La supervivencia de más del 80 por ciento de las especies vegetales del planeta depende de las abejas. Estas no solo aportan miel y sus derivados, sino también, con la polinización, contribuyen a la reproducción de las plantas. Quizá esa sea una de las fundamentales razones por las cuales este lunes se inauguró en el capitalino Palacio de Convenciones el XII Congreso Latinoamericano y VI Congreso Cubano Apicultura 2016.
Cuba asiste a esta edición con perspectivas bien definidas, reconoció Idael Pérez Brito, viceministro de la Agricultura, quien dio la bienvenida a los delegados. En la Isla existen más de 1 600 apicultores y 18 unidades apícolas, agregó.
Las inversiones de los últimos años, dijo, han beneficiado a esta rama en aras de que se apropie de adelantos de la ciencia y la técnica y continúe ganando mercados donde posicionar la miel y sus derivados.
Adolfo Pérez Piñeiro, director del Centro de Investigaciones Apícolas y presidente del comité organizador local del evento, al ofrecer una conferencia magistral sobre la apicultura cubana expresó que la filosofía que anima a la actividad en la Isla es la de ganar-ganar. Lo que significa una relación armoniosa entre las abejas y la vegetación, precisó.
Significó la existencia de más de 300 tipos de plantas visitadas por las abejas en el país; de esas, aproximadamente 60 son grandes melíferas. Igualmente subrayó que el promedio anual de miel por colmena es de 42 kilogramos, y que en el país se producen entre 7 000 y 8 000 toneladas de miel al año, cuyo principal destino son países de la Unión Europea.
Entre los principales desafíos que enfrenta esta rama consideró la promoción de la mejoría genética de las abejas cubanas, proteger y fomentar la apiflora (especies vegetales melíferas) y formar y capacitar a los apicultores.
En otro momento de la primera jornada, el chileno Misael Cuevas, presidente del comité organizador internacional, advirtió que en los últimos años asistimos, a nivel internacional, a cambios estructurales en políticas agrarias y de orientación de la producción. Se acentúa, señaló, la extracción de la miel bajo el criterio de transnacionalizar la producción, influenciada por grandes corporaciones multinacionales. Eso convierte a los países latinoamericanos en exportadores de materia prima.
Al abordar los desafíos de la apicultura latinoamericana en su conferencia magistral, el experto chileno llamó la atención sobre el crecimiento de las superficies con monocultivo. Eso significa para las abejas vivir en un desierto verde, contaminado además por productos químicos impuestos por un paquete tecnológico que impacta al medio ambiente de modo negativo.
Consideró Misael Cuevas que se impone fortalecer el gremio e instalar los conceptos que resalten la importancia estratégica de las abejas; generar alianzas con el mundo de la ciencia e instituciones en fomento; mirar más allá del apiario y de la cadena apícola para defender un desarrollo inclusivo sustentable y equitativo, y luchar por un medio ambiente sano.
En el evento, que se extenderá hasta el próximo viernes, participan científicos y productores de 25 países, quienes compartirán experiencias y buscarán soluciones para enfrentar los desafíos.