Acuse de recibo
El 15 de agosto pasado, y desde Ciego de Ávila, Milagros Íñigo Pérez lanzaba aquí un S.O.S. por el agua, en nombre de los médicos que residen en varios edificios del reparto Díaz Pardo, de esa ciudad, quienes cumplieron misiones de colaboración en el exterior desde 2003, y el Estado les construyó y vendió las viviendas prometidas, luego de una larga espera. Pero les entregaron los habitables sin servicio de agua.
«Hace cinco años que estamos en esta agonía», afirmaba, y añadía que recibían servicio de agua mediante pipas dos veces, y en ocasiones una a la semana. Les decían unas veces que estaban rotos los camiones cisternas, o que no había combustible. Y aseguraba que el problema es conocido por Acueducto y el Gobierno en Ciego.
Al respecto, el 19 de octubre pasado recibimos la copia de una respuesta —fechada el 14 de agosto de este año— que enviara Yordanka Vergel Eng, directora comercial de la Empresa de Acueductos y Alcantarillado de Ciego de Ávila a Alexander Argilago Moreira, director general del Grupo Empresarial de Acueductos y Alcantarillado en el país.
«La UEB Ciego de Ávila, apunta, por reiterados reportes en la Sala de Despacho, y conociendo la situación existente en el lugar, implementó un ciclo de agua eventual para esos edificios, hasta tanto se solucionen los problemas existentes con la entrega de agua por redes».
Afirma que en Ciego ha habido problemas técnicos con los carros cisterna, que se ingresaron en Unecamoto, y los períodos de reparación se prolongaron, afectando el ciclo de distribución del agua por esa vía.
Añade que durante la tramitación del caso, comprobaron que solo existen solicitudes de servicio por parte de los vecinos de esos edificios, y no hay trámites de quejas en las oficinas centrales de la empresa y de la UEB Ciego de Ávila en 2017 y en lo que va de 2018.
«Se revisó con la Oficina Comercial Sur, refiere, y se detectó que no se establece relación contractual correspondiente con el que presta el servicio según lo establece el artículo 64 del Decreto Ley 337/17, por lo que no existen obligaciones pactadas por ambas partes».
Y añade que «aún cuando no se establecen estas relaciones contractuales, la empresa mantiene implementado el ciclo de agua para estos edificios cada tres días mientras exista disponibilidad de equipos, y según la solicitud de los compañeros, hasta tanto se revise la problemática en la entrega de agua por redes, y se instalen las acometidas hasta la cisterna del propio edificio».
Concluye calificando el caso «con razón», y planteando que la solución definitiva del mismo requiere de la sustitución de redes de agua hasta la cisterna.
El que no se haya confeccionado una respuesta directa a esta sección, y la presente haya sido apenas una copia de la que se envió al Grupo Empresarial, desencadena muchas dudas y vacíos informativos. No se responde lo esencial: el por qué se construyeron y entregaron los apartamentos sin el servicio de redes hidráulicas, a esos colaboradores de la salud que, además, los pagaron.
¿Cómo es posible que lleven cinco años dependiendo de las inciertas pipas? Eso no se responde, por más argumentos de que no haya un contrato, o de que no había quejas y solo solicitudes de servicio de pipas. Precisamente es la Empresa de Acueductos y Alcantarillado la que sabe por qué esos profesionales no tienen acceso a la red hidráulica.
A propósito, el motivo lo esclarece una respuesta que enviara a nuestra redacción Graciela Condu Rodríguez, directora municipal de la Vivienda en Ciego de Ávila.
En la misma, dice que «este caso fue valorado con el subdirector general de nuestra entidad, José Luis Morales, quien refiere que la situación del agua en los edificios de los médicos es responsabilidad de Recursos Hidráulicos, ya que cuando se realizaron esas construcciones se emitió una microlocalización por Planificación Física, y la misma fue consultada y aprobada por Recursos Hidráulicos. Además, la Dirección Municipal de la Vivienda sí tiene conocimiento del caso, pero es competencia de Recursos Hidráulicos».
La historia tampoco está totalmente contada porque, entre otros silencios y elipsis, el Gobierno municipal, aludido entre los que conocían del caso, no ha dicho una palabra. Al final, no se sabe tampoco por qué, después de que entregaron las viviendas sin agua, aún en cinco años no ha podido resolverse el problema.