Frente al espejo
Nuevas y disímiles miradas atrae el segundo reportaje sobre el acopio de alimentos, publicado el 7 de junio. La demanda y no lo que se manda —de Marianela Martín y Haydée León— informó sobre el experimento organizativo que los ministerios de la Agricultura y de Comercio Interior iniciarán en breve para garantizar plazos más cortos de llegada a la mesa de los productos del agro. La nueva ecuación evitaría la pérdida de significativas cantidades de productos y otras distorsiones, criticadas en el primer reportaje (Y ahora, ¿quién aguanta el viandazo?, 31 de mayo). Paso la bola a los lectores:
«Estimadas Marianela y Haydée: Con sumo interés leí su reportaje sobre el reordenamiento de los productos agropecuarios que comenzará a funcionar a partir de agosto. Soy optimista, pero el reportaje que con tanto amor y profesionalismo se publicó es una película que he visto muchas veces. Si revisan en los archivos de ese periódico y otras publicaciones, comprobarán que durante años hemos visto, leído y oído más menos los mismos planteamientos de reordenamiento, solución y mejora (del acopio) de los productos.
«Solo sugiero que más adelante entrevisten a los mismos funcionarios de ahora y realicen un recorrido por los centros de venta. Ahí es donde se podrá decir si esta nueva organización está funcionando.
«Salvando las distancias, en ocasiones me pregunto por qué los particulares no necesitan de tantas medidas para ofertar buenos productos. Ojalá sea un éxito el nuevo reordenamiento. Mi familia y yo nos alegraremos mucho, al igual que la gran mayoría de nuestra población». (Lic. Carlos Dantín)
Puedo comprender la aprensión del lector, pero démosle tiempo a la criatura para que nazca. Creo que no debemos comparar los mercados de precios topados con los de oferta y demanda, aunque parece recomendable tener en cuenta cómo coexisten, tal como sugirió este mensaje:
«Compañeras: Al leer su artículo se me llena el corazón de esperanza, pero llega a mi mente el criterio de que somos magníficos legisladores y pésimos ejecutores.
«No dudo de las muy buenas intenciones que se plantean. Una parte positiva de lo leído es lo de “zapatero, a tus zapatos”. Eso implica algo muy importante, descentralización de actividades, pero por otra parte, centralización en esos puntos de toda la actividad que les compete. ¿Qué va a suceder con los productos que no se asimilen por las empresas compradoras? Los productores, ¿podrán vender a quien se interese por el producto remanente?
«Seamos optimistas y veamos después si somos capaces de ejecutar y mantener lo legislado». (Miguel Ortega Fernández)
Una causa del desastre«Hugo García: Desde 1971 he trabajado en la construcción o vinculado a ella. Realmente esa actividad me agrada mucho, de manera que procuro leer todo lo que trate del tema. Me impactó el desplome de la cubierta del Ateneo (Colapsó cubierta de ateneo matancero y Salvar para el otro ateneo, 19 y 24 de mayo), pues conociendo a su similar en Santiago de Cuba no me explicaba bien cómo pudo haber ocurrido ese accidente en una instalación que de ninguna manera se ha de catalogar como una “vieja construcción”. Treinta o 40 años para una edificación no es mucho. No son ancianos el Edificio FOCSA, Coppelia o el Habana Libre, como no lo son el Ayuntamiento de Santiago de Cuba o el Túnel de La Habana. Leí detenidamente sus artículos y los considero muy acertados, y a la vez aprecié que usted ejerce su profesión consecuentemente, lo cual es muy loable.
«Cuando usted dice que es esencial el mantenimiento, ya ha dicho la principal causa del desastre (...). El 31 de marzo pasado la Torre Eiffel cumplió 120 años y no es precisamente magia lo que la mantiene como el primer día (...).
«Aunque el tiempo es implacable, esos ateneos se diseñaron para que duraran mucho más. Yo no sabía que esas estructuras fueron diseñadas por el maestro de ingenieros Maximiliano Isoba; y después de conocer ese detalle le aseguro que el problema no fue en el diseño ingenieril. Hay que buscar las causas del hecho (...), pero de acuerdo con lo que usted describe —y lo considero muy bien descrito— no creo que nadie que estudie con profundidad el tema responsabilice a la edad del edificio (...)». (Domingo Alás Rosell, colaborador de la construcción en Granada)
Para no arar en el mar«Hola, Estrada: Me ha gustado muchísimo su comentario Control y sensatez (José Luis Estrada Betancourt, 24 de mayo). En los propios teatros se puede hacer algo para lograr un mejor comportamiento de los espectadores, contando con la administración y con los organizadores de estos eventos (...).
«Por otra parte, es cierto que la familia debe fortalecer los valores de los jóvenes, pero si no hacemos cumplir las normas de comportamiento en lugares como estos, entonces estaremos “arando en el mar”. Subir los pies en las butacas, ingerir alimentos haciendo ruido, hablar en voz alta y aplaudir en momentos inadecuados, son ejemplos de muy mala educación. Nuestra sociedad debe seguir potenciando lo contrario en todas partes, en aras de tener una mejor convivencia social. No deje de hablar de estos temas. Son muy bien recibidos». (Vicente Rodríguez Galano)
«Jesús, como siempre, certero, concreto y acertado. Me encantó tu artículo Herederos, es decir, herejes (Jesús Arencibia Lorenzo, 31 de mayo). Si la juventud no fuera tan rebelde, no se hubieran podido hacer las gigantescas transformaciones que encabezó Fidel. (...)». (Luz Marlis Haití Sanamé)
«Me ruborizo de solo pensar que lo descrito por usted en su comentario La jamonada impostora (Luis Luque Álvarez, 9 de junio) puede estar ocurriendo en muchos lugares del país. Pero si reprobable es el suceso, más aún lo es la postura del director, que trata de evadir su responsabilidad pública, incluso sin averiguar en qué han incurrido los trabajadores directos. Gracias por tu labor periodística». (Rosa Carret Suárez)