Acuse de recibo
Actuar de forma transparente es la primera regla para quien ha de solicitar a los demás transparencia. En el oficio periodístico, este mandato cae con redoblada pertinencia sobre el trabajo de cada día.
El 11 de enero pasado José Alejandro Rodríguez, periodista titular de esta sección, publicó el justo reclamo del granmense Edilberto Cruz (Calle 5, No. 200, entre 10 y 12, Rpto. El Valle, Bayamo), en torno a la distribución de la prensa en su territorio.
Se quejaba Edilberto de que su Juventud Rebelde dominical desde hacía algún tiempo le llegaba los lunes, y relataba que, según le habían informado en Correos de Cuba de su provincia, esa medida respondía a la necesidad de dar descanso a los carteros.
El lector entendía el derecho humano al reposo, pero opinaba que entonces la institución debía organizar su gestión de tal forma que no perjudique a los clientes. Con más motivos sostenía esa idea porque, tras conversar con carteros de su área, estos le habían comentado que a ellos tampoco los favorecía el cambio, pues se afectaban salarialmente.
Pues bien, resulta que el martes último, día 26, por un error mío, publiqué nuevamente el caso de Edilberto, cuando Correos de Cuba ya había contestado al demandante y al periódico.
La respuesta, remitida a nuestra redacción por Edilberto Ramírez Milanés, director territorial de esa institución en la provincia de Granma, explicaba que, luego de una rigurosa investigación del asunto, al usuario le asistía la razón.
Y agregaba que, a partir de la misiva de queja, la entidad había adoptado una serie de medidas como: «Actualización de las contrataciones de la prensa; valoración del fondo de tiempo de los carteros de forma tal que pudieran descansar un día a la semana tal y como se establece en la legislación laboral vigente; se incrementó el número de carteros donde se necesitó y se restableció a partir del 13 de enero el porteo de la prensa los domingos en todo el territorio».
La empresa ofrecía también disculpas a Edilberto Cruz por las molestias causadas y agradecía a JR por su preocupación, «labor que nos permite profundizar en nuestros problemas y perfeccionar nuestro trabajo, para así elevar la calidad de los servicios que brindamos a la población».
Agradezco a Edilberto Ramírez Milanés y en sentido general a Correos de Cuba por tan autocrítica misiva y le ofrezco —a la empresa y a los lectores— mis disculpas; el propio martes 26, fue rigurosamente analizado lo ocurrido por la Dirección del periódico.
El catalejo con que intentamos mirar a la sociedad es el mismo para enfocar nuestras manchas en esta sección de diálogo.
Estupefacto. Así quedó Víctor Hugo Abrahantes Mutuberría (Calle 63, No. 4401, e/ 44 y 46, Cienfuegos) cuando al visitar la Biblioteca Provincial cienfueguera y solicitar acceso a la prensa de la década de 1970, le comunicaron que por una resolución esta había sido enviada para materia prima.
Por muchos libros que se editen —reflexiona el lector—, estos no podrán recoger la historia diaria de un país en lo político, sociocultural y económico con la minuciosidad de la prensa. ¿Cómo las generaciones que nos sucedan podrán conocer hechos relevantes de esta etapa?
«En la Biblioteca Provincial se me informó por una funcionaria que solo en la Biblioteca Nacional se guardaba la prensa nacional», narra el remitente. Y añade: «¿Con qué objetivo se tomó esta medida? Desde mi punto de vista atenta contra la conservación de nuestras raíces y deja un espacio vacío que lamentablemente no podrá llenarse jamás».