René Mora. Autor: Nelson Rodríguez Roque Publicado: 09/04/2020 | 11:53 pm
Cuando un ciudadano canadiense se convirtió en el primer paciente en Holguín que dio positivo a la COVID-19, el 18 de marzo pasado, un grupo de trabajadores vinculados al sector de la salud fue activado inmediatamente. Desde ese día, también hay jóvenes acá enfrentando la pandemia, varios de ellos en combate «cuerpo a cuerpo».
Para Lester Amado (37 años), especialista en Terapia Intensiva en Primer Grado, haber cumplido misión internacionalista en la hermana República Bolivariana de Venezuela significó un gran fogueo. También sus ocho años de labor en la sala de Terapia Intensiva del Hospital Lenin lo han formado profesional y humanamente.
En los 10 días que estuvieron en el Hospital Militar Doctor Fermín Valdés Domínguez (principal centro de aislamiento holguinero), él y sus compañeros atendieron, directamente, a dos de los pacientes que fueron dados de alta clínica el lunes pasado, un italiano y un canadiense.
«A medida que fue pasando el tiempo, vimos más dificultades en la evolución radiológica que en la clínica en nuestros enfermos, algunos de ellos, sintomatológicamente, con pocas expresiones. Sin embargo, a nivel de radiografía sí se modificaron mucho los parámetros», explicó a JR el doctor Amado.
«Fusetti (Gian Carlos), el italiano, se vio crítico y hubo que ponerle ventilación, pero sin entubarlo, porque si lo hacíamos de forma invasiva corría peligro, ya que es fumador con un EPOC (Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica)», detalla el galeno.
Sobre el nuevo coronavirus, opinó: «Vamos aprendiendo acerca de este, porque en el mundo todavía hay desconocimiento. Tratamos, como se dice, a enfermos, no a enfermedades. Logramos ver avances en los pacientes nuestrossin complicaciones extremas, como shocks u otras».
Catorce días de ayuda
Yailín Aguilar (25 años, técnico medio en Enfermería), rotó entre Terapia Intensiva y sala E (Terapia Intermedia) del «Fermín Valdés», durante 14 días. Esta trabajadora del mencionado hospital —desde hace tres años y medio–, subraya: «Sentí tensión cuando me llamaron para sumarme a la contención al nuevo coronavirus, pero confiaba en la preparación que me dieron previamente, y en mi percepción del riesgo».
La joven refiere tener una familia muy unida, con excelentes relaciones entre su abuela, su mamá y la suegra: «Mi esposo siempre entendió mi disposición de ayudar. Desde el primer momento me percaté de que estaba ante una situación difícil, pues nunca había trabajado en el enfrentamiento a una enfermedad tan contagiosa y dañina».
Aguilar conoce los riesgos de su profesión: «Cualquier error en el manejo nos puede costar enfermarnos y poner en peligro nuestra vida, pero ser enfermera me impulsa a esforzarme hasta el último momento». Y también sus recompesas:«Algo que me impactó fue que,tras salir de Terapia Intensiva, tanto el italiano como el canadiense no hallaban cómo significar su agradecimiento a Cuba».
Aprender actuando
Desde el 12 de marzo permaneció en el Hospital Militar atendiendo a un paciente que arribó con una sintomatología «florida», mas, al final, no estaba contagiado con la COVID-19. El primer teniente René Mora (30 años), especialista en Cuidados Intensivos y Emergencias Médicas, alerta que «la COVID-19 es grave:en la mañana puede verse un paciente asintomático y al otro día se le escapa la vida. Hay que ponerles a los enfermos mucho cuidado y voluntad para que no ocurra un final trágico. Si el tratamiento es inadecuado, permite la agresividad del nuevo coronavirus».
Coincide con quienes sugieren contener al SARSCoV2 con premura: «Es importanteacudir al médico en las primeras horas de sintomatología. Esta enfermedad, en estadios avanzados, puede producir fibrosis pulmonar, con una falta de aire intensa que prácticamente imposibilita traer a los pacientes a la normalidad. Debemos hacer hincapié en que las personas con infecciones respiratorias no pierdan tiempo y vayan a los puestos de salud».
«Algunos entendidos opinan que en el actuar no se puede aprender, pero este grupo de jóvenes, como el resto de lso galenos en el mundo, ha tenido que aprender actuando, dadas las complicaciones derivadas de este coronavirus y lo novedosa que es su aparición. «Lo mejor es que todos los días el mundo busca maneras de frenarlo u opciones terapéuticas eficaces», valora.
La capacitación antes de la contingencia le fue útil: «Cuando el canadiense dio positivo, yo estaba de guardia en Terapia Intensiva en el hospital y estuve entre quienes lo ingresaron. En ese momento pensé en mi esposa y mi niño de seis años, a quienes dejaría de ver en muchos días. Pero, por esa solidaridad nuestra, mis amigos y vecinos han apoyado mucho a mi familiaen mi ausencia».