¿Se casa la juventud en Cuba? ¿Hacia dónde va la emigración de las nuevas generaciones? ¿Trabajan más con el Estado o por cuenta propia? ¿Cómo encaminan sus estudios? Todos esos datos y más los arrojó el informe Juventud en Cifras (2008-2012), concluido este año
Para hacer políticas, para avanzar con tino, para cambiar la vida de las personas, son necesarios los estudios de las Ciencias Sociales. Cada dato investigado permite develar o completar una realidad que se imaginaba o no, pero siempre sin sustento científico.
El Informe Juventud en Cifras (2008-2012) muestra las tendencias demográficas, higiénico-epidemiológicas, socioeducativas y sociolaborales de la juventud cubana (jóvenes de entre 15 y 34 años) en el período referido, con la particularidad de añadir dimensiones asociadas a nupcialidad, migraciones externas y empleo en el sector no estatal, así como separa el análisis por sexo y residencia.
Realizado en el Centro de Estudios de la Juventud, por la investigadora Mariam Trilce Martinto Gálvez, el informe mira de cerca a la juventud del archipiélago para señalar sus problemas y el impacto de las políticas dirigidas a este sector de la población. Toma como principal fuente de información datos provenientes de los Anuarios Estadísticos y Demográficos de Cuba y el Censo de Población y Viviendas 2012.
El análisis parte de la tendencia decreciente en la cantidad de jóvenes, consecuente con el proceso de envejecimiento poblacional y los valores bajos de fecundidad y mortalidad registrados en el país. Por otra parte, el saldo migratorio externo es negativo (se van más personas de las que vienen al país), aunque la intensidad interna varía según la provincia.
En cuanto a la inserción social de las personas entre 15 y 34 años, la matrícula desciende en los niveles medio superior y superior, y prevalecen las opciones técnicas y agrícolas. Predominan jóvenes asociados al sector estatal, aunque se incrementó la cantidad de cuentapropistas.
Los resultados de Juventud en Cifras permiten ilustrar estadísticas asociadas a los jóvenes para los años entre 2008 y 2012, importantes para quienes investigan este grupo etario y para los decisores de política y dirigentes juveniles.
Cuba envejece
En 2012 había un total de 105,8 personas mayores de 60 años por cada cien niños, razón que aumentó en un nueve por ciento respecto a 2008, expone el texto. El cociente entre personas dependientes e individuos en edad laboral se incrementó de un 52,97 a un 54,67 por ciento, y se prevé que continúe creciendo. Ello muestra que la población juvenil debe aumentar su productividad laboral para mantener a quienes arriban a la edad de jubilación.
Este grupo etario ha variado en número y composición, aunque desde 1989 la tendencia sea decreciente. Los jóvenes de entre 20 y 29 años han aumentado en el período estudiado y descienden los menores de 20 y mayores de 30.
La relación de género privilegia a los hombres en provincias como Mayabeque, Pinar del Río y el municipio especial Isla de La Juventud, y los desfavorece en La Habana, Guantánamo y Santiago de Cuba; estas disparidades van relacionadas con la diferenciación genérica de la migración interna, que privilegia el paso de las mujeres a las zonas urbanas.
¿La juventud se casa o se une?
Aunque los números en cuanto a matrimonios en Cuba son variables, y fueron altos durante los años 80, luego de 1995 bajaron, con cifra récord de un promedio de cinco por cada mil habitantes en 2012. Enuncia la investigación que el casamiento se posterga o sustituye muchas veces por uniones consensuales. Del 1990 al 2012 las uniones aumentaron al 30,22, pues el matrimonio, como reconoce la investigación, deja de ser el espacio de iniciación sexual y procreación de la familia. Se casan más quienes tienen entre 20 y 24 años, seguidos por los de 25 a 29.
La investigación distinguió además el predominio de personas solteras en estas edades, aunque se incluyen algunos que tienen pareja y no conviven con ella, porque no han alcanzado un nivel de estabilidad en la relación o no poseen las condiciones económicas necesarias. Puede incidir también el aumento de oportunidades de superación.
Más mujeres que hombres tienen pareja y poseen una edad más baja de primera unión, y prefieren unirse a hombres mayores. Existe una presión biológica que las fuerza a establecer pareja más temprano para tener hijos.
Por debajo del reemplazo que requieren los niveles de fecundidad en la población se mantienen quienes tienen entre 15 y 34 años, aunque por razones biológicas protagonicen la procreación; en el 2012 aportaron el 89,16 por ciento de los nacimientos.
La edad media de la reproducción se mantiene alrededor de los 26 años; pero las mujeres menores de 20 que dan a luz han aumentando desde el 2008. Las interrupciones de embarazo han vuelto a crecer. La fecundidad de las mujeres urbanas supera ligeramente a la de las rurales.
