Frente al espejo
Hoy les tengo una carta «inusual» y déjenme explicarles por qué. La carta de hoy es un puente para estimar cientos, miles de trabajos... sobre la temática deportiva, publicados en nuestros medios y no solo en JR, que pone en su lugar, especialmente, el esfuerzo de los colegas que realizan esa labor.
El autor de la misiva es Galo Vallejos, comunicador ecuatoriano y estudiante de un diplomado de periodismo deportivo que recientemente se impartió en La Habana, quien regresó a su tierra creyendo que el deporte en Cuba no solo tiene como figuras a los deportistas. Los dejo con Galo:
«La vida tiene un ritmo particular en La Habana. Al igual que en toda Cuba. Aquello se refleja en buena parte en la velocidad con la que hablan los cubanos, en esa manera atropellada con que utilizan las palabras. Ese ritmo vertiginoso, ese ímpetu por vivir, esas ganas de no dejarse vencer por una realidad que casi nunca está a favor, ese frenesí. Son un espejo de la Cuba de hoy.
«Una Cuba que vuelca sus esfuerzos para actividades que, en el resto de América Latina, no se privilegian de la misma manera. Una de ellas es el deporte, campo en el cual Cuba, pese a sus limitaciones de población, recursos y sobre todo al bloqueo de Estados Unidos, es potencia mundial.
«Ese deporte y sus éxitos son reflejados de manera fiel por la prensa deportiva, a la cual quien escribe esta carta, junto con una decena de comunicadores latinoamericanos, conocimos de cerca durante tres semanas, como miembros del primer Diplomado de Periodismo Deportivo, organizado por el Instituto Internacional de Periodismo José Martí.
«Se trata de un grupo de profesionales con una formación superior y ética que prácticamente no tiene parangón en el resto de América, donde el deporte ha sido muchas veces secuestrado por intereses particulares, los cuales privilegian el dinero. En mi país, para ser comunicador deportivo, el periodista no necesita del aval de gremio alguno, de una universidad o ni siquiera del Estado, sino de la subjetividad de los medios de comunicación. Acá, el periodista que habla de deporte tiene el respaldo, por lo menos, de un título universitario. Ese nivel de preparación se refleja en la abundante literatura sobre la actividad física y sus figuras que existe en la Isla.
«Hay obras sobre la historia de cada disciplina, sobre Sotomayor, Quirot, Stevenson, Savón o Linares. Se ha escrito con pasión de pelota, baloncesto, judo, voleibol o atletismo. Se transmite con solvencia en radio, TV e Internet. Ese trabajo se ha realizado, en muchas ocasiones, sin las facilidades que existen para otros comunicadores del continente. En guagua, en bicicleta o hasta a pie. No hay pretextos.
«La subordinación a los intereses estatales, justificada por la situación cubana, también nos ha llamado mucho la atención. No la juzgamos. Y nos preguntamos si no es mejor que la subordinación que existe en nuestros países a los intereses de unos cuantos.
«A la hora del adiós, para este ecuatoriano y el resto de extranjeros presentes en este aprendizaje, solo nos queda decir gracias».