Los brigadistas participan también en la recuperación. Autor: Brigada de Instructores de Arte José Martí Publicado: 21/09/2017 | 07:06 pm
Levantar la espiritualidad de cuantos han sido afectados por el devastador huracán Irma es lo que pretenden los miembros de la Brigada de Instructores de Arte José Martí, que tras el azote del fenómeno meteorológico convocó a su Guerrilla 50 Aniversario para llegar a las zonas más dañadas.
Entre sonrisas y a veces lágrimas por lo difícil de enfrentar una situación de desastre, estos jóvenes llevan con su arte un mensaje de confianza en que el país se levantará.
Liliam Mendoza Estrada, presidenta de ese movimiento, manifestó que el propósito es llegar a las comunidades con un programa de atención cultural y recreativo.
«Regalamos lo mejor de nuestras experiencias artísticas, intercambiamos con pobladores y ayudamos en las tareas de saneamiento y la reparación de locales afectados, en especial las casas de cultura, el escenario natural de trabajo del instructor.
«No solo les presentamos nuestras propuestas, sino que realizamos pequeños talleres y mostramos los resultados. Así, quienes asisten a nuestros espectáculos se sienten partícipes del evento», especificó Liliam, quien añadió que una particularidad de la Guerrilla, esta vez, es que ha sumado a artistas aficionados, a los protagonistas del concurso Escaramujo —el evento de creación artística de mayor relevancia de la Brigada— y a otras unidades artísticas del sistema de casas de cultura.
Detalló que los jóvenes artistas se adaptan a las condiciones de campaña existentes en los lugares afectados y junto a ellos también están los miembros de la Asociación Hermanos Saíz, el sistema nacional de escuelas de arte y las direcciones de cultura en cada territorio, pues esta es otra oportunidad de llevar el arte más genuino y puro a los sitios más golpeados de Cuba.
Recordó que muchas buenas ideas nacen en medio de las circunstancias difíciles y eso sucedió con la Guerrillera, la cual fue creada tras los golpes de los huracanes Gustav, Ike y Paloma, en septiembre de 2008. «No hay duda de que la cultura puede aplacar los vestigios del huracán y eso lo han mostrado nuestros integrantes cada vez que llegan a los barrios», sentenció.