El IX Pleno del Comité Nacional de la UJC analizó los retos que en el ámbito educacional y productivo tiene la juventud para apoyar la recuperación del país y su desarrollo
La Revolución confía en su juventud, porque ella entraña el heroísmo de todos los tiempos, de cada entrega épica que la nación ha necesitado. La idea fue compartida este viernes por el primer vicepresidente de los Consejos de Estado y de Ministros, José Ramón Machado Ventura, durante el IX Pleno del Comité Nacional de la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC).
Las palabras marcaron el tono del cierre de una jornada intensa que tuvo lugar en la Escuela Nacional de Cuadros de la Juventud Julio Antonio Mella, en la capital, y que contó con la presencia de los miembros del Buró Político Ulises Rosales del Toro y Miguel Díaz-Canel Bermúdez, así como los miembros del Secretariado del Comité Central del Partido, Abelardo Álvarez Gil y Lázara Mercedes López Acea; José Ramón Fernández, vicepresidente del Consejo de Ministros, y la titular de Educación Ena Elsa Velázquez Cobiella, entre otros invitados.
La tarde sirvió para sumar análisis y anécdotas acerca de la participación del estudiantado y la juventud cubanas en las tareas productivas más necesarias para el país, especialmente las relacionadas con la producción de alimentos.
Al respecto, el primer secretario de la UJC, Julio Martínez Ramírez, hizo alusión a líneas de trabajo que constituyen prioridades esenciales para la organización, entre ellas, la preparación de los dirigentes juveniles y estudiantiles; el cuidado del funcionamiento interno de las estructuras de base de la Juventud en los sectores productivos; el énfasis en la formación vocacional y la orientación profesional; el despliegue de movimientos juveniles en apoyo a tareas de la producción; y la dignificación de quienes laboran en esos ámbitos.
El ministro de la Agricultura, Ulises Rosales del Toro, recordó a las generaciones de jóvenes que siempre se han movido adonde les ha pedido la Revolución; y habló de ese anhelo permanente de que la juventud sea abanderada en frentes claves como el estudio y el trabajo.
El también miembro del Buró Político presentó más de una interrogante: ¿Cómo poner a los organismos en función de apoyarlos a ustedes? ¿Cómo crear las mejores condiciones posibles para la actividad productiva? ¿Cómo hacer que esa incorporación se entienda como algo estratégico en lo formativo? ¿Cómo ayudar a que los cuadros y especialistas sean ubicados en el lugar idóneo?
Por su parte el titular de Educación Superior, Miguel Díaz-Canel, hizo referencia a esa práctica histórica de la Revolución que ha dado frutos y merece retomarse con fuerza, de vincular las tareas del estudio con las del trabajo. Es indudable, dijo, que si la juventud participa en actividades productivas bien organizadas, eso potenciará la mentalidad de productores por encima de la de consumidores.
En otra arista de la reflexión, Lázara Mercedes López Acea advirtió sobre deficiencias que han aflorado a la hora de convocar a los jóvenes a una actividad de indudable trascendencia para el trabajo político ideológico: a veces son movilizados más de los que hacen falta; o se planifican jornadas que no son tan necesarias.
Es preciso, resaltó, pensar con objetividad, y es importante que cada cual participe, pero es algo que debe hacerse con orden y racionalidad, y con todos los argumentos necesarios, con los cuales conferir sentido a cada actividad productiva.
El equilibrio imprescindible entre la repercusión ideológica y los resultados económicos de cada movilización, fue resaltado por José Ramón Machado Ventura, quien alertó que «podremos tener determinada cifra de movilizados, pero si los protagonistas no son eficientes, el trabajo político ideológico se irá resquebrajando».
Palabras en la mañanaEn horas de la mañana el IX Pleno abrió con una intervención de la ministra de Educación, Ena Elsa Velázquez, quien afirmó que para el curso 2009-2010 continuarán siendo prioridades de la institución el fortalecimiento de los valores patrios y espirituales; la formación, atención y estimulación del docente; la preparación de los cuadros y sus reservas; los indicadores de eficiencia del trabajo educacional; la actividad científico-educacional; la labor preventiva y comunitaria; la prevención de manifestaciones de corrupción; y el aseguramiento técnico, material y financiero.
Sobre el trabajo con los valores, la ministra afirmó que este es algo de todos los días, y que se logra en la escuela donde haya organización y ejemplaridad por parte del personal docente.
El estudio de la Historia de Cuba fue mencionado por la ministra como premisa de ese trabajo ideológico. En tal sentido, comentó que los programas docentes para el nuevo curso incluyen profundizar en esos conocimientos desde el quinto grado hasta el duodécimo.
La formación vocacional, el fortalecimiento del ingreso con calidad a las carreras pedagógicas, y la formación de un alumno integral (instruido y con dominio de la lengua materna), fueron otros temas expuestos por la ministra.
Sobre la trascendencia que para el país tiene hacer maestros, Julio Martínez hizo énfasis en la responsabilidad que tiene la Juventud Comunista en elevar la calidad del ingreso del estudiantado a las carreras pedagógicas.
«Nos ha faltado motivar, entusiasmar, comprometer a los mejores jóvenes. Debemos asumir esa realidad y cambiarla», aseveró el Primer Secretario, quien además hizo referencia a la importancia de conquistar y comprometer a los dirigentes de la FEEM, esos que a su vez tengan poder de convocatoria sobre los demás estudiantes.
La otra idea compartida por Julio Martínez tuvo que ver con la necesidad de prestigiar socialmente al maestro. «Tenemos que prestar mayor atención a su preparación y acompañarlo. Esa no debe ser solo una responsabilidad del Ministerio de Educación», dijo.
Es importante, añadió, trabajar diferenciadamente con los estudiantes interesados en las carreras pedagógicas; y que las acciones abarquen al colectivo y la familia de los mismos.
Por su parte, el Ministro de Educación Superior ofreció una detallada información sobre los principales desafíos y propósitos del ámbito universitario. Habló a los dirigentes juveniles de dos líneas esenciales de trabajo: acrecentar la eficiencia en el trabajo político ideológico; y emprender un grupo de aciones con las cuales elevar la calidad del proceso docente-educativo.
«La Universidad tiene que ser fragua de la Revolución», expresó Díaz-Canel, quien resaltó que la Cuba actual necesita profesionales capaces, al tiempo que comprometidos políticamente.
El titular —quien no pasó por alto cómo el sector académico es blanco de la subversión del enemigo—, destacó la necesidad de que el trabajo político ideológico no se quede en el aire y se concrete. Asimismo hizo alusión a la labor con los profesores, sin los cuales no puede concebirse una ascendencia eficaz en el estudiantado.
Entre otros conceptos, subrayó que un trabajo político ideológico sistemático, profundo, coherente, es el camino natural para la defensa de la Revolución desde la universidad, y para el fortalecimiento de ese espíritu que tradicionalmente ha anidado en los altos recintos del saber en Cuba: el antiimperialismo.
Un anuncio y un gestoDe ahora en adelante los dirigentes de la FEU no serán cuadros profesionales, sino estudiantes. Esa condición que se implementará del todo a partir del próximo curso docente, fue anunciada por Julio Martínez hacia el final del IX Pleno.
La idea constituyó punto de partida para más de un análisis alusivo a la importancia de que los dirigentes universitarios tengan una mirada lo más fiel posible a su universo, precisamente por estar sumergidos en él.
Casi despidiendo el encuentro, el primer secretario de la UJC pidió a José Ramón Machado que fuera emisario de un mensaje de felicitación por el Día de los Padres, al Comandante en Jefe Fidel, y al compañero Raúl.