Los que soñamos por la oreja
Tengo la impresión de que nunca se ha reconocido como se debe, lo variado y rico, desde el punto de vista cualitativo, de la producción musical cubana para niños. Quien estudie lo llevado a cabo en dicho sentido entre nosotros, disfrutará de un repertorio harto sobresaliente.
Si un mérito ha registrado esta zona de nuestro quehacer sonoro, pienso que el mismo es la mirada ecuménica predominante en las creaciones hechas para infantes por artistas de nuestro país de todos los tiempos. He ahí un rasgo distintivo que ha prevalecido tanto entre compositores e intérpretes desaparecidos, como en los que hoy viven en la Isla o están radicados en el extranjero.
Alguien que brilla con luz propia en el universo de nuestros compatriotas que han puesto su talento musical al servicio de los más pequeños es sin discusión alguna la matancera Tania Moreno. Ello podrá ser comprobado el próximo sábado 10 a las 11:00 a.m., en un concierto que ella ofrecerá en el Centro Hispanoamericano de Cultura, ubicado en Malecón 17.
Escuché hablar por primera vez de Tania allá por la segunda mitad de los 80, no recuerdo bien si en 1987 o en 1988. Lo cierto es que desde que la oí cantar, el lirismo diríase que casi infantil que adorna su voz me atrapó por completo. Evocar a la trovadora de aquellos lejanos tiempos me hace recordar la figura de alguien que físicamente ya no está entre nosotros, el notable poeta villaclareño Heriberto Hernández, de quien la Moreno supo aprehender más de una esencia.
Cómo no mencionar ahora en este breve repaso de lo llevado a cabo por Tania Moreno, la etapa en que dirigió un coro infantil en Matanzas, aún recordado por quienes pudimos apreciarlo alguna que otra vez. O los brillantes resultados que ella consiguiese en el concurso de canciones infantiles Gisela Hernández, en cuya emisión de 1989 fue la ganadora del primer premio con su tema titulado Cocuyos, para mi gusto personal una de las más hermosas melodías que entre nosotros se han escrito para niños.
Luego vendría el período a inicios de los 90 y las intensas descargas en la Casa del Joven Creador, en la Avenida del Puerto, con un repertorio concebido para adultos. Después, un largo silencio se tejió en torno a esta matancera, roto cuando a mis manos llegó un disco libro publicado por Linkgua Ediciones S.L., hermoso proyecto que viera la luz en Barcelona gracias al ingente trabajo de Radamés Molina Montes, Jorge Luis Mata y Marco Hernández.
Las 16 canciones compiladas en ese material, todas compuestas e interpretadas por Tania Moreno, se inscriben por derecho propio entre lo mejor que en música cubana se ha facturado para niños. Como escribí en las páginas de Juventud Rebelde en el momento en que el disco libro Cantando te cuento comenzó a circular, el álbum no solo es una auténtica gozada para cualquier pequeño, sino que es absolutamente disfrutable para los mayores y está hecho sin la menor concesión a la ñoñería con la que no pocas veces se conciben las canciones para niños.
Entre los varios temas de dicha producción que yo recomendaría para cualquier amante de la buena música de siempre, mencionaría Mulata, Maribel, Payasito, el antes aludido Cocuyos, Tren, Lágrimas de cocodrilo y A soñar. Imagino que en su venidera presentación del sábado 10 en el Centro Hispanoamericano de Cultura, no falten las piezas mencionadas, aunque de seguro Tania interpretará también algunas de sus composiciones recientes y que por aquí aún no se conocen.
A tono con el carácter aglutinador que tipificó a Tania Moreno en los tiempos en que éramos tan jóvenes y consecuentemente felices e indocumentados, compartirán escenario con ella amigos de interminables trovadas. Son los casos de Kelvis Ochoa, Raúl Torres y Rochy. Así pues, recomiendo que si usted tiene un «peque» en casa y quiere que disfrute de buena música para niños, no deje de llevarlo este sábado 10 a las 11:00 a.m., al concierto que ofrecerá Tania Moreno, sin la menor discusión una de nuestras grandes trovadoras y quien en cada una de sus interpretaciones, con su hermosa voz, nos invita a soñar.