Acuse de recibo
El pasado 1ro. de septiembre, y desde Mantilla, en el municipio capitalino de Arroyo Naranjo, Belkis Cid Vázquez denunció aquí que en el edificio multifamiliar donde vive su apartamento hacía cuatro años se inundaba de aguas albañales, que brotaban por el patio y el baño y llegaban hasta su habitación.
«Llevo todo este tiempo, decía, sacando diariamente esa inmundicia con un cubo, y vertiéndola en la esquina. El problema se agrava porque conmigo vive mi mamá, afectada por unas cuantas enfermedades de cuidado».
Refería que había hecho lo imposible por solucionar su problema por sí misma. En varias ocasiones pagó a un plomero, pero los funcionarios de la Dirección Municipal de la Vivienda decían que el problema requería de un cambio de línea, y no había presupuesto para eso.
«Hace cuatro años, indicaba, he estado planteando la situación a todas las instancias posibles: Poder Popular, Vivienda, Aguas de La Habana y Partido, padeciendo todo tipo de excusas, promesas y peloteos. Los de Vivienda dicen que los trámites debe hacerlo el delegado, y este dice que está cansado de plantear el problema. He acudido infructuosamente a la Presidenta del consejo popular y al Poder Popular».
Por último, pidió una entrevista con la Directora Municipal de la Vivienda. Fue citada para el día 11 de este mes, pero al llegar le informaron que ella se encontraba «de certificado médico». Belkis no recibió otra fecha, y aún está esperando al inspector que, le dijeron, enviarían.
«El pasado día 15 fui a ver a Julio, funcionario de Aguas de La Habana, quien me dijo que enviaría el carro bomba. He reclamado y recibido, como siempre, miles de excusas, pero aún lo estoy esperando…. Restan, en vez de sumar», concluía.
Al respecto, responde Mariyorky Medina Merencio, jefa del Departamento de Atención al Cliente de Aguas de La Habana, que en visita hecha por el inspector del Centro de Incidencias de esa entidad, Leonides Stuart García, este constató que la brigada de la Base de Saneamiento Centro de esa empresa trabajó en el lugar desobstruyendo la línea central del alcantarillado, con el camión de alta presión, quedando solucionado el vertimiento albañal.
Esta es una de esas respuestas que, aunque agradezco como siempre, no esclarece con toda transparencia. Y argumento:
El problema, bastante grave, llevaba cuatro años sin solución. Belkis acudió a todas las instancias posibles: Aguas de La Habana, delegado de la circunscripción, presidente del Consejo Popular, Gobierno, Partido y Dirección de la Vivienda en el municipio. Y todo eran excusas y peloteos, promesas que no se cumplían. Esa familia seguía rodeada de aguas albañales.
A ciencia cierta aún no sabemos si la solución del problema recaía en la Dirección Municipal de la Vivienda o en Aguas de La Habana. Pero tras la revelación pública aquí hace poco más de un mes, el inspector de Aguas de la Habana se apareció allí y descubrió que el problema sufrido durante cuatro años se había resuelto ya por una dependencia de esa propia entidad.
No se explica por qué durante tanto tiempo y con tantos alertas de Belkis, quien debía resolver el asunto no pudo hacer lo que ahora se acometió luego de la revelación pública. No se profundiza en quién fue el responsable de que un problema de cuatro años no se solucionara hasta que fuera publicado en la prensa. ¿Se podía o no se podía solucionar? Las tercas evidencias dicen que sí se pudo… y no se hizo. No hay explicación para ello.
Y de paso, la historia mostró que tantas dependencias y entidades locales se mantuvieron ajenas al grave suceso, como si un surtidor de aguas albañales por el patio y el baño de una familia ¡durante cuatro años! fuera asunto de poca monta.