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Matanzas.— Al recorrer las áreas del Museo de los Bomberos en esta localidad —que cumplirá dos décadas en el presente año y se destaca por una colección que supera las 3 000 piezas donadas íntegramente—, la nostalgia y la satisfacción se apoderaron de mis recuerdos, pues siendo un niño visité esa instalación con frecuencia, ya que mi padre laboró allí por espacio de 40 años.
Ahora, mientras caminaba por ese sitio aprecié la magnitud de la restauración capital a que está sometido el inmueble por compañeros del Ministerio del Interior, quienes se han sumado al programa por el aniversario 325 de esta ciudad.
«Cuando se levantó el piso, como parte de la restauración, encontramos el lugar donde se les daba mantenimiento a las bombas de vapor. Es un cuadrado que fue rellenado con botellas de finales del siglo XIX, además de fragmentos de pomos de medicamentos y de vajillas, y una herradura de caballo», explicó Biolexi Ballester Quintana, directora de la institución.
«Hallamos la entrada del famoso túnel que existía desde la Plaza de La Vigía atravesando la calle y todo el museo, pero se determinó que es de desagüe, y no para otras funciones como se pensó durante muchos años», añade.
«El inmueble se inauguró el 12 de agosto de 1900 y fue el último edificio neoclásico en Cuba, y el único de su tipo con el objeto social vigente desde su fundación», asevera Ballester Quintana.
Las obras de reparación en el edificio comenzaron el pasado 27 de enero con la demolición de las construcciones añadidas en el parque lateral —que será como una especie de plaza— para el disfrute de todo el que venga al museo.
