Foto: Ismael González BAYAMO, Granma.— El majestuoso escenario del Centro Recreativo Cultural Bayam dejó de ser hace mucho tiempo un sitio exclusivo para ese tipo de usuario que llega a aquilatar como la felicidad misma verse frente a un apetitoso plato criollo, acompañado de vino, para luego deleitarse con un espectáculo de bailarinas y cantantes.
Y no se trata de que haya mermado un ápice la calidad del excelente show con que cada fin de semana seduce al visitante el mayor cabaret techado del archipiélago cubano, sino que ahora gracias a las opciones matutinas para niños son mayoritariamente ellos quienes abarrotan con su presencia el lujoso salón bayamés.
Por las mañanas, artistas profesionales y aficionados actúan especialmente para los más pequeñines, con presentaciones matizadas también por la proyección de animados y la realización de juegos didácticos y variedades circenses.
Tal es así, que solamente ayer se hallaban sentados a la mesa cientos de pupilos procedentes de distintos territorios granmenses, acompañados por algún que otro miembro de su familia. Mientras en la escena actuaba el popular mago Ampudia, Melisa Sánchez Torres, de tan solo seis años de edad, degustaba plácidamente un helado de fresa.
Interrogada por nuestro diario respondió muy oronda que llegó en guagua desde el municipio de Campechuela, donde vive, y la estaba pasando «muy rico» junto a su mamá.
A su lado se hallaba también Dianis Torres Rivera, de ocho años. «Lo mejor fueron los muñequitos que vimos en la pantalla y los payasos. Se lo contaré a mis amiguitos del seminternado Martha Abreu», nos aseguró la niña, procedente del mismo lugar.
Escenas similares pudo apreciar este equipo minutos después, y en otros rincones de la ciudad-monumento, donde distintivos servicios de gastronomía otrora dedicados a los mayores han ido abriendo espacios a la recreación infantil.
En el no menos emblemático Piano Bar, unidad enclavada en el concurrido paseo General García el colectivo de trabajadores se entregaba por completo al agasajo de decenas de pupilos, en medio de un confortable ambiente tocado por finos dulces y canciones infantiles.
Al mismo tiempo, otras instalaciones consagradas a la recreación de los más chicos, como el parque recreativo Granma, la pista de patinaje o la ludoteca Fantasía de Colores se encontraban en igual ajetreo. En esta última, la Disco Fiñe era un torbellino de pequeños bailadores.
Las causas de este saludable ambiente encontrado en el sudoriental territorio tiene mucho que ver con las transformaciones que se han logrado operar en los métodos y cada estilo de trabajo de organismos y empresas relacionados con esa actividad, sobre la base de una estrecha colaboración y estricto control por parte de las máximas autoridades del territorio.
Con el paso de los años no solo se acumularon experiencias que permitieron perfeccionar la obra, sino que se inculcaron modos de pensar y actuar hasta en el más sencillo obrero, y ahora se valora mucho mejor la importancia de que las más nuevas generaciones crezcan en un ambiente sano e instructivo a la vez.
MUCHA UNIDAD, MUCHO AMORFue Wilfredo Sánchez Rivero, quien lleva siete años dirigiendo el coloso Bayam, uno de los primeros en poner en práctica sus iniciativas. «En realidad fuimos convocados a insertarnos mucho más en la comunidad y alejarnos de una imagen ligada esencialmente al consumo de comida y bebidas alcohólicas», rememora el administrador.
«Los niños ocuparon desde el principio un lugar especial. Comenzamos en el año 2000 y fuimos ganando adeptos. Improvisamos al principio, imitando incluso algunos espectáculos, como los que realiza La Colmenita, pero llegamos a tener uno propio», continúa diciendo.
Lo que no se esperaba el mismo Wilfredo fue el gran apoyo que llegó a tener en cuanto a los aseguramientos que demandaba propósito de tal envergadura, a partir de una estrategia meticulosamente trazada por el gobierno del territorio, con el principio de prestar el servicio únicamente en moneda nacional.
Cada día de la semana se dedica a la atención de un sector juvenil diferente. La FEU, la FEEM, los pioneros. Para cada cual una oferta acorde a sus intereses. Le puedo afirmar que el nivel de satisfacción de ellos es casi total», expresa seguro, pero a la vez con modestia.
Blanca Jiménez, administradora del Piano bar, se encarga de aclararnos otras interrogantes: ¿Acaso no hubo temor por el destino que podrían correr las finas vajillas que se exhiben en estos lugares, al ser utilizadas por los impredecibles «enanos locos»?
«Te aseguro que ninguno —responde categórica—. Todavía no se nos ha roto ni una sola copa y les servimos con el mismo procedimiento de los adultos. Pero diría que con mayor amor todavía, pues ellos se lo merecen todo», acota.
Lo cierto es que no faltaron inquietudes al principio, pero los prejuicios se esfumaron por sí mismos. Los pequeños príncipes suelen concentrarse muy bien cuando se sienten tan atendidos y disfrutando del espectáculo que se les ofrece, mientras aprenden a comportarse como es debido ante la mesa.
Algo que debe destacarse de este empeño son los asequibles precios a que se expenden los productos en todas las unidades que brindan este tipo de servicio.
En otras, como por ejemplo la Pista de Patinaje aledaña a la sede de la UJC provincial, los pequeñines pueden disfrutar de los muñecos y las bicicletas de forma totalmente gratuita, a la par de los entretenimientos organizados cada día allí por instructores del INDER.
Maritza Figueredo, presidenta de la Organización de Pioneros José Martí (OPJM) en la provincia, agrega a nuestros apuntes su satisfacción porque en estas transformaciones se han tenido en cuenta los planteamientos hechos por los delegados en las asambleas del IV Congreso pioneril.
«Los nuevos espacios son también formativos y se procura que los niños conozcan mejor su organización y a la provincia donde viven», señala Maritza.
COMO UNA FAMILIAVoz autorizada para hablar acerca de cuánto se ha hecho y continuará haciéndose en la gastronomía popular en función de los niños es Bárbara Rodríguez Pacheco, subdirectora de esa esfera en Granma.
«No se trata de trabajar solo para festejar por todo lo alto un acontecimiento tan especial como el de este domingo —asevera—, sino que ha sido una labor de todos los días del año. En estos momentos todos los cabarets y restaurantes que hay en nuestra provincia están haciendo lo mismo que el Bayam.
«Es una tarea que se chequea puntualmente por la máxima dirección de la provincia y todavía no acabamos de sentirmos satisfechos, porque se puede alcanzar la excelencia, con el alto nivel de compromiso que muestran los trabajadores del sector, quienes son los verdaderos artífices de estos resultados».
Pero lo logrado tampoco hubiera sido posible sin la cohesión que existe con instituciones como las Casas de Cultura, el movimiento de artistas aficionados, los instructores de arte, el INDER... «Somos ya como una gran familia en la que todos halamos parejo y nadie se queda solo», enfatiza la dirigente.
Al despedirnos de Bárbara, ella aseguró que este será el Día de los Niños que mejor se haya celebrado en toda la historia de la provincia de Granma.
Al calor también del contagioso entusiasmo que se respira en cada uno de sus rincones por haber conquistado la sede del acto central por el 26 de Julio, se unirá este domingo una amplia sonrisa de felicidad y bienestar de los niños. ¿Qué más se podría pedir?