«Ellos son los trabajadores silenciosos detrás de la obra conocida, con su labor nos han enriquecido y permitido que otros nos enriquezcan», señaló Torres-Cuevas refiriéndose a los bibliotecarios durante el acto que tuvo lugar este lunes en la Biblioteca Nacional de Cuba José Martí (BNCJM).
La celebración ayer, 7 de junio estuvo también dedicada al aniversario 60 de la creación de los Estudios Bibliotecológicos Universitarios en Cuba, al 45 del Centro Nacional de Información de Ciencias Médicas (INFOMED) y al 50 del Sistema de bibliotecas escolares y de la biblioteca pública Rubén Martínez Villena.
Por su aporte y apoyo a la labor docente-educativa, estas instituciones, así como profesionales destacados del sector, fueron merecedores del sello conmemorativo Antonio Bachiller y Morales, la más alta distinción que otorga la Asociación Cubana de Bibliotecarios (ASCUBI).
Uno de los momentos más emotivos del encuentro, matizado por el entusiasmo y el regocijo de los presentes, fue la entrega de los premios nacionales de la ASCUBI, los cuales constituyen un tributo a la preservación del legado y las tradiciones bibliográficas cubanas.
En esta ocasión, entre los honrados estuvo monseñor Carlos Manuel de Céspedes y García-Menocal, quien recibió el reconocimiento Domingo Figuerola de manos del historiador Eduardo Torres Cuevas.
Asimismo el programa nacional de promoción de la lectura y la BNCJM confirieron a Juan Padrón por su libro Cómo me hice Pepito el corneta, y a Alexis Díaz Pimienta por la obra Prisioneros del agua, el galardón Puertas de espejos —que privilegia los títulos más leídos en la red de bibliotecas públicas del país— en las categorías infantil-juvenil y adultos, respectivamente.
Mientras, el premio Raúl Ferrer quedó en manos de trabajadores distinguidos por su quehacer en pos de potenciar y difundir la investigación bibliográfica.