Acuse de recibo
Amando González Betancourt (calle 23, No. 2, reparto Mario Muñoz, Colón, Matanzas) afirma que desde que comenzó la televisión digital en esa provincia, en el centro transmisor de Loma de Jacán se producen constantes interrupciones de la señal. A fines de marzo pasado, dice, él envió esa queja al periódico Girón. Y el 8 de abril fue publicada en este medio una respuesta de la especialista comercial de Radio Cuba en Matanzas, respuesta que Amando califica de ilógica, y la cita textualmente:
«En lo que va de año Radio Cuba Matanzas no ha tenido afectaciones (...), esta inquietud está causada por las pequeñas interrupciones que ocurren con frecuencia provocadas por los fallos de energía eléctrica ajenos a nuestra entidad, y que aunque poseemos grupos electrógenos se necesita de un tiempo mínimo para restablecer el servicio. En ocasiones anteriores se le han presentado reclamaciones a la OBE (Empresa Eléctrica) con respecto a este tema, lo cual retomaremos nuevamente».
No cree él que el problema esté supeditado a continuas fallas eléctricas, pues ante nuevas quejas, se difundió en TV Yumurí una nota de Radio Cuba Matanzas que indicaba que las fallas en las señales se debían a la formación de grupos troposféricos y altas presiones.
«Quienes hemos tenido relaciones con transmisiones de radioaficionados y de radio y TV, dice, sabemos
que en esta época del año se producen tormentas eléctricas, fuertes vientos predominantes y otras condiciones que producen las interrupciones. Pero esto sucede en cualquier época del año, y a cualquier hora del día o de la noche, por lo que resultan poco creíbles esas justificaciones», concluye.
El pasado 2 de junio, desde Agramonte, Matanzas, Yaniel Travieso Vargas contó que el 7 de mayo su padre sufrió un accidente cerebrovascular que le dejó hemiplejia del lado izquierdo. Y médicos y fisioterapeutas precisaban que ello solo se corregía en las salas de fisioterapia. Y no era posible, pues la Dirección Municipal de Salud mantenía cerrada la sala de fisioterapia de Agramonte por la COVID-19, y la intención era abrir la de Jagüey Grande. «Se podrá imaginar, decía, que tres veces a la semana haya que mover a una persona con tal discapacidad en un carro particular, sin los medios para hacerlo. La distancia es de 21 kilómetros desde Agramonte hasta Jagüey. Además, con un sillón de ruedas. Según criterio de los especialistas, son vitales los tres primeros meses para reincorporarlo a la sociedad y, por consiguiente, a sus labores diarias. Mi petición es que se pueda reabrir la sala en cuestión. Aunque mi padre sea atendido por un licenciado en fisioterapia tres veces a la semana, requiere de los equipos de la propia sala para complementar los ejercicios físicos», concluía.
Responde la doctora Ailuj Casanova Barreto, directora provincial de Salud de Matanzas, que el paciente ha contado con el acompañamiento y atención por los especialistas de Medicina Física y Rehabilitación. El pasado 19 de mayo fue valorado por el especialista en Fisiatría de la Sala Integral de Rehabilitación de Agramonte. Y se emitieron de inmediato las indicaciones para su atención y seguimiento en el hogar, donde se cumplió el tratamiento en la rehabilitación de base comunitaria por un licenciado en esa especialidad tres veces por semana, al encontrarse el servicio cerrado por la difícil situación epidemiológica en el área de salud, pues funcionó en una primera etapa como centro de aislamiento, y después ingresó a pacientes positivos a la COVID-19, en medio de la grave situación de esta provincia.
Por la investigación, añade, se conoció que es real que el paciente necesitaba ampliar el alcance de su rehabilitación con equipamiento y otra terapéutica, la que se logró completar el 14 de junio al reabrirse el servicio, atención que recibió de lunes a viernes.
«Aun cuando fue inminente retomar la utilización de esta sala para la atención a pacientes positivos a la COVID-19 al complejizarse la situación epidemiológica en el territorio, afirma, se garantiza la rehabilitación diaria en el hogar al paciente en función de su proceso recuperativo», concluye.