Baracoa después de Matthew. Autor: Estudios Revolución Publicado: 21/09/2017 | 06:39 pm
BARACOA, Guantánamo.— La salida de Santiago de Cuba resulta apacible: un verde alegre adorna las montañas. Pero eso es solo el principio del trayecto, en pocos minutos el panorama cambia.
Desde el aire, la vegetación pareciera haber sido víctima de un gran incendio, se observa completamente arrasada. Punta Caleta, el área por donde Matthew entró a tierra cubana simula un pequeño pueblo fantasma.
Las vistas aéreas de Maisí y Baracoa, dos de los territorios más afectados en el oriente cubano, no dejan lugar a dudas de los daños provocados por el huracán Matthew, sobre todo en las cubiertas de las viviendas.
Poco antes de caer la tarde, ya en tierra, las escenas de la Ciudad Primada duelen. A la vista tenemos viviendas destruidas total o parcialmente, vegetación arrasada, calles convertidas en improvisados vertederos… pero el pueblo alegre y optimista no está de brazos cruzados.
Aquí la etapa de recuperación ya ha comenzado. Brigadas de diferentes partes del país han iniciado sus labores, y la población, con sus propios esfuerzos, levanta lo que puede, despeja vías, recoge escombros, apuntala paredes…
«Lo que nunca habíamos vivido», comentan muchos a nuestro equipo de prensa. «Durante unas seis horas y media sentimos el azote de los fuertes vientos; olas de casi diez metros de altura se observaban en el malecón, mientras las lluvias y las ráfagas no paraban», evoca una muchacha.
Viviendas y entidades estatales completamente destruidas o sin techo, postes caídos, líneas eléctricas y telefónicas infuncionales… la totalidad de los daños permanecen aún por cuantificar debido a la magnitud de los mismos y la dificultad para mantener comunicación con diferentes lugares.
«Perdí el techo de mi casa, pero tengo fe, porque sabemos que la Revolución nunca nos abandona», comenta una señora.
«El amanecer del miércoles fue desastroso, lo nunca visto en esta tierra, ni siquiera yo que tengo 71 años», nos dice un señor visiblemente emocionado.
«Este pueblo ama a Fidel, ama a Raúl y tenemos fe en la dirección del país», nos asegura otra señora. Y es que en las palabras y rostros se vislumbra confianza, «ante todo en la Revolución porque nunca antes nos ha defraudado».
Sí, definitivamente por aquí pasó Matthew, pero ahora un huracán humano ha tomado las calles, dispuesto a levantar y reconstruir… a recuperarse.