Querido Fidel:
Comandante, como sabemos, desde siempre ha existido una química entre usted y la Universidad. Nuestra organización ha tenido la suerte de encontrar sus referentes, sus guías, en quienes en un momento militaron en ella. Usted fue uno de ellos, a quien tuvimos el honor de escucharle decir «en esta universidad me hice revolucionario». A unas horas de su mensaje, nos llegan señales de los cubanos, dos líneas básicas: el impacto de la noticia y la seguridad en la sabiduría de la decisión, y en ello nuestro respaldo.
Comandante, no podemos hablar de usted cuando lo han hecho mejor por nosotros miles de cubanos y personas del mundo que han tratado con palabras de expresar lo inasible, lo que en su grandeza sabemos cercano e inmenso. Solo queremos decirle que lo apoyamos y seguiremos luchando por la aspiración de una Cuba mejor, a la que siempre ha llamado y tenemos fresca, de la mano de ese noviembre de 2005 en el Aula Magna de la Universidad de La Habana que transmitió un mensaje universal.
Nos compromete la confianza en los jóvenes y en los que junto a usted construiremos este proyecto, equilibrado y complejo, apartándonos de las «sendas aparentemente fáciles de la apologética y sin la ingenuidad de entender el antídoto en la autoflagelación». Usted que ha mirado siempre al futuro, cuando apuesta a los jóvenes lo hace con la certeza de vernos en él, triunfadores; así lo asumiremos, desde nuestras realidades y en una conexión con la tradición que nos hará mejores.
Sabemos que los estudiantes universitarios somos centro de la agresividad de nuestros enemigos, porque en la Universidad se combinan intelecto y juventud. Es momento oportuno este para no dejar dudas, para repudiar como siempre las políticas imperialistas y el abuso, para desconocer a Bush como «garante de la paz» y alertarnos ante sus amenazas y sus planes.
Confíe en la madurez del pueblo, es momento de recoger en sus acciones lo que se ha ido sembrando en años. La victoria mayor de un revolucionario es trascender en la permanencia de su obra y ese será el resultado seguro que alcanzaremos los cubanos, porque en este país hemos crecido en el ejercicio de lo colectivo, en la apuesta por el talento y la oportunidad para todos.
Fidel, su misión de seguirnos formando apenas comienza. Sus ideas, sus lecciones y sus infinitas muestras de amor, continuarán siendo nuestras armas más preciadas y junto a nosotros marcha su espíritu de eterno joven rebelde.
En estos momentos, luminosos y difíciles como fueron otros tiempos, nos toca brillar, de la mano de su autoridad moral lo haremos. Corresponde a los cubanos y a los que sienten bien por Cuba definir y trazar nuestro camino, nadie lo hará por nosotros. Sin dobleces morales y con la idea de nuestro fundador Julio Antonio Mella le decimos: «todo tiempo futuro será mejor».
Federación Estudiantil Universitaria