacionales y actúen con un mínimo de sentido humanitario, dado las condiciones que se vive en Cuba y en el mundo por la pandemia.
El Canciller puntualizó que preocupaba la existencia de un efecto inercial de aplicación de la política del Gobierno que antecedió a la actual administración y que en la campaña tanto se criticó, y un incumplimiento de las promesas hechas a los electores durante la campaña.
Llamaría a un rasero justo, afirmó el titular de Exteriores, al referirse a como en medios se ha informado de lo ocurrido en Cuba, donde se sesgan imágenes y se presentan como si hubiese ocurrido una gran represión, y afirmó que ha visto escenas peores en Europa, escenas fuertes de violencia policíal en capitales europeas y en Estados Unidos durante y antes de la pandemia.
Ha habido violaciones a nuestras leyes, ha habido violencia, actos con armas y nuestro pueblo tiene derecho a defenderse y aplicar nuestras leyes para defender la integridad de nuestros ciudadanos.
Haremos uso de nuestras leyes con todo ejercicio de justicia y de acuerdo a lo que nuestras leyes demandan. Las leyes están para ser aplicadas, subrayó el Ministro, quien explicó que estos disturbios con participación de elementos delincuenciales, han sido parte de una operación política comunicacional realizada desde afuera, muy magnificada en el ámbito digital y que ha sido enfrentada con el apoyo y la participación del pueblo y con un mínimo de la fuerza de la ley.