Acuse de recibo
Porque en Cuba los niños son privilegiados, y no se escatiman esfuerzos ni recursos por su felicidad, no debían registrarse historias como esta, tan absurda, de trabas y laberintos con la leche normada que debe consumir un pequeño que aún no tiene tres años.
Danay Laredogoitía Hernández (Prolongación de avenida 17, edificio 42, apto. 7, Caibarién, Villa Clara) cuenta que, como su familia se mudó para esa localidad desde Santa Clara, el pasado 3 de octubre se dieron de baja en la oficina de registro de consumidores de Colón y Nazareno, en esa capital provincial.
Allí les informaron que los traslados temporales de leche estaban suspendidos entre los municipios de la misma provincia. Y, por tanto, durante 30 días tendrían que trasladarse a Santa Clara para adquirir dicho producto. Y al hacer el trámite de alta en Caibarién, les dijeron que hasta el 7 de noviembre no recibirían la leche normada para el niño por allí.
«Ante esa noticia, afirma, nos hemos dirigido personalmente o por vía telefónica a las oficinas del Registro de Consumidor municipal y provincial, a Comercio en ambas instancias, los gobiernos municipal y provincial y Atención a la Población del Partido en Caibarién y en la provincia de Villa Clara».
Hasta la fecha, según la madre del niño, no se ha dado solución al problema. Y su esposo ha tenido que hacer malabares, en un país con tantos problemas de transportación y en medio de una pandemia, para trasladarse de Caibarién a Santa Clara para comprar la leche del hijo, que muchas veces llega descompuesta a casa.
«Esperamos que esta historia real sirva para que futuros niños puedan continuar tomando leche cuando sus padres se muden a otro municipio», concluye Danay.
Por lo que sé de varios de mis cambios de residencia en otros tiempos, había un vale piloto de tránsito en la leche normada de los niños, que garantizaba esas eventualidades. ¿Qué dice Comercio Interior al respecto?
Aunque Servicios Comunales pudiera exhibir un balance de trabajo positivo en la ciudad de Bayamo, al final el ojo ciudadano le pasa la cuenta por lo que sucede en su barrio y en su cuadra.
Mario Ojeda Jiménez, quien reside en la calle Zenea no. 5, entre Milanés y William Soler, en la Ciudad Monumento, se queja, precisamente, por el descontrol que se refleja en el trabajo de limpieza e higiene de su cuadra.
«Allí reina la chapucería, afirma, al extremo de que después que pasa quien debe dejar limpio el bordillo, tengo que limpiarlo por la suciedad que deja. Y a nadie le gusta ver el frente de su casa en esas condiciones, que da asco.
«Eso demuestra la falta de control. Además, no tienen una carretilla para recoger los desechos, y los dejan en los bordillos o los tiran en los tragantes. Sin embargo, hay lugares como el parque central, donde está la dirección del Gobierno, que da gusto verlos», concluye Mario.
¿Qué responde entonces la Dirección Municipal de Servicios Comunales en Bayamo?
Desde la comunidad de Pedro Pi, en el municipio mayabequense de San José de las Lajas, Zulema Sarmiento Moracen informa que allí se registran prolongados apagones de 18, 19 y 20 horas. Y a veces se interrumpe el servicio intermitentemente cada dos o tres minutos, o cada media hora. Y no hay información de por qué sucede.
«En Pedro Pi, dice, vivimos personas que todos los días trabajamos y tenemos en nuestras familias niños pequeños y ancianos, sin contar que las constantes interrupciones, además de molestas, pueden afectar los equipos eléctricos. Sabemos de la necesidad del ahorro, y que pueden existir averías, pero no todos los días ni días alternos. Esperamos una respuesta», concluye.