CIENFUEGOS.— «Aquí estamos tus hijos, deudores eternos de tu obra, que sabremos venerar y recordar en cada acción, en cada resultado que ennoblezca, dignifique y haga brillar a Cienfuegos, tu ciudad, la de todos, Patrimonio Cultural de la Humanidad, que con fe, trabajo y unión supiste encauzar.
El pueblo cienfuegero acompañó el acto de enterramiento de los restos mortales de Don Luis Clouet Favro. Foto: Justo González (AIN) «Este pueblo que hoy está junto a ti, te dice: Hasta siempre, De Clouet; Cienfuegos nunca te fallará».
Así expresó Irán Millán, conservador de Cienfuegos, en el acto de enterramiento de los restos mortales de Don Luis De Clouet Favro —fundador de esta ciudad el 22 de abril de 1819—, los cuales fueron depositados en un túmulo mortuorio erigido, en el cementerio Tomás Acea, por el escultor Juan García.
«Los hijos de Cienfuegos, deudores de su obra, vinimos aquí a la que será la tumba eterna que guardará a uno de nuestros grandes tesoros, para las presentes y futuras generaciones», añadió Millán en el solemne momento.
José Ramón Monteagudo Ruiz, primer secretario del Partido en Cienfuegos; y Rolando Díaz González, presidente del Gobierno, colocaron una ofrenda floral al pie del nuevo monumento.
De Clouet falleció, el 17 de julio de 1848, a los 82 años, de una pleuresía, en la ciudad de Córdoba, España. El 28 de julio de 1858, por gestiones de la alcaldía y el Ateneo de Cienfuegos, fueron donados los restos de su fundador a este sitio, adonde arribaron el 3 de agosto.
Luego, estuvieron en la bóveda de un banco, y posteriormente en el Museo Provincial hasta hoy. El acto de despedida de los restos constituyó momento central de la Semana de la Cultura de Cienfuegos, en saludo a su aniversario 190.
Centenares de personas peregrinaron por las avenidas sureñas detrás del cortejo fúnebre, hasta el cementerio local.
El Conservador recordó que De Clouet, Caballero Cruz y Placa de la Real y Militar Orden de San Hermenegildo, Comendador de la Orden Isabel La Católica y Título de Castilla de Conde de Fernandina de Jagua, nació el 8 de febrero de 1766 en Nueva Orleáns, antigua colonia francesa.
En 1777, a los once años, inició su carrera militar, y en 1800 ya era capitán y comandante de milicias y voluntarios del Mississippi. Partió hacia Europa en 1814, al peligrar su vida si permanecía en Louisiana.
Se trasladó a Cuba desde Burdeos, en 1818, con el grado de teniente coronel de infantería y agregado al Estado Mayor de La Habana. En 1820 ya era coronel de los Reales Ejércitos, y Brigadier de Infantería para 1833.
El 1ro. de enero de 1819 propuso al Capitán General de la Isla, Don José Cienfuegos, y al Intendente Don Alejandro Ramírez, fundar una colonia en la Bahía de Jagua, proyecto aceptado y formalizado el 9 de marzo del propio año.
En unión de los colonos procedentes mayoritariamente de Francia, el 8 de abril se asentaron a orillas del río Saladito, pero al ofrecer Don Agustín de Santa Cruz 130 caballerías de tierra en la Península de La Majagua, consideraron que eran terrenos con mejores condiciones y potencialidades para el desarrollo futuro.
En dicha zona fundarían definitivamente la colonia el día 22. Se llamó Fernandina en honor a Fernando VII, rey de España, y Jagua, porque representaba el nombre aborigen con que se conocía esta región, cuyo significado es fuente, manantial y riqueza.
A los 53 años De Clouet concibió, planificó y realizó, con el apoyo de la corona española y las autoridades del país, su creación, amparado en la Real Cédula de 1817 para fomentar y poblar de blancos la isla de Cuba.
En 1829 se le otorgó a la colonia Fernandina de Jagua el título de Villa y tomó el nombre de Cienfuegos, en agradecimiento al Capitán General de la Isla. De Clouet fue nombrado su gobernador político y militar.
Desde los tiempos fundacionales, la ciudad se colocó entre las más importantes poblaciones cubanas.