En Cuba se brinda todo el apoyo para lograr el máximo desarrollo de la inteligencia de cada infante. Autor: Roberto Morejón Guerra Publicado: 21/09/2017 | 05:16 pm
El programa Educa a tu hijo, presente en todas las comunidades del país desde 1992, permite, junto a los círculos infantiles y las aulas de preescolar de las escuelas primarias, la cobertura casi total de los niños y niñas de cero a seis años de edad.
Los círculos infantiles se instauraron en el país en 1961, y ante la imposibilidad de llevar a todos los pequeños a esos centros, comienza la atención por vías no institucionales, basados en una investigación de un equipo multidisciplinario de especialistas cubanos.
En el actual curso, un 68 por ciento de los menores de seis años se atienden a través del programa Educa a tu hijo, y más de 130 000 están en los círculos infantiles. Si a estas cifras se suman los alumnos matriculados en las aulas de preescolar de las escuelas primarias, se alcanza una cobertura de más del 99 por ciento.
Con un marcado enfoque comunitario e intersectorial, en la puesta en práctica del Educa a tu hijo participan los ministerios de Salud Pública, Cultura, Deporte, la FMC, los CDR, la ANAP, todos bajo la coordinación del Ministerio de Educación.
El objetivo de la enseñanza preescolar es lograr el máximo desarrollo de la inteligencia de cada infante. Despertar en ellos la curiosidad, desarrollar hábitos y habilidades, que se relacionen adecuadamente con otros pequeños, así como que alcancen niveles paulatinos de independencia.
Aunque la educación preescolar no es obligatoria, el Estado cubano promueve que la familia permita la participación de sus hijos en ella, por lo importante que resulta para su desarrollo y posterior ingreso a la enseñanza primaria.
El programa Educa a tu hijo enfrenta hoy una experiencia inédita en nuestro país con la atención temprana a los pequeños con necesidades educativas especiales, incluso con carácter preventivo.
México, Guatemala y Brasil se encuentran entre los países latinoamericanos que han puesto en práctica la experiencia cubana de atención a la primera infancia por vías no institucionales, adecuándolo a las características de cada comunidad.