El calendario maya fue uno de los más grandes logros de esa civilización. Autor: Cortesía del periódico Vanguardia Publicado: 21/09/2017 | 05:01 pm
Estudios en Yaxchilán, un sitio arqueológico de Chiapas, en el sureste de México, sugieren la posibilidad de que miembros de las élites mayas se dedicaran a la elaboración de artesanías especializadas, informa Prensa Latina.
Habitualmente, estos trabajos manuales eran asumidos por grupos de bajo rango o foráneos; sin embargo, las investigaciones en una pequeña acrópolis de Yaxchilán perfilan una tesis diferente.
Los expertos Adrián Velázquez, Belem Zúñiga y Norma Valentín Maldonado, del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) son parte del equipo que averigua sobre el tema.
Conchas de moluscos como gasterópodos y bivalvos, recuperados por el arqueólogo Daniel Juárez, sirven de base a las indagaciones.
Según el doctor Velázquez, el objetivo es definir las actividades desarrolladas en el interior de las cortes mayas, mediante el examen del material hallado en recintos palaciegos.
Si bien la colección de conchas resulta poco cuantiosa, es rica en su variedad, pues proceden tanto de región caribeña como de la antigua provincia Panámica o Pacífica (desde la bahía de Baja California, México, hasta Cabo Blanco, Perú).
Incluso hay especies como Spondylus princeps y Spondylus calcifer, que debieron obtenerse mediante buceo en el mar pues se hallan a profundidades que alcanzan hasta los 30 metros.
Hay bivalvos de agua dulce, de color nacarado, que proceden del río Usumacinta y sus afluentes, además de algunos caracoles terrestres propios de la región.
Estas conchas de moluscos fueron usadas para elaborar artefactos ornamentales y utilitarios, los arqueólogos rescataron cuentas, pendientes, pectorales, incrustaciones circulares y una cuadrada en Spondylus calcifer en la que se representó el glifo emblema de Yaxchilán.
Además una orejera antropomorfa, fragmentos de anillos y una trompeta en miniatura hecha de Strombus alatus.
Todavía los estudios tratan de definir el uso de otros materiales como placas incisas, bivalvos desgastados y fragmentos de conchas con evidencia de trabajo manual.
De todo ese acervo, compuesto por 76 elementos de conchas de moluscos, se analizaron las huellas de manufactura para determinar el tipo de herramientas y procesos utilizados en cada caso.
Mediante microscopía electrónica de barrido se pudo determinar que existe una gran homogeneidad tecnológica en la colección, a partir del empleo de herramientas fabricadas con materiales locales y foráneos, detalló Velázquez.