Acuse de recibo
EL alerta del desorden lo dio aquí el pasado 12 de julio el lector Carlos Águila: en el Coppelia de la ciudad de Sancti Spíritus, y ante los ojos de quienes hacen su cola, salen personas con tinas completas de helado, para vendérselas «por la izquierda» a los particulares, que a su vez revenden y lucran con el producto, y nadie le da el frente a esa humillante situación.
Águila también denunciaba otras irregularidades, como que allí despachan a los consumidores la parte de arriba de la tina, que es pura agua. Y aseguraba que tales problemas habían sido señalados, pero todo parecía indicar que las medidas correctoras estaban más congeladas que el helado.
Ahora responde Marlene Toyos Pérez, directora del Grupo Empresarial de Comercio de Sancti Spíritus. La funcionaria aclara que la comisión investigadora creada a propósito, y encabezada por ella, así como otra constituida por la Empresa de Gastronomía —a la cual se subordina la unidad—, se entrevistaron con Águila, quien ratificó lo escrito a JR, y dijo más: ese día los empleados manipulaban los dulces directamente con las manos.
Señala Marlene que la dirección de la empresa reconoció los problemas señalados, y en asamblea con los trabajadores de la unidad, hizo fuertes señalamientos críticos. Allí afloraron en el debate otras deficiencias, y se determinó revertir la situación.
Se dio a conocer la decisión de sustituir de su cargo al administrador del centro, «por permitir esas indisciplinas, y por no haber permanecido en la unidad en los horarios de prestación de servicios». Se presentó el nuevo administrador, y asegura que se tomarán todas las medidas para fiscalizar el servicio y garantizar la calidad en un centro tan concurrido de la ciudad.
La segunda respuesta de hoy la da Juan Alejandro Blanco, director general de ASTRO, a propósito de las molestias sufridas por Conrado Morales y su esposa, reflejadas aquí el pasado 7 de julio.
La pareja había reservado dos pasajes para viajar el 30 de junio desde Matanzas a Sagua la Grande. Y al presentarse en la terminal de ómnibus de la primera ciudad a las 6:45 a.m. para rectificar sus boletos, en la taquilla les dijeron que ya los cuatro con tal destino estaban ocupados. Quien se ocupa de las reservaciones no estaba allí, ni sabían cómo localizarla.
La jefa de turno presente buscó en los planos, pero nada. Conrado le preguntó por la situación de ellos, y solo atinó a encogerse de hombros y a decirle: «Figúrese...». Al preguntarle por la administración, contestó que a esa hora «no tenía administración».
Pero cuando llegó el ómnibus, ella gestionó con el conductor la solución del caso. Por suerte, había capacidad y viajaron. Pero con razón, Conrado cuestionaba en su carta cómo era posible que no aparecieran reflejadas en el plano las reservaciones hechas con anticipación, ni alguien de la administración que respondiera por ello.
Al respecto, señala Blanco que directivos de ASTRO se trasladaron a Matanzas a investigar la situación, y ya sus homólogos en esa ciudad habían adelantado un buen trecho en el esclarecimiento. Se precisó que la no aparición de los nombres de esos clientes en el plano de reservación, fue un error de la encargada de esa función, quien no se encontraba en la terminal a la hora de los hechos, por haber concluido ya su horario. Y no se pudo localizar, porque no posee teléfono en su casa.
A la responsable de lo acaecido se le aplicó como sanción el descuento del 25 por ciento de su salario correspondiente a un mes. En cuanto a la jefa de turno, que enfrentó el problema causado por la otra trabajadora, se tuvo en cuenta que consiguió darle solución, y también los años que lleva de trabajo sin señalamiento alguno. Solo se le llamó la atención. En la reunión se orientó «que cualquier empleado al que acuda un cliente, cuando no se encuentre presente un representante de la dirección, debe realizar las gestiones necesarias para su solución y ofrecer las respuestas claras y precisas en el tema de referencia».
Se visitó a Conrado en su hogar, y le agradecieron que revelara el caso. Le informaron las medidas tomadas para prevenir que vuelvan a ocurrir problemas de esa índole, apunta el director general de ASTRO.