Frente al espejo
EL 25 de junio mostramos a los lectores una síntesis de la carta que envió a JR Néstor Alonso, subdirector de Calidad de la Empresa Metrobús, a propósito de dos materiales publicados sobre indisciplinas de trabajadores en los nuevos ómnibus que ruedan por la capital. Los dejo hoy con las ideas esenciales de una lectora sobre la respuesta de Metrobús:
«Creo que se trata no de resoluciones sino de realidades. Sería muy saludable que los directivos de la Empresa Metrobús dieran unas vueltecitas de incógnito en los susodichos ómnibus y palpen de primera mano las irregularidades que acontecen en cualquiera de las rutas.
«En cuanto a estudiar si se incluye el reguetón dentro del repertorio a escuchar por los pasajeros, habría que ser muy cuidadosos... Imagínense un ómnibus lleno de jóvenes que regresan de la playa tocando al compás de dicha música.
«¿Por qué no poner conductores que cuiden estos costosos carros que aspiramos a que duren diez años? ¿Por qué no hay inspectores en los recorridos? A esos no hay que importarlos ni pagarlos en moneda libremente convertible, como imagino que habría que hacer para instalar los GPS a los que el compañero Néstor se refirió.
«En mi modesta opinión, Metrobús tiene que funcionar primero como empresa en todas sus dimensiones. A partir de esa base, se puede pedir o buscar el resto que es esencial para contar con un transporte urbano de calidad. Quien suscribe esto es una trabajadora que durante más de 40 años utilizó el transporte público para dirigirse a su centro laboral». (Mercedes Martínez)
Metrobús ya tiene una política sobre el tema de la música, enfocada al uso de melodías instrumentales, fundamentalmente, en las guaguas. Pero quiero volver a algo esencial en lo planteado por Mercedes: ¿incita el reguetón a la violencia? La pregunta puede tener mil y una respuestas, mas creo que no debemos etiquetar a los creadores de esta música y tampoco a su público, como indiscipinados sin remedio. Y mientras los dejo pensando, sigo camino a otros mensajes:
«Quiero referirme al artículo de Alina Perera Robbio, Empezar a ser “rojo” (22 de junio), acerca de cómo ha de ser un joven comunista y la juventud cubana. Estamos equivocados si pensamos que solo se trata de consignas y de decir que somos revolucionarios... Ante todo, la juventud debe tener conciencia revolucionaria, como decía el Che, respetar la Revolución y conocer la historia. Dijo Fidel que hay que tener temple para ser un joven comunista, hay que tener carácter, abnegación, vocación y, sobre todo, hay que saber cumplir. Quizá mucho nos falta por hacer, pero a la juventud cubana nos toca continuar la Revolución». (Yany Díaz, estudiante de Periodismo, Holguín)
«Amigo Rolando: He leído en la edición digital de JR Fieles y a la vez eternos inconformes (Rolando Pérez Betancourt, 6 de julio). Me parece magnífico en su claridad y honradez. No quise dejar pasar la ocasión para felicitarte por este artículo y agradecértelo». (Sigfredo Ariel)
«Estimado Juan Morales Agüero: leí tu artículo Ferrofunerales (24 de junio). ¡Lo encontré muy bueno y objetivo! En mi caso, de esa manera fueron sepultados mis padres. Tras leerlo, me he comunicado con varios coterráneos y a todos nos has hecho recordar cuestiones muy sentimentales de nuestro terruño. Te quedamos muy agradecidos por tu linda historia. Los manatienses tenemos “tela por donde cortar”». (Enrique Romero González)