El acto principal por el Día de las Víctimas contra el Terrorismo de Estado, se desarrolló en la Plaza de la Revolución Mayor General Serafín Sánchez Valdivia, en una provincia manchada por el bandidismo en el Escambray, durante la primera mitad de la década del sesenta.
Isnery Lantigua, nieta del campesino Pedro Lantigua, denunció en la masiva concentración, asesinatos como el que arrancó la vida a su abuelo y al joven alfabetizador Manuel Ascunce Domenech.
Las nuevas generaciones demandaron el regreso inmediato de René González, así como la excarcelación de Antonio Guerrero, Gerardo Hernández, Ramón Labañino y Fernando González; antiterroristas juzgados injustamente en suelo norteamericano, mientras alertaban a nuestro pueblo sobre planes agresivos.
Además los espirituanos rindieron tributo a las víctimas del avión de Barbados, crimen que ha quedado impune, mientras los asesinos se pasean libremente por calles de Estados Unidos.
Nombres como Conrado Benítez, Alberto Delgado y tres de los integrantes de la familia Romero en Fomento, constituyen también denuncias eternas contra los desmanes provocados por el imperialismo en la actual provincia de Sancti Spíritus.