Acuse de recibo
Sin que tenga que ver con la crisis que sufren algunos municipios de la capital por accidentes en los equipos de bombeo, Marisol Romeu Hernández revela aquí que en el edificio donde reside, en Gervasio 617, entre Reina y Estrella, en Centro Habana, no ha entrado más agua desde que hace casi tres meses se hicieron allí trabajos de electricidad.
Manifiesta la remitente que en reiteradas ocasiones los vecinos de ese inmueble se han dirigido a la oficina de Aguas de La Habana ubicada en el parque Trillo, y han solicitado una inspección en el área para descubrir la causa por la que no llega ni gota de agua por la entrada original del edificio cuando se bombea. Y, por demás, ellos conocen que otros edificios aledaños sí reciben el preciado líquido.
«Para ser honestos, afirma, es justo reconocer que hemos recibido algún que otro servicio de pipa; pero sin la regularidad necesaria».
En el caso de Marisol Romeu, ella convive con una señora mayor y una niña. Y llevan semanas lavando y bañándose en casas de familiares y amigos, cargando agua que les brindan vecinos para cocinar y beber, hasta su apartamento en el segundo piso. Otro tanto sufren vecinos de la tercera edad, con discapacidades y con niños pequeños.
«Una de las causas que nos han explicado, señala, es que nos encontramos en la cima de una loma, y que no se bombea suficiente agua como para que llegue a ese punto. No obstante, me pregunto cómo es posible que se reciba el agua en algunos de los edificios que colindan con el nuestro.
«Sin querer levantar falsas acusaciones y no contar con un dictamen hecho por especialistas del Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos, le refiero que hemos escuchado comentarios de que existe un número importante de los llamados “ladrones de agua” que no permiten que llegue el servicio, aun cuando se bombea el tiempo suficiente como para que llegue a nuestra cisterna.
«Reclamamos por un diagnóstico que nos convenza sobre las causas que originan este problema», concluye.
Esos atribulados vecinos esperan por que Aguas de La Habana haga una investigación rigurosa sobre lo que está provocando que a ese edificio no llegue el agua.
Y Marlén Almaguer Ricardo (Calle 8 No. 13, poblado de Vázquez, Puerto Padre, Las Tunas) considera que lo del agua allí es «patológico»: en la primera quincena de junio estuvieron sin el vital líquido, pues la turbina que lo impulsa se averió. Tuvieron agua unos días y de nuevo sin ella hasta ahora.
En Centro Habana, o en Vázquez, sin agua no se puede vivir.