Foto: Expósito Oswaldo Guayasamín cumple hoy 87 años. Su muerte en 1999 no opacó en lo absoluto una de las expresiones artísticas más auténticas de la historia de la plástica latinoamericana. El espíritu noble que lo alimentó, sigue su andar por entre grandes y pequeñas ciudades de este mundo, sumido aún en las más lamentables contradicciones políticas, económicas y sociales que no le fueron ajenas al gran Pintor de Iberoamérica. Su profunda amistad con Fidel produjo un milagro: se reveló todavía más como un humanista sin límites; como un artista que no buscaba la gloria, porque con vivir y crear sin descanso, ya la conocía.