Sus alumnos la consideran alegre y espontánea, pero también una de las profesoras más exigentes ante el estudio y el trabajo. Autor: Orlando Durán Hernández Publicado: 21/09/2017 | 04:52 pm
CAMAGÜEY.— Cuentan quienes la conocen que eso de gustarle el atletismo, sobre todo la carrera de velocidad, la ha marcado en todas las esferas de su vida.
Resulta que Indira Mariño Batista vive, según sus compañeros, con una velocidad constante, y no solo por ganar la carrera más difícil —la de la consagración ante el trabajo de la UJC—, sino por integrar las diferentes responsabilidades de cualquier mujer, profesional y dirigente cubana.
Sus alumnos la consideran alegre y espontánea, pero también una de las «profes» más exigentes ante el estudio y el trabajo.
Alegre por naturaleza es esta «muchacha velocidad» que corre como flecha en la pista, pero también se le ve ir y venir muy, pero que muy rápido por los pasillos y aulas de la Universidad camagüeyana, primera construida por la Revolución.
Su alegría, el amor por lo que hace y su ejemplo hasta en la superación profesional le ha permitido a Indira, este 17 de noviembre, ser elegida entre los militantes, estudiantes y trabajadores de la casa de altos estudios agramontina, como delegada directa, la primera de este territorio, al IX Congreso de la UJC.
La Filósofa, como también se le conoce por ser esta su especialidad, cuenta que mucho ha aprendido y crecido dentro de la Organización, pero sobre todo desde la estremecedora asamblea abierta universitaria que tuvo lugar hace solo unos días.
«Espero un Congreso muy semejante a lo experimentado en el recinto universitario durante el desarrollo de las asambleas abiertas. En sus mensajes y planteamientos están los retos de la UJC, y considero que ese es el camino a transitar».
Con esa interpretación del entorno, propio de una cientista social de solo 28 años de edad, Indira, quien dirige el Comité de la UJC en este centro, no olvida que este reconocimiento no hubiera sido posible «sin la enseñanza de mi familia, mi madre y muy especialmente la de mi padre Luis».
Quizá en estas raíces se encuentra la Indira amiga de muchos y la muchacha ejemplo en el estudio, el trabajo, el deporte y hasta en la alegría y en el baile.