Por otra parte, la investigación muestra que las enfermedades más frecuentes en la juventud cubana en el período 2008-2010 han sido las de tipo contagioso. Las afecciones respiratorias son otro padecimiento que afecta, y la hipertensión arterial se ha desplazado a las poblaciones más jóvenes, debido a factores como la obesidad, los malos hábitos alimentarios y el sedentarismo resultante del abuso de medios electrónicos de entretenimiento.
Los jóvenes en Cuba son los protagonistas de la migración. Dentro del país, las principales receptoras de emigrantes en 2012 fueron Mayabeque y Artemisa, pues luego de la aplicación del Decreto Ley 217 absorben parte de la migración que antes se dirigía a la capital. Sin embargo, emiten gran cantidad de jóvenes hacia La Habana, por lo que poseen una tasa de saldo migratorio menor que Matanzas, tercer lugar como receptor, pero que ostenta mayor saldo debido a su capacidad de retención de la población. En la región central se destaca Ciego de Ávila como la más beneficiada por las migraciones internas, a causa también del desarrollo del turismo en la cayería norte de Morón.
Las provincias de la región oriental son emisoras por excelencia, debido a su menor desarrollo económico. En 2012 migraron internamente 68 743 cubanos (6,1 por cada mil habitantes) y ascendió a 7,8 para la juventud.
Respecto a la migración externa, en el período 2008-2012 hubo una tendencia creciente. En el 2012, se registró un saldo negativo de 46,662 (que significó una tasa de saldo migratorio de -4,2 por mil habitantes). El 38,2 por ciento de los emigrantes eran jóvenes (-6,06 por cada mil personas entre 15 y 34 años, más de 1,4 veces mayor que la tasa general), y el 52 por ciento de quienes salieron fueron mujeres, otro factor que afecta la capacidad reproductiva cubana.
En el transcurso del período estudiado por el informe se observa un incremento de la matrícula de obreros calificados y disminuye la cantidad de estudiantes de técnico medio, a pesar del aumento de estas plazas. Ello puede explicarse por la eliminación de los bachilleres técnicos, desestímulo para jóvenes que ingresaban con el propósito de pasar a la universidad sin internarse en preuniversitarios.
La matrícula inicial de educación preuniversitaria descendió en un 25 por ciento entre el 2008 y 2012, debido a la reducción de la oferta de plazas en esta especialidad. El traslado de los preuniversitarios del campo a las ciudades hizo a esa opción más atractiva y ocasionó una competencia mayor por concurrir a dicha alternativa. No obstante, las estadísticas de retención escolar en ese nivel no muestran variación. Hubo un incremento del diez por ciento de quienes no continúan estudios después del noveno grado.
La matrícula inicial del nivel superior disminuyó, sobre todo en carreras de Pedagogía, Ciencias Sociales y Humanísticas. Luego de que se redujeran las Sedes Universitarias Municipales (SUM), las matrículas universitarias decrecieron en un 87 por ciento.
La investigación muestra también que los individuos con escolaridad baja (primaria incompleta o completa y secundaria básica) son menos frecuentes en el grupo de los menores de 25 años. Obreros calificados prevalecen en el grupo de 17 a 19, y universitarios predominan en los de 25 a 29.
El 57 por ciento de los jóvenes se encontraba trabajando en el 2012. La tasa de ocupación en la actividad económica es mayor en los hombres, aun con los notables avances en inserción femenina. Se evidencia un predominio del empleo estatal y, en menor medida, del trabajo por cuenta propia.
Aunque la agricultura ocupa ahora la mayor cantidad de jóvenes, todavía son insuficientes; igual incremento necesita la construcción. En el período 2009-2012, la proporción de personas entre 15 y 29 años ocupadas en el sector estatal disminuyó en un 3,10 por ciento, pero el Estado sigue siendo la principal fuente de empleo para la juventud.
En septiembre de 2012 un total de 130 626 jóvenes eran cuentapropistas (34,87 por ciento de los cubanos en este sector y el 8,33 por ciento de los ocupados en estas edades). Por su parte, la entrega de tierras en usufructo permitió a muchos trabajar en labores agrícolas (78 013 personas entre 15 y 34 años acogidas a esta opción en 2012, para un 4,97 por ciento de los ocupados y un 31 por ciento del total de usufructuarios de tierra de todas las edades).
Razón: Comparación de dos números mediante la división. Cociente entre dos cifras para determinar cuántas veces contiene una a la otra.
Saldo migratorio: Resta de los que se marchan y los que llegan a quedarse.
Tasa de saldo migratorio: Relación entre el saldo migratorio y la población media de un lugar.