Los pomos plásticos son la base del filtro de agua creado por Jorge Luis de la Fuente. Autor: Cortesía de la fuente Publicado: 21/09/2017 | 05:16 pm
Preocupado por la acumulación en el ambiente del polietileno tereftalato (PET), material con que se fabrican los pomos plásticos donde se envasa el refresco, el diseñador Jorge Luis de la Fuente recicla «pepinos» y los emplea en función de solucionar problemas de la vida cotidiana, como puede ser, por ejemplo, el mejoramiento de la calidad del agua que consumimos.
La necesidad, unida a su conciencia ambientalista, llevó a este creador a encontrarles otras utilidades a esos pomos, que por su estructura fuerte, cilíndrica y corpórea son un buen soporte como objeto. El PET es un polímero muy barato y fácil de moldear, con una alta resistencia física y química. Sirve de materia prima a gran número de aplicaciones industriales: textiles, envases, pinturas, juguetes… Sin embargo, las mismas propiedades que lo hacen ventajoso tecnológicamente constituyen un peligro latente para el medioambiente, explicó Jorge Luis de la Fuente.
Este material puede tardar cientos de años en degradarse; por tanto, se acumula en los lugares donde se deshecha, entorpeciendo las dinámicas ambientales. Su aplicación más común es el envase para refrescos. «Aquí solo se colecta y comercializa por las empresas de recuperación de materias primas. De ahí que estos envases se hayan convertido en un problema que invita a nuevas soluciones», destacó.
El joven diseñador, a quien todos conocen como el Chino y algunos catalogan como un hombre del Renacimiento por su inteligencia y creatividad, confesó que en el empeño de reciclar estos pomos se tropezó con gratas sorpresas.
De todo un poco
«Mi formación es el Diseño Informacional. No soy especialista en otras materias, pero he tomado un poco de información y mucho de necesidad cotidiana para llegar a algunas soluciones que pueden resultar interesantes y útiles para todos», aclaró.
Graduado del Instituto Superior de Diseño Industrial (ISDI), casa de estudios que sobresale por la creatividad de sus estudiantes y el alto nivel del claustro de profesores, De la Fuente se interesó, en un primer momento, por mejorar la calidad del agua. Fue así como se propuso fabricar un filtro a partir del envase para refrescos.
«El filtro contiene carbón activado y un tamiz estratificado de arena. Es fácil de utilizar en el hogar. Favorece el ahorro de energía y mejora la calidad del agua debido a que elimina sedimentos, metales pesados, compuestos químicos tóxicos, minerales y biológicos, así como olores y sabores indeseados», explicó.
En el proceso de fabricar este útil objeto a Jorge Luis le fueron quedando partes de los pomos, a las que también quiso darles utilidad.
«Accidentalmente me di cuenta de que se podía construir una tubería. Teniendo en cuenta las características de su sistema de tapa, que sella muy bien, y dimensiones, construí una unión universal para tubería de media pulgada. Este dispositivo es fundamental en la plomería, en la conducción del agua, además de que es muy útil en la agricultura, jardinería y dondequiera que haga falta unir dos tubos.
«De esta unión universal salió igualmente un sistema de sujeción que me permitió construir un juego de paletas para ventiladores, un sistema de aspersión para regadío, juguetes, una escoba…», precisó.
Todo ello son consecuencia del trabajo de un ciudadano «multiintruso», como suele llamarse él mismo, que se propuso construir también un calentador de agua.
La gota de rocío…
Motivado por hacer un dispositivo que durante la noche colectara las gotas de rocío y las condujera a un recipiente, este diseñador se percató de que del pomo para refresco se obtiene una fibra muy fuerte que sirve de materia prima para artesanos, diseñadores y constructores. Creó entonces una cuchilla para extraerla y empezó a facilitarles la fibra a muchos de sus colegas, con el fin de que fabricaran muebles y carteras, entre otros objetos.
Con estos resultados se presentó en el ISDI, donde profesores y alumnos recibieron con satisfacción sus propuestas. Esta institución incentiva el desarrollo de diseños a partir de materiales reciclados, entre estos la creación con PET de objetos lúdicos.
Sin embargo, el PET no es más que el pretexto para desatar la creatividad. «Hay otros materiales esperando posibles intervenciones, como los envases de cajitas de jugo, compotas y puré de tomate, cuyas materias primas son dificiles de reciclar industrialmente. Darles utilidad es otra de mis metas», concluyó De la Fuente.