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Los que han padecido en Cuba la enfermedad infecciosa del nuevo coronavirus (SARS-CoV-2) se han sometido a una evaluación inicial como parte del protocolo de atención a convalecientes, explicó la doctora Ileana Morales Suárez, directora nacional de Ciencia e Investigación Tecnológica del Ministerio de Salud Pública, quien añadió que los recuperados de la COVID-19 pueden presentar secuelas a corto, mediano o largo plazos.
Según reporta la Agencia Cubana de Noticias, Morales Suárez intervino este jueves en el encuentro denominado Puertas Abiertas, de la Academia de Ciencias de Cuba, donde aclaró que en esos casos, al recibir el alta médica, el estado del paciente lo evalúa el médico de la familia y un equipo básico de salud, integrado por pediatras, clínicos, sicólogos y geriatras, entre otros especialistas.
Ese grupo determina si la persona amerita una consulta municipal con especialidades mucho más específicas o alguna consulta en el nivel provincial, informó la directiva.
Indicó que las principales interconsultas requeridas hasta la fecha resultan las de neumología, fisiatría y sicología, lo cual evidencia que en esas áreas se localizan las secuelas más recurrentes.
Reconocidos autores de estudios nacionales e internacionales coinciden en que quienes cursan el padecimiento de manera moderada a grave o crítica están más predispuestos a presentar daños tras sufrir la COVID-19.
Subrayó que en el territorio cubano cada cien personas 60 son asintomáticas, de ellas entre el 15 y el 20 por ciento son de alto riesgo, y aproximadamente tres pueden pasar a estados graves y críticos.
La experta también se refirió a sus fundamentales secuelas, entre ellas ansiedad, depresión, trastornos de adaptación, lesiones pulmonares, daños renales y hepáticos, y el deterioro del sistema osteomuscular.
Sobre este último trastorno argumentó que los pacientes positivos al SARS-CoV-2 que han tenido neumonía o han experimentado esfuerzos respiratorios diafragmáticos por la tos, presentan a corto plazo dolores en los músculos respiratorios y ahogo o dificultad en la respiración.
Agregó que sufren dolencias por haber permanecido mucho tiempo en terapia, acostados durante un largo período, o padecen lo que se conoce como el síndrome de la fatiga crónica, e insistió en que a esos aspectos dedican especial cuidado los fisiatras y fisioterapeutas cubanos.
De igual forma, prosiguió, se atribuye mucha importancia a la rehabilitación integral nutricional, por todo lo que pudiera evidenciarse en el orden del metabolismo.
Mencionó, además, que, aunque no es muy usual, algunos niños cubanos han desarrollado manifestaciones cardiovasculares como miocarditis y arritmias, por lo cual son tratados también por cardiopediatras.
Los principios de la salud en Cuba son evitar que la población enferme de la COVID-19, lograr que quienes lo hagan no lleguen a estadios graves o críticos, y de ser así no mueran, y que quien haya sufrido el virus tenga el menor número de secuelas posibles, aseguró.
