Lecturas
En 1929 La Habana contaba con 43 902 casas, y de ellas había 4 500 vacías. Se educaban en las escuelas públicas 55 401 alumnos, repartidos en 775 aulas atendidas por 832 maestros. La población habanera era de 580 950 habitantes. Contaba la ciudad con 1 028 calles, incluyendo diez grandes avenidas. Rodaban por ellas 26 650 vehículos, de los cuales 20 432 eran automóviles. Funcionaban tres líneas de transporte aéreo para pasajeros y correspondencia con Miami, Santiago de Cuba y Panamá. Durante el año precedente, se alojaron en hoteles capitalinos 23 662 cubanos procedentes del interior de la Isla y 82 648 viajeros venidos del extranjero. Se consumieron 30 000 000 de galones de agua diarios, tomados del Acueducto de Albear. (El Heraldo de Cuba, 22 de febrero, 1929).
Unos 10 441 cubanos salieron del país en 1928, y 10 130 regresaron. Descendió la emigración de españoles en ese período. De los 27 314 españoles que llegaron, solo 11 865 tenían instrucción. Según reportes de las sociedades españolas establecidas en Cuba, había en esa fecha 200 000 de sus nacionales radicados en Cuba.
De acuerdo con el censo de población de 1917, el país tenía 2 650 666 habitantes, que se distribuían de la siguiente manera: Pinar del Río (273 021), La Habana (697 127), Matanzas (282 547), Las Villas (600 746), Camagüey (189 158) y Oriente (607 867).
Algo más de 13 000 aforados conformaban el Ejército Permanente, que disponía de un presupuesto de unos 13 000 000 de pesos.
El 4 de octubre de 1902, el Senado de la República aprobaba la ley que creó la Guardia Rural, cuerpo que se reorganiza en abril del año siguiente, con 3 020 plazas, casi todas de caballerías, bajo el mando del general Alejandro Rodríguez.
En julio de 1918 se aprueba la Ley del divorcio.
Entre 1908 y 1918 arribaron a Cuba 1 039 778 personas, de las cuales más de 295 000 eran inmigrantes. En 1916 llegaron 7 133 jamaicanos, 10 699 haitianos y 42 599 españoles. (La Discusión, y El Heraldo de Cuba).
En septiembre de 1914, Francisco María Coronado, senador por la provincia de Oriente y director del periódico La Discusión, propone en ese cuerpo colegislador un proyecto de ley que contempla la acuñación de la moneda cubana. Sería de igual valor al de la moneda de EE. UU., se recomendaba en el proyecto, y se concedía un plazo de tres años para la recogida de la moneda extranjera que circulaba en Cuba. Meses después, en noviembre, se convoca a la subasta para la acuñación de la moneda, que gana el Banco Nacional, entidad que entonces no era nacional ni cubana. Se acuñarían 33 649 450 pesos con 80 centavos en monedas de oro, plata y níquel. El 8 de abril de 1915 llegaría a Cuba, para entregar al Banco Nacional, la primera remesa, ascendente a 461 000 pesos, cifra que incluía 300 000 pesos en monedas de oro.
Todo estaba listo el 1ro. de diciembre de 1915 para que comenzase a circular la moneda cubana. Tomaba la base del patrón oro y por unidad, el peso. Una disposición de abril del propio año identificó como delito rechazar la moneda nacional, y advirtió de manera oficial a los establecimientos de servicio que podrían ser procesados los que se negaran a admitirla. En septiembre, un decreto del presidente Menocal prohibió la circulación de monedas extranjeras en el territorio nacional.
En septiembre de 1909, un decreto del presidente José Miguel Gómez concede a la Cuban Telephone Co., corporación constituida en el estado norteamericano de Delaware, la facultad de establecerse en Cuba. Ya para entonces el Congreso de la República había dispuesto la legislación necesaria para el otorgamiento de dicha concesión.
En mayo del año siguiente comenzó en la capital la instalación de los nuevos aparatos telefónicos mediante un novedoso sistema automático, que permitía la comunicación entre dos teléfonos sin intermedio de la operadora, con lo cual Cuba se convertía en el primer país del mundo que disfrutaba de ese servicio. Los números de La Habana comenzarían con la letra A y con F los del Vedado, quedando pendientes los de los centros de Regla y Marianao. José Miguel en persona dirigió, el 21 de mayo, el arranque de tan importante innovación.
En diciembre de 1912 ya funcionaban en el país 11 473 teléfonos y se hizo público que la Compañía había girado a EE. UU. 608 000 dólares de utilidades correspondientes a los 12 meses precedentes.
Crecían las solicitudes del servicio y en octubre de 1916 eran ya 22 849 los equipos instalados en la capital. En ese año, entre enero y septiembre se instalaron 681 nuevos teléfonos y se desconectaron, por diversas razones, 301.
En 1926 se inauguraba el servicio telefónico entre La Habana y Londres, y el 14 de noviembre de 1929 una conversación entre el rey Alfonso XIII y el presidente Machado dejaba inaugurado la comunicación Habana-Madrid.
El número telefónico precedido por una letra fue válido hasta 1957. Entonces la letra inicial fue sustituida por un número: A por 5; U por 7; F por 3; B por 2: I por 4, X por 9, X0 por 90…
En marzo de 1903 se promulgaba la ley que establecía como días de fiesta el 24 de febrero, por el inicio de la Guerra de Independencia; el 20 de mayo, por la instauración de la República; el 10 de octubre, por el inicio de nuestras gestas libertarias; el 28 de enero, por el natalicio de Martí, y el 12 de octubre, por el llamado Día de la Raza.
La ley contemplaba asimismo, como fecha luctuosa, el 7 de diciembre, en recuerdo a la caída en combate del mayor general Antonio Maceo y su ayudante, Pachito Gómez Toro.
El 23 de enero de 1917, el joven médico pinareño Gustavo Cuervo Rubio, ginecólogo y cirujano partero, que era como se llamaba a los obstetras, realizó en La Habana el primer parto sin dolor que se registra en los anales de la medicina cubana. Para ello aplicaba un gas que inhibía el dolor sin que la paciente perdiera el conocimiento.
Médico de rica clientela, altamente apreciado por la sociedad habanera y profesor titular de Ginecología en la Universidad, tuvo asimismo una destacada carrera política. Se opuso a Machado, y en su residencia de 21 y O, en el Vedado —espacio ocupado por el edificio de lujo que lleva su nombre— fue detenido por esbirros machadistas el corajudo revolucionario Ángel Pío Álvarez, a quien el médico mantenía oculto. Se opuso asimismo al llamado Gobierno de los Cien Días y era el hombre de la derecha para sustituir en la presidencia al Doctor Grau San Martín, pero lo impidieron los estudiantes. Político de tendencia menocalista, como candidato a la vicepresidencia acompañó al general Menocal en el derrotado ticket presidencial de 1936.
Presidente del Partido Demócrata y también del Partido Republicano, fue, por las huestes menocalistas, delegado a la Asamblea Constituyente de 1940. Vicepresidente de la República en el período constitucional del presidente Batista (1940-44)y ministro de Estado (Relaciones Exteriores) en el gabinete de Grau (octubre, 1944-agosto, 1945). El 1ro. de enero de 1959 fue de las figuras convocadas por el general Eulogio Cantillo para integrar la fracasada junta cívico-militar con que se pretendió asumir el control del país tras la huida del dictador Batista.
Cuervo Rubio murió en Miami, en un asilo de ancianos.
En 1928, la mendicidad en La Habana era de tales proporciones que el Gobierno decidió hospitalizar a los deambulantes más depauperados e internar a los ancianos sin amparo familiar en un pabellón de la Estación Cuarentenaria de Triscornia, en Casablanca. En ese año, en el mes de noviembre, en Arroyo Arenas pululaba un ejército de mendigos, muchos de ellos en pésimas condiciones físicas.
El alcalde habanero recibió una queja para que eliminase «la perniciosa costumbre de pedir» que caracterizaba a los mendigos.
Fuentes: Cuba en la mano. Libro de Oro de la sociedad habanera. Crónica del año 33, de Enrique de la Osa, y muy especialmente Noticias de la República, de Julio Domínguez.