Pruebas del papel de «vulgares correos», realizado por el jefe de la Oficina de Intereses de Estados Unidos en La Habana, Michael Parmly, y otros funcionarios de esa sede diplomática, facilitando el financiamiento de actividades contrarrevolucionarias en Cuba con dinero enviado desde EE.UU. por el terrorista Santiago Álvarez Fernández-Magriñá, fueron presentadas por Josefina Vidal Ferreira, director de América del Norte de la Cancillería cubana.
«Cabe preguntarse si el gobierno de Estados Unidos, que ha declarado la lucha contra el terrorismo como piedra angular de su política exterior, tiene conocimiento de que su principal diplomático en La Habana colabora con un notorio terrorista», enfatizó la funcionaria del MINREX.
«EL Gobierno cubano continuará esta investigación», aseguró en rueda de prensa ante los medios nacionales y 62 corresponsales de la prensa extranjera acreditada en La Habana, en la que fueron expuestas las evidencias por el doctor Manuel Hevia Frasquieri, director del Centro de Investigaciones Históricas de la Seguridad del Estado.
La explicación en detalle de más de una docena de correos electrónicos, conversaciones telefónicas, y videos de actividades contrarrevolucionarias alentadas, promovidas y monitoreadas por la SINA mostraron la conexión del terrorista de origen cubano Santiago Álvarez Fernández-Magriñá —actualmente preso en EE.UU. por tenencia de un importante alijo de armas— con miembros de grupos mercenarios en Cuba.
De forma irrefutable las imágenes y comunicaciones muestran las nuevas formas de financiamiento a los cabecillas contrarrevolucionarios, que —además— se han prestado a presentar al terrorista Santiago Álvarez Fernández-Magriñá como «un benefactor», puntualizó Vidal.
«Resulta doblemente indignante y escandaloso que sirvan de mensajeros y enlaces», dijo la funcionaria cubana al exponer el papel mediador del jefe de la SINA y se preguntó si el gobierno de Estados Unidos tiene conocimiento de que su representante en La Habana colabora con esas actividades, o si estas forman parte del anexo secreto del Plan Bush contra Cuba.
La abierta interferencia de Estados Unidos en los asuntos internos de Cuba es, además, violatoria de las leyes internacionales, subrayó Josefina Vidal.
Esperamos que el Gobierno de Estados Unidos tome medidas con sus diplomáticos en La Habana, porque son hechos realmente graves, que revelan la conexión con un terrorista y el tratamiento especial que les da Estados Unidos, incluido el propio presidente George W. Bush, quien ha conversado con esa contrarrevolución interna a través de video-conferencias.
El escandaloso proceder de la SINA como facilitador del trasiego de dinero proveniente de Santiago Álvarez Magriñá, mediante la llamada Fundación de Rescate Jurídico, que él dirige, fue desenmascarado.
En la Evidencia No. 1, presentada por el investigador Hevia Frasquieri, la contrarrevolucionaria Martha Roque Cabello agradece la ayuda que le ha dado la Fundación Rescate Jurídico Inc. para poder realizar una de las reuniones de su grupo.
Se trata de lo evidenciado en un correo electrónico que le enviara Mayra Cardín a Roque Cabello donde se le comunica el envío mensual de 1 500 dólares aportado por un grupo de abogados.
La paga, según un e-mail de respuesta, sería recibida a través de Juan Carlos Fuentes, sobrino de Martha Beatriz Roque con residencia en Miami, También se mencionan los contactos de estos individuos de Miami con Carmen Machado, estrecha colaboradora de Santiago Álvarez.
«Todo bajo control, ya tengo en mi poder el ‘mango’», se dice en una de las comunicaciones. El «mango» no es la deliciosa fruta tropical, sino la nomenclatura en clave para el dinero.
Pero para que no haya dudas del negocio, están los recibos que comprueban que llegó el financiamiento o paga de la Fundación Rescate Jurídico, firmados por Laura Inés Pollán Toledo, de las llamadas Damas de Blanco, y por Jorge Luis García Pérez «Antunez», asalariado con 200 dólares mensuales, y quien de su puño y letra constata que Martha Beatriz Roque le dio el dinero «por lo que les estoy muy agradecido».
No es solo la USAID norteamericana la que suministra los pagos, también Santiago Álvarez y su fundación constituyen pantalla para algo tan turbio, pero como el terrorista está en problemas con la justicia de EE.UU. al ser atrapado con un enorme alijo de armas que, como justificante, iba a utilizar en atentados contra Cuba, se le solicitó a Martha Beatriz Roque una constancia de su papel de «benefactor de grupos de derechos humanos».
Por supuesto, la cabecilla contrarrevolucionaria confirma que ha enviado esa carta al juez del caso y su disposición a ayudar «en lo que haga falta».
«El amigo se emocionó muchísimo con lo que le mandaste», dice la respuesta, pero aclarando que la conservarían como anónima porque «te pondrían a ti y a la Asamblea en un peligro».
El papel protagónico de Parmly, el jefe de la SINA, lo refrenda la propia Martha Beatriz en un correo a Machado, la representante de Santiago Álvarez, cuando le comunica que el diplomático estadounidense está al tanto de su preocupación por la pérdida, dentro de la SINA, del original de su carta al juez.
Ese rol de intermediario y facilitador se muestra también en un correo de Martha Beatriz Roque a su sobrino en Miami en el que explica que pronto viajará Michael Parmly y que puede ser «el cartero» y debe contactar con la hija de éste.
Parmly es identificado como «la cunita» y da su teléfono en Estados Unidos (786-525-9248) para que Juan Carlos Fuentes pueda entregarle «las cartas», palabra en clave para identificar el dinero, que como cada una de estas evidencias y otras más serán ampliadas en una serie de Mesas Redondas Informativas que Cuba transmitirá a partir de este lunes 19 de mayo.
Entre las pruebas presentadas durante la conferencia en el Centro de Prensa Internacional de La Habana, se mostró un video y conversación telefónica de la mencionada Martha Beatriz con funcionarios de la SINA (Ana Paula Méndez y Ramón Abad Negrón), cuando realizaba una operación contrarrevolucionaria, un show mediático, en el Ministerio de Justicia, que fue en todo momento alentado, promovido y monitoreado por la Oficina de Intereses.
La denuncia formulada por Josefina Vidal y Miguel Hevia corresponde a la conclusión de una fase de la investigación, que sigue su curso, para denunciar públicamente la doble conexión de los contrarrevolucionarios y mercenarios de Cuba con el terrorismo, que tiene como sede principal a Miami, y la SINA estadounidense, encabezada por su jefe Michael Parmly.