Acuse de recibo
Así mismo le contestó una dulce voz grabada a Odalys Dosil Ferreiro, quien llamaba por un peligroso escape de gas en su domicilio al 7-204-5252, «que según el directorio telefónico del 2014, emitido por Etecsa, es el número de urgencias para estos casos», refiere la capitalina.
«En dicho teléfono —narra— sale una contestadora que le dice a usted que se ha comunicado con el servicio de urgencias del gas manufacturado. Espere, que será atendido de inmediatooooooooo!!!!!!!! Transcurridos unos minutos responde la máquina nuevamente que «lo sentimos», la extensión está ocupada».
Se pregunta entonces la lectora «¿cómo es posible que un teléfono para urgencias, de un servicio como este, que puede provocar lamentables accidentes, no pueda dar una respuesta inmediata a quien la necesite?».
Odalys dedicó varios días, incluidos fines de semana, a repetir la llamada y la contestación ha sido la misma. Ante esa decepcionante situación se comunicó con el 113, contó el problema a la operadora y ella le facilitó el número de la Empresa de gas Manufacturado (no aclara si municipal o provincial). Tras llamar a este (7-204-3072) tampoco ha recibido atención alguna.
El último vaciado que recibió la fosa de la vivienda de Eloína Fernández Domínguez fue en noviembre de 2011. En esta descargan los albañales de tres hogares y ya hace unos cuantos meses está nuevamente llena. Eloína (calle 53, No. 6408, e/ 64 y 66, Consolación del Sur, Pinar del Río) fue y pagó el servicio correspondiente el día 23 de junio de 2014, «y esta es la fecha (3/02/2015) en que estoy esperando todavía que vengan a limpiarla. Tengo una niña de 12 años que es asmática grado tres, por alergia. Ya estoy aburrida de ir allí a Acueducto y nada. Fui al Gobierno (municipal) en dos ocasiones y la compañera de Atención a la población me recibe con mucha amabilidad, pero no se resuelve nada. ¿Cómo es posible que el Estado invierta tantos recursos en función de la salud y la higiene de sus ciudadanos y exista tanta indolencia (…) por las autoridades que tienen que ver con esto», se lamenta la pinareña. ¿Qué dicen los implicados?
Insuficiencia venosa crónica. Tal es el padecimiento de la capitalina Isel M. García de la Loza (Cisneros Betancourt No. 1028, apto. 8, esquina a San Antonio, Los Pinos, Arroyo Naranjo), quien ha enfrentado por dos meses una odisea en la obtención del medicamento que alivia su enfermedad: arvenum o daflon.
«Se supone que al ser un medicamento indicado por tarjetón venga lo necesario para los pacientes que lo consumen; el mes pasado y antepasado (diciembre/ 2014 y enero/2015) lo perdí porque viene una vez al mes y sin fecha exacta, por lo que hay que estar llamando constantemente a la farmacia para saber de su arribo a la única farmacia que lo distribuye, que es la del Instituto de Angiología, que queda en la Calzada del Cerro, cercana a dicho hospital. Las dependientes mismas te informan que tienes que apresurarte a comprarlas, porque se acaban con mucha rapidez, suceso que no comprendo, pues si me encuentro registrado, mi medicamento debe llegar», opina la afectada.
Su malestar se acrecienta al saber de personas inescrupulosas que «por la izquierda» venden este valioso medicamento a diez CUC. «Y bueno, si no alcanza para los pacientes que lo necesitan, de dónde salen esos que se venden de contrabando (…) Nuestro Gobierno hace esfuerzos increíbles por imponerles a los medicamentos un precio módico para que entes corruptos obliguen a personas enfermas (…) a comprárselos a ellos», se duele la capitalina.
También apunta que sería racional la redistribución del mencionado fármaco en varios puntos y no solo en la citada farmacia; pues así llegaría más directamente a los pacientes inscritos y además estos no tendrían que vencer largas distancias.