Pese a las dificultades materiales y organizativas, el Ministerio de Comercio Interior (MINCIN) avanza en el cumplimiento de los objetivos estratégicos aprobados para este año y el trienio 2007-2009, según refleja un informe presentado este jueves por el titular del ramo, Marino Murillo Jorge, a los diputados a la Asamblea Nacional.
En la jornada correspondiente al segundo período ordinario de sesiones de la Séptima Legislatura, Murillo dejó claro que muchos de los problemas que agobian a la población dependen de la exigencia y el control. Exhortó a que todos participemos desde nuestros barrios en la lucha contra la corrupción y el delito que libra el sector.
«Ustedes tienen potestad para que el bodeguero, el administrador de gastronomía u otro trabajador del MINCIN que incurra en delitos o maltratos a la población sea destituido», apuntó, refiriéndose a los diputados, luego de que se discutiera sobre la política de cuadros y la actitud inapropiada de algunos directores y administradores.
Ante la inquietud de los parlamentarios por el funcionamiento del Sistema de Atención a la Familia (SAF), el funcionario explicó que es lamentable que existan lugares donde no marche bien, porque para este programa se ha garantizado todo el financiamiento. Dejó definido que donde no ha comenzado a prestarse el servicio es porque ha faltado voluntad y exigencia.
Al referirse a la circulación mercantil minorista, subrayó que en los últimos años se incrementaron los niveles de ejecución de forma ininterrumpida, hasta alcanzar en el actual período 16 413 millones de pesos, un crecimiento de 10,5 por ciento con relación al año precedente.
Por ese concepto, durante 2007, se ingresaron al Presupuesto del Estado por las entidades del sistema 6 370 millones de pesos, lo cual representa el 43 por ciento del total de la circulación mercantil minorista de ese período. Al cierre de este año se estima que se superará la cifra en 688 millones, aunque se incumplen los ingresos planificados en correspondencia con el cumplimiento del plan.
El Ministro explicó que para cumplir con los crecientes niveles de circulación monetaria que requieren la satisfacción de las necesidades planteadas y el equilibrio financiero interno, se reorganizó la cadena de distribución mayorista y se creó un canal para los alimentos y otro para los productos industriales. También se rescató la especialización de las empresas de comercio minorista.
El titular del MINCIN reconoció que la distribución mayorista de alimentos no desempeña aún su papel rector, pues no ha logrado la completa integración con las estructuras municipales y provinciales, no garantiza en todo el país la distribución total del consumo social, ni en todas sus empresas se logran resultados económicos positivos, principalmente por tener vencidas cuentas por pagar y cobrar.
Se refirió a que el canal de distribución mayorista de productos industriales no logra la fluidez y organización necesarias. Por tales motivos los productos no están presentes en la red minorista en todo momento.
Durante este año, según se informó, han ocurrido menos afectaciones que en 2007 en la entrega de la canasta familiar normada, pero no se logra la estabilidad requerida en esta actividad, principalmente por dificultades en la producción, el transporte, la entrada tardía de las importaciones y problemas organizativos en la distribución.
«La entrega de leche evaporada no se ha cumplido en dos distribuciones al mes como máximo. Las empresas mayoristas no han logrado mantener un mes de cobertura para este producto, lo que ocasiona gastos adicionales de combustible, y genera incomodidad de la población», reconoció el Ministro, quien precisó que esa situación se debe al incremento desmedido de las dietas médicas en el 2008, durante el cual se han consumido como promedio mensual 85 toneladas más que en 2007.
La calidad de los servicios gastronómicos alcanzó discretos avances, principalmente debido a los abastecimientos de la red por especialidades. No obstante, subrayó Murillo, se aprecia falta de profesionalidad y calificación en directivos, administradores y trabajadores.
La venta de comestibles representa la mayor proporción de las ofertas, sin embargo, no está en correspondencia con el nivel de recursos e insumos suministrados durante el año. Tampoco los centros de elaboración tienen el efecto multiplicador requerido.
Al referirse a los servicios, la actividad más deprimida durante el período especial, el funcionario aseguró que se aprecia una modesta recuperación. Se crece un 42 por ciento en 2008 en relación con el año anterior.
El titular apuntó que la reparación de los efectos electrodomésticos del Programa Energético se realiza en 600 talleres y 1 050 puntos en Consejos Populares. Los mecánicos fueron dotados de lo necesario para prestar este servicio, pero lo ideal es lograr un mantenimiento estable para evitar las averías.
Desde que comenzó el programa se han atendido 5 815 500 equipos, y si al cierre del 2007 se reportaban 624 equipos como promedio diario pendientes de solución, en noviembre de este año la cifra era de 338, lo cual significa una mejoría, pero aún no se logra el propósito de que los equipos recibidos se reparen en el día.
Además, se informó que la recuperación de almacenes, incluida la dotación con medios tecnológicos de manipulación de carga, pesaje, ventilación y mejora de condiciones de trabajo, abarcó inicialmente a 341 instalaciones con una capacidad de 603 100 toneladas, y en la actualidad alcanza a 445 almacenes, con capacidad de 943 000 toneladas.
El plan ha sufrido reprogramaciones por diferentes causas. No se cumple con que el ciento por ciento de los almacenes de alimentos obtenga el primer nivel tecnológico. Al cierre de este año han alcanzado esta categoría 113 almacenes que representan el 25 por ciento del total.
Uno de los temas más debatidos, junto al de los uniformes escolares, fue la calidad y precios de la gastronomía. Algunos diputados se cuestionaron las tarifas altas de muchos productos y se dejó claro que cada lugar debe definir qué tipo de gastronomía es la idónea, de acuerdo con el poder adquisitivo, necesidades y peculiaridades culturales de los lugareños.
El Ministro del MINCIN aclaró que existen dos tipos de gastronomía: la tradicional y la paralela. La segunda es la más cara y su objetivo es contribuir al saneamiento de las finanzas.
La balanza inclinadaEl comercio exterior cubano se ha incrementado sostenidamente desde el año 2004 y este año tendrá su mayor valor histórico, con un crecimiento estimado de 33 por ciento. Sin embargo, es un comercio desbalanceado. O sea, importamos mucho más de lo que logramos exportar.
Así explicó Raúl de la Nuez, titular del sector, a los diputados, ante los cuales aseguró que uno de los principales desafíos de la economía cubana es precisamente revertir esta situación.
Entre 2003 y 2007, explicó el Ministro, las importaciones oscilaron entre 71 y 79 por ciento de todo el comercio exterior; mientras que en el mismo lapso las exportaciones estuvieron entre 21 y 29 por ciento.
Este año, además, será uno de los de mayor desbalance, consecuencia del incremento de los precios de productos como el combustible, alimentos y materias primas, conjugado con la caída de las cotizaciones de producciones punteras cubanas como el níquel, el azúcar y sus derivados, entre otros.
Si bien Cuba pone en el mercado internacional estos bienes, así como tabaco, productos de la pesca, cemento o ron, y en menor medida pero con ascenso creciente creaciones de la biotecnología, tiene que comprar combustible, alimentos, maquinarias y equipos, lo cual absorbe el 68 por ciento de los recursos destinados a las importaciones.
Al trazar un panorama del comercio exterior cubano, De la Nuez explicó que si en 2003 América ocupaba como región un 41 por ciento del intercambio, seguida de Europa (39), Asia y Medio Oriente (17), África (2) y Oceanía (1); este año las cifras han cambiado y América ocupa ahora el 53 por ciento del comercio exterior, Asia —fundamentalmente China— ha crecido hasta un 21 por ciento, cayendo Europa al 22 por ciento.
Estas cifras, dijo, evidencian la consolidación de los lazos comerciales con naciones como Venezuela y China, por ejemplo; las perspectivas que se abren con países como Rusia y Brasil —con el cual se firmó un crédito de 600 millones para el intercambio comercial—, el crecimiento del comercio con Vietnam, principal proveedor de arroz, Corea del Sur (equipos eléctricos) o con Japón (equipos médicos de alta tecnología).
El titular de Comercio Exterior también expresó su confianza en que pueda crearse un clima más favorable para el intercambio con la Unión Europea, especialmente con naciones como España, Alemania, Italia y Holanda.
Puntualizó que el país ha ido reorganizando las importaciones, reduciendo las entidades autorizadas para ello en busca de centralizar y aprovechar los recursos, lo cual se ejemplifica con el hecho de que si en 2003 el 75 por ciento de las importaciones las hacían 35 entidades, ahora lo hacen solo 18.
Sobre las exportaciones de servicios, subrayó la importancia creciente de las prestaciones médicas y del turismo, aunque no es de desdeñar otros sectores como la construcción y la biotecnología, si bien aclaró que todavía los resultados en algunos sectores no son los esperados.
La necesidad de una estrategia para la exportación de servicios no comprometidos con el encargo estatal o con convenios con otros países, de crear paquetes y productos de alto valor agregado, superar la obsolescencia tecnológica para ganar en competitividad, y elevar el aprovechamiento de las capacidades instaladas están entre los factores que influyen negativamente en la capacidad exportadora cubana.
A su vez, según De la Nuez, se impone consolidar el programa de sustitución de importaciones, que en 2008 significó para el país importantes ahorros, que podrían ser mayores en 2009, aunque todavía estarían muy por debajo de lo que puede lograrse.
Ricardo Cabrisas, vicepresidente del Consejo de Ministros, señaló como impostergable que el Ministerio de Comercio Exterior retome con fuerza su papel y la personalidad que le corresponde en su función rectora del comercio exterior, así como de control y supervisión de lo que se importa y exporta.
Además, subrayó enfáticamente que el desbalance comercial hay que solucionarlo primeramente produciendo más para exportar y a su vez sustituyendo importaciones, lo cual no puede ser una consigna, sino que debe ser una meta constante.
En ese sentido, aseguró que a pesar de los logros y esfuerzos realizados, los resultados están muy por debajo de lo que se necesita para revertir el desbalance comercial de Cuba, un propósito estratégico del país para su supervivencia económica.