Acuse de recibo
EL doctor Roberto Castellanos, delegado del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente en Ciudad de La Habana, responde a la queja de Jorge Martínez reseñada el pasado 2 de marzo, sobre la contaminación ambiental en la playa El Cachón, de la localidad capitalina de Cojímar.
Significa el doctor que la contaminación de las aguas terrestres y marinas de Ciudad de La Habana es una de las prioridades en las que se trabaja hace varios años para revertir tal situación, caracterizada por «la degradación del paisaje, el deterioro de las condiciones para el desarrollo de la vida acuática y limitaciones para el uso turístico recreativo en algunas zonas del litoral y la bahía, por el deterioro de sus condiciones ambientales».
Explica que los principales ríos de la ciudad (Luyanó, Martín Pérez, Cojímar, Quibú, Jaimanitas y Almendares) constituyen colectores de residuales domésticos e industriales. Presentan altos niveles de afectación de la calidad de sus aguas. Y revertir ese impacto, además de mejorar la regulación, el control y la gestión ambiental a nivel de los territorios, sectores y ramas de la economía, requiere de medidas correctoras complejas y de costosas inversiones, así como de mayor disciplina social.
El río Cojímar, afirma, no está exento de esa problemática. Se han identificado los problemas y hay propuestas de solución. Se ejecutan sistemáticamente varios proyectos investigativos y se han definido las fuentes contaminantes ubicadas en la cuenca tributaria al río. Y en algunos casos, donde las condiciones lo han permitido, se han llevado a cabo medidas correctoras y mitigadoras, que contribuyen a la salud de la población, de las costas y zonas de playa y otros valores naturales de interés.
Sobre la playa El Cachón, refiere, se desarrolla hace varios años un proyecto comunitario para realizar tareas de saneamiento y recuperación, liderado por la compañera Elizabeth Grillo quien, a solicitud del CITMA, se entrevistó con Martínez y logró integrarlo al mismo.
«Aún queda mucho por hacer para revertir la situación higiénica-ambiental de la playa, precisa. Pero, lo anteriormente planteado, unido a la participación conciente y activa de la población, contribuirá al mejoramiento de la calidad de vida de los pobladores de la zona y del estado medioambiental del ecosistema».
El pasado 22 de abril reflejé aquí la inquietud de Elsa María Salazar en nombre de muchos padres de alumnos de la escuela primaria Benito Jesús Garay, de la localidad capitalina de Guanabacoa: el 9 de marzo se interrumpió el servicio estomatológico que funciona en dicho centro, y atiende también a niños y adolescentes de otras escuelas del territorio. Se dijo que iban a reparar el techo, pero hasta entonces nada se había hecho.
Los padres estaban preocupados porque se demore demasiado la obra y se afecte el servicio estomatológico a los escolares.
Al respecto, responde Yanet Noda, vicedirectora de Salud en Ciudad de La Habana, que por problemas constructivos reflejados en un dictamen técnico se determinó cerrar el local hasta tanto no se cambien las vigas en mal estado por reforzamiento con perfiles metálicos. Es un peligro tanto para pacientes como para sus trabajadores.
Aclara que los servicios estomatológicos se reabrirán allí tan pronto se le dé solución al problema. Mientras tanto, se reorganizaron en otras instalaciones del territorio. Además, se encuentran en fase de puesta en marcha dos sillones dentales móviles en un consultorio médico aledaño a la escuela.
Agradezco la respuesta. Al menos la Vicedirectora de Salud asegura que volverán esas atenciones a su sitio una vez finalizado el trabajo de reforzamiento. Solo queda que ese trabajo no quede para las calendas griegas. Comprendo la preocupación de los padres, pues cuando algo se cierra, no pocas veces se eterniza su reapertura. Pero todo parece indicar que se reforzarán las vigas… y la confianza de los padres de los pequeños.