Gabriel Gaspar Tapia salió de Chile al exilio en México en 1974 y retornó definitivamente a su patria en 1992. Foto: Roberto Suárez.
«Esperamos mucho de esta visita. Tiene al mismo tiempo un gran significado político y simbólico, porque sin lugar a dudas va a marcar un punto más alto en las relaciones entre los dos países, desde que las reanudamos en la década de los noventa con el retorno de la democracia en Chile», expresó a JR el embajador chileno en Cuba, Gabriel Gaspar Tapia, refiriéndose a la connotación de la visita oficial de la Presidenta Michelle Bachelet a la Isla.
Gaspar Tapia ocupó el cargo de embajador en La Habana el 10 de enero de este año, y su principal misión ha sido preparar la visita de la Mandataria chilena, la primera que realiza un presidente de ese país, luego de que Salvador Allende viajara a la Isla en diciembre de 1972.
Esta visita -manifestó el embajador chileno- tiene tres ejes muy claros: el político, que son los diálogos entre las autoridades y los dos Jefes de Estado; la cooperación económica e intercambio comercial con la adopción de acuerdos en plural; y el cultural o público con la presencia de Chile como país invitado a la XVIII Feria Internacional del Libro de La Habana.
Además, señaló que hay otros aspectos como son los convenios de cooperación entre el Servicio Nacional de la Mujer de Chile y la Federación de Mujeres Cubanas, y en el ámbito de intercambio de filmotecas.
Nosotros queremos intercambiar en algunas áreas que Cuba tiene muy desarrolladas, lo cual pudiera ser muy útil para nuestro avance, sobre todo, en materia de Salud.
También nos hemos propuesto estudiar programas de cooperación deportiva en formación de atletas de alta competencia, deporte masivo y comunitario, sistema que le ha dado a la Isla muy buenos resultados, reconoció.
«Cuba ha planteado –afirmó- el interés de comprar alimentos y materiales de construcción en Chile, productos muy necesitados aquí tras el azote de los huracanes. Con la Presidenta Bachelet viene una delegación representativa de ejecutivos y empresarios chilenos que participarán en un seminario para construir lazos comerciales y de inversiones con la Isla».
Estamos en un momento especial de la relaciones. Uno de los hechos más significativos ha sido la ratificación en Chile del Acuerdo de Complementación Económica suscrito por ambas naciones en 1999, el cual reduce los impuestos de nuestras exportaciones mutuas y favorece el comercio, apuntó.
Hubo demora por la parte chilena, porque «nuestra sociedad es plural en sectores políticos, tiene distintas opiniones, y conseguir el consenso para un acuerdo como este llevó todo un trabajo previo».
Indicó que la Presidenta tendrá una agenda muy apretada en sus tres días en La Habana, con un módulo de actividades previstas, porque es una visita oficial que se tiene que desarrollar conforme al protocolo cubano. Aseveró que Bachelet tendrá contactos con la comunidad chilena en la Isla, que asciende a más de seiscientos miembros, entre exiliados de la dictadura de Augusto Pinochet, jóvenes que cursan sus estudios universitarios y algunos empresarios.
El sello de la BacheletGabriel Gaspar Tapia se desempeñó como viceministro de Defensa durante el gobierno del ex presidente chileno Ricardo Lagos y pudo trabajar directamente con la Bachelet al ocupar ella el cargo de ministra de ese sector en el periodo del 2002 al 2004, cuando fue liberada para preparar su campaña con vistas a las elecciones presidenciales en diciembre de 2005, de la cual finalmente resultó vencedora.
Gaspar Tapia considera que el sello de la Presidenta chilena en su gestión de gobierno ha estado en la política de protección y cohesión social. «Ella ha sido muy exigente en la construcción de una red de protección social, que involucre no solo a los recursos del estado», subrayó.
«Más o menos dos tercios de nuestro presupuesto nacional se destinan cada año al gasto social: Salud, Educación, Vivienda. Con el retorno a la democracia, hemos logrado reducir niveles de pobreza e indigencia que eran muy altos. Queremos alcanzar en este periodo de gobierno que cada familia chilena se sienta protegida, y hoy en día eso se expresa en las medidas que se han tomado», remarcó.
El embajador chileno en Cuba insistió en que sectores como los de Salud y Educación no recibieron inversiones durante muchos años en su país, por lo que ha sido prioritario para el Gobierno continuar invirtiendo en ellos y tratar de eliminar las diferencias entre lo privado y lo público.
Puso como ejemplo los pasos que se han dado en Salud Pública con la adquisición de equipos, la reparación de hospitales y el aumento de camas, así como los programas para contrarrestar las enfermedades catastróficas y las más usuales entre los chilenos.
«Hemos tenido resultados positivos en materia económica; los indicadores en los últimos tiempos son muy elocuentes. Hemos aumentado el número de aparatos de televisión por hogar, de líneas telefónicas, y el de chilenos que tienen vehículos. Y eso es obra de la democracia, pero no la entendemos solo como resultado de la apertura económica, porque Pinochet también lo hizo; tiene que ir acompañada del respeto a los derechos ciudadanos», alegó.
«Te puedo asegurar que estamos ante una sociedad distinta. El tema de la dictadura ha ido quedando atrás. Chile ha cambiado mucho. Reconocemos que vivimos momentos muy duros, pero es parte del pasado», concluyó.