Las tres del domingo
Ravindran, un niño de siete años de Chennai, en la India, se quejaba de dolor e hinchazón en la boca, pero resultó que no era un dolor de muelas normal. En la clínica odontológica los médicos descubrieron 526 dientes incrustados en su pequeña mandíbula. Cinco horas duró la intervención de la afección llamada odontoma compuesto, para extraerle los dientes de diferentes tamaños que, al decir del patólogo maxilofacial Prathibha Ramani, «parecían perlas en una ostra». Afortunadamente le preservaron los 21 dientes normales y la cirugía se realizó de forma gratuita.
Los veterinarios de un hospital para animales en Tailandia operaron a Devil, un insaciable bulldog con especial predilección por los paticos de goma. En su estómago encontraron nada menos que 32 de esos juguetes, engullidos cuando el can encontró una caja con 50 de los muñecos amarillos.
El robo de vasos de cerveza como suvenir se convirtió en una tendencia cada vez más popular entre los clientes de las tabernas belgas, y en el Dulle Griet, en Gante, su dueño, Alex De Vriendt, tuvo la ocurrencia de pedir a sus clientes que entreguen uno de sus zapatos como garantía. En realidad los vasos son verdaderas obras de arte, hechas especialmente para su establecimiento y pueden costar hasta 50 euros, y De Vriendt admite que algunos prefieren irse descalzos y con su vaso de cerveza como recuerdo.