De izquierda a derecha, el doctor Maikel García Chávez, el adolescente Yoan Torres y el otro neurocirujano, Osmán Ramírez Tasé. Autor: Rafael Martínez Publicado: 21/09/2017 | 05:59 pm
BAYAMO, Granma.— Miles no lo pueden creer todavía: Yoan Alex Torres López, de 15 años, está vivo luego de que un arpón de 60 centímetros atravesara de lado a lado su cabeza y le ocasionara un coma profundo, del que logró salir milagrosamente.
El adolescente, del barrio de Manta, en la periferia de la cabecera de Pilón, provincia de Granma, se disponía a pescar junto a un primo el pasado 14 de noviembre cuando la escopeta de aire, acomodada en una balsa, se disparó por accidente y la flecha de acero quedó incrustada en su cráneo.
El paciente antes de la complicada intervención quirúrgica, que duró tres horas y 45 minutos. Foto: Cortesía del Hospital Carlos Manuel de Céspedes.
«El niño iba a subir a la balsa cuando se produjo el accidente, cayó al fondo del mar, como a un metro y medio de profundidad; su primo, que es como dos años mayor que él, creyó que había muerto. No sabía cómo sacarlo. Por suerte en ese momento llegó otro primo, de 20 años, logró rescatarlo y montarlo en un auto para llevarlo al hospital de Pilón», contó a JR el campesino Alexis Torres Sánchez, padre de Yoan.
Foto: Cortesía del Hospital Carlos Manuel de Céspedes.
Desde esa institución fue trasladado al hospital provincial Carlos Manuel de Céspedes, en Bayamo, en el que ya estaban creadas las condiciones para una complejísima intervención quirúrgica.
«Se trataba de un traumatismo cráneo-encefálico notablemente grave. El paciente llegó en coma profundo, conservaba los reflejos de tallo cerebral muy tenues», narró el especialista de primer grado en Medicina General Integral (MGI) y en Neurocirugía Maikel García Chávez, de 34 años, uno de los que participó en la operación.
Foto: Cortesía del Hospital Carlos Manuel de Céspedes.
La cirugía de emergencia, que se extendió casi por cuatro horas, resultó difícil en extremo pues el arpón «tiene gran capacidad perforante, penetró por la región temporal derecha con orificio de salida parietal izquierdo alto; es decir, perforó el cráneo, las membranas envolventes del cerebro y el cerebro en sus dos hemisferios, y salió contra lateral, afectando estructuras nerviosas y vasculares», agregó el galeno, quien ponderó el trabajo de todos los profesionales de salud que participaron en el traslado del niño, el acto quirúrgico y los cuidados post operatorios.
Foto: Cortesía del Hospital Carlos Manuel de Céspedes.
También acotó que la intervención implicó realizar un cuidadoso cierre para dar continuidad anatómica al organismo después de lesiones vasculares y nerviosas.
Foto: Cortesía del Hospital Carlos Manuel de Céspedes.
García Chávez, graduado en 2004 y quien operó a Yoan junto al también especialista en MGI y en Neurocirugía Osmán Ramírez Tasé, de 32 años, explicó a este diario que este tipo de traumatismo tan severo tiene cerca de un 98 por ciento de pronóstico fatal, según los reportes conocidos internacionalmente.
«Incidió mucho en la supervivencia del niño que nadie moviera el arpón, que es una de las recomendaciones esenciales para este tipo de situaciones: jamás debe retirarse el objeto penetrante antes del momento quirúrgico», dijo.
Afortunadamente tampoco hubo infección, algo posible porque el arpón —que hubo de cortarse con una segueta— es de acero oxidable y tenía una espoleta de diez centímetros, la cual se había impactado dentro del cerebro, señaló.
Agregó que Yoan tuvo una evaluación favorable desde el principio porque al tercer día de la operación le fue retirada la ventilación artificial, al cuarto tuvo apertura ocular, al séptimo obedecía órdenes sencillas y al décimo «logró hablar con coherencia».
El neurocirujano apuntó que, en la historia de la especialidad en la localidad, este es el segundo caso recordado de un objeto penetrante en la cabeza, aunque el primero no fue tan profundo y complejo.
Probablemente Maikel se refiera al paciente Walberto Vázquez, del poblado de Babiney, en Cauto Cristo, quien el 4 de marzo de 1998 vivió la amarga experiencia de ver un machetín cuatro centímetros dentro de su cráneo. Entonces fue operado en una hora y 45 minutos por un grupo de especialistas encabezados por el doctor Guillermo Sánchez Paneque.
Foto: Cortesía del Hospital Carlos Manuel de Céspedes.
Desde su casa en el barrio de Manta, Yoan Torres contestó telefónicamente a JR que fue dado de alta hace dos días, se encuentra bien, «con mucho deseos de comer» y que lo han ido a visitar «una pila de personas».
Su madre, Anabel López, detalló que el muchacho tiene como secuelas afectaciones en el lado izquierdo, algunos reflejos borrosos y un sueño intranquilo por momentos, «pero tiene tremendo ánimo y deseos de vivir».
Por su parte, García Chávez expuso que hay optimismo entre los médicos, «porque el cerebro de un niño goza de mucha capacidad de regeneración».
Foto: Rafael Martínez Arias.
La madre del adolescente, una humilde ama de casa, remarcó que está infinitamente agradecida a «todos los que se preocuparon y salvaron a mi hijo, quien ha vuelto a vivir por milagros que solo se dan en Cuba».