La tecla del duende
Los fueros de la poesía, así se titula este texto del escritor Sergio Ramírez que desde 2014 circula por las redes. Manos generosas lo ponen en el buzón teclero, y aquí les van fragmentos...
«En tiempos del modernismo los poetas se volvieron populares, eran leídos y recitados, popular Rubén Darío y no había quien no se supiera la Marcha Triunfal o recitara Los motivos del lobo, popular Lorca que había entrado hasta en las páginas de El Tesoro del Declamador, quién no sabía de la muerte de Antoñito el Camborio, populares los 20 poemas de amor de Neruda entre los enamorados en los internados escolares, me gustas cuando callas porque estás como ausente, y luego la poesía empieza a pasar de moda, un fenómeno que llega a parecerse a la extinción (…). Los libros de poesía quedan confinados a la circulación clandestina, editados por las universidades, o por la mano del autor; y escribir poesía llega a estar tan fuera de moda, que no pocos poetas que conozco se pasaron a escribir lo más rentable hoy, que son las novelas; o lo que otorga más fama, en lugar de Darío célebre, García Márquez célebre.
«Pero ahora la ola esa venía de vuelta con Mario Benedetti, una poesía de cosas cotidianas y simples, entre ellas el amor que, hay que darse cuenta, no pasa de moda entre los jóvenes, y oyéndolo leer sus poemas ante centenares de jóvenes, me decía que un poeta que triunfa es el que queda en la memoria y es recitado en las mesas de cantina, o al oído de la amada, sin equivocaciones, así mismo como he oído a adolescentes repetir los epigramas de Ernesto Cardenal, al perderte yo a ti, tú y yo hemos perdido, copiándolos también en sus declaraciones de amor, como copian los poemas de Benedetti, si te quiero es porque sos mi amor mi cómplice y todo y en la calle codo a codo somos mucho más que dos... Porque un poeta triunfa más, todavía, cuando es plagiado, no por otros poetas de segunda, que es lo menos notable, sino por el enamorado ansioso de hacer creer a su dueña que el amor lo ha elevado a las cumbres de la inspiración más seductora, y toma prestado lo que le parece más efectivo y convincente.
«Un poeta que triunfa con el público, como triunfó Benedetti en vida, es el que puede ocupar con holgura el lugar de los baladistas en el corazón de los adolescentes, y robárselo entero. Allí está Jaime Sabines, quien arrastró también a los auditorios a los jóvenes que manosean sus libros hasta desencuadernarlos. Cantar, se decía antes. Los poetas cantaban a la amada, y ese era el verdadero sentido de la poesía, la almohada compartida, la celebración de los desencuentros, los amores imposibles, y la esperanza de la recompensa tras muchos trabajos de amor perdidos»...
Este sábado, 2:00 p.m., en la Fragua Martiana, la peña capitalina recibirá a Víctor Joaquín Ortega, avezado cronista deportivo, y al joven sicólogo y profesor Ariel Zulueta. Con ellos, homenajearemos a las madres y mucho más.