Acuse de recibo
El pasado 11 de marzo, Osvaldo Núñez, socio de la unidad básica de producción cooperativa (UBPC) Carlos Perera, adscrita al Complejo Agroindustrial Héctor Rodríguez, de Sagua la Grande, Villa Clara, denunciaba problemas que afectan a esa UBPC en la chapea de marabú, riego de fertilizante, siembra y corte de caña y limpieza de canales.
Él alertaba sobre la pésima selección de los jefes de la UBPC, pues habían expulsado a uno que quemó un campo de caña para sembrar arroz y apropiarse de este en beneficio propio. Otro fue separado por robo de petróleo y fertilizante. Y la actual jefa, según él, no tiene dominio de la actividad.
Reveló que a la brigada de riego de fertilizante no le habían dado medios de protección imprescindibles. Además, por falta de petróleo no podían trasladarse hacia el área de trabajo. Así, en muchas ocasiones les informan que no hay trabajo, y los campos cunden de hierba y marabú. Sobre el pago, decía, la fecha se viola y se posterga hasta siete días. El 18 de enero no habían cobrado las dos últimas quincenas de 2014, ni la primera del presente año.
Al respecto, responde Juan Carlos Pérez, director de Atención a Productores Agropecuarios de Azcuba, que, a tono con la Ley, las UBPC son organizaciones económicas y sociales cooperativas, integradas por asociados voluntarios, con autonomía en gestión y administración de recursos, que reciben en usufructo la tierra y otros bienes, por tiempo indefinido, y con personalidad jurídica.
Añade que las relaciones económicas entre las UBPC y las entidades estatales se rigen por contratos que a tal efecto se suscriben. Y que la empresa a cuyo sistema de producción se vincula la UBPC controla el cumplimiento de las normas técnicas del proceso productivo de esta y la contratación dirigida a satisfacer la demanda estatal planificada.
No obstante, señala, el caso fue atendido por la Empresa Azucarera Villa Clara, a la cual se subordina la UEB Atención a Productores Agropecuarios Horacio Rodríguez, con la que tiene establecidas relaciones contractuales la citada UBPC. Se intercambió con los cooperativistas, entre ellos Osvaldo. Se revisaron los vales de entrega de medios y útiles, las nóminas de pago del 2014 y el parte estadístico de labores en ese año. Y se revisó el consumo de combustible para el traslado del personal.
Acota que en esa UBPC fueron separados y sancionados por la Ley dos administradores: uno por dejar caña quemada sin cortar en un campo de demolición, y no por haberla quemado para sembrar arroz, como decía Osvaldo. Al otro le ocuparon en su casa productos destinados a la producción y le impusieron una multa de 2 000 cuotas de a peso.
Se eligió a otro cooperativista, muy buen trabajador pero sin experiencia de dirección, quien al poco tiempo renunció, por lo cual la asamblea eligió a la actual administradora. «Aunque ha habido inestabilidad en la dirección de la UBPC, no hubo impunidad ante los hechos delictivos descritos», asegura.
Precisa que esa UBPC, en su Plan para 2014, no solicitó medios de protección para riego de líquido. Aun así, le entregaron 74 pares de botas de PVC y 70 pares de guantes. Y en lo que va de año le asignaron 12 capas de agua, 39 botas de PVC y 33 pares de guantes de trabajo. Y entre julio y diciembre del 2014, la Carlos Perera tuvo graves problemas financieros, con deudas por pagar envejecidas con más de 90 días.
Los problemas de inestabilidad directiva y de administración en la UBPC, afirma, unidos a que no pudo cosechar toda la caña prevista en la pasada zafra por humedad en los suelos, provocaron la situación financiera, y ello les impidió adquirir combustible en ciertos momentos, por problemas de liquidez. También hubo atrasos en el pago de los anticipos a los socios. Y se atrasaron las labores. Por estas y otras razones, se atrasaron los pagos en la segunda quincena de noviembre y las dos de diciembre de 2014, pero se constató que fueron liquidadas el 19 de enero de 2015.
Agrega que la Empresa Azucarera Villa Clara, atendiendo a la situación financiera de la UBPC, que no cosechó toda la caña por lo ya descrito, convino con el Banco provincial y su sucursal en Sagua la Grande que la UEB a la que se vincula la Carlos Perera, certificara el área no cosechada, para que el Banco traspasara las deudas hasta 2015, con el objetivo de mejorar su situación, cuestión que se cumplió